Disponer del Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) como principal grasa para cocinar y aliñar los platos es el privilegio de la dieta mediterránea. En combinación con una alimentación basada en legumbres, vegetales, grano entero, fruta y pescado, sus múltiples compuestos antioxidantes y antiinflamatorios garantizan un efecto protector contra las enfermedades arteriales, metabólicas e incluso contra el cáncer. Como parte de nuestra dieta habitual, nos ayudará a disfrutar de un envejecimiento saludable que mantenga a raya la obesidad, los problemas crónicos y el deterioro neurológico, como recordaba Consumidor Global.
La pureza del AOVE es lo que determina su calidad, y esa calidad se paga. Según calculaba la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), una botella de Aceite de Oliva Virgen Extra costará de media unos 50 céntimos más que la de gama inferior. Y aquí es donde se puede realizar la trampa: si bien no es difícil distinguir al gusto un aceite de oliva convencional de uno virgen, separar el 'virgen' (AOV) del 'virgen extra' (AOVE) solo está al alcance del paladar entrenado de un catador, y tendrá que ser confirmado por el análisis en laboratorio de la acidez del zumo.
La realidad es que el AOV y el AOVE se elaboran de la misma manera, con medios mecánicos tradicionales de prensado, lavado, decantación, centrifugación y filtración. Y en ningún caso incluyen aceites refinados industriales que sí forman parte de la mezcla de aceite de oliva corriente. La diferencia está en la calidad de la aceituna: si el fruto no ha sufrido daños, la acidez tras el proceso no podrá superar los 0,8 gramos por cada 100. Pero si tenía heridas en su carne en las que han proliferado bacterias, la acidez puede escalar hasta los 2 grados y el caldo seguirá considerándose aceite 'virgen', pero no 'extra'.
En 2018, recuerda la organización, su análisis de las principales marcas reveló con gran escándalo mediático que la mitad de los Aceites de Oliva Virgen Extra que se vendían en aquél momento no cumplían con los requisitos. Se trataba sin más de "aceite de oliva virgen (AOV), una categoría inferior, más barata". En 2021, las marcas parecen haberse "puesto las pilas", revela su análisis sobre 39 populares marcas comerciales. Sin embargo, su investigación ha demostrado que todavía dos productos están vendiendo aceite de una calidad inferior a la prometida al consumidor, un hecho que han procedido a denunciar.
"Los análisis de laboratorio señalan que 2 de las 39 marcas analizadas, Olivar de Segura (envase PET 1 l) y Borges (envase PET 1l), no cumplen los requisitos del Reglamento Europeo que regula la comercialización del aceite y no son Aceite de Oliva Virgen Extra", denuncian en su comunicado. Para sustentarlo, han realizado las pruebas de laboratorio reglamentarias para determinar la "autenticidad, calidad del fruto, acidez y conservación", así como el "análisis organoléptico que exige la legislación" para detectar los posibles defectos en el sabor y el aroma que denoten una calidad inferior.
En cualquier caso,. OCU advierte que "no se trata de un problema que afecte a la salud pública" pues "todos los aceites analizados cumplen los requisitos de la normativa para ser comercializados, eso sí, en categorías diferentes". Eso sí, aunque la mayoría de AOVEs analizados obtiene una calificación de 'Muy buena' en su análisis (una nota de 70 para arriba), los defectos señalados desploman la calificación de 'Olivar de Segura' a un 42 y la de 'Borges' a 37, puntuaciones de 'Mala calidad' en ambos casos. En el otro extremo de la lista, lideran Oleoestepa y Auchan.
"OCU pide a las Administraciones implicadas que aumenten las inspecciones y sobre todo las sanciones a las empresas que incumplan la normativa, especialmente a la Comunidades Autónomas, que son las competentes en esta materia. Al mismo tiempo, confía en que la reciente publicación de la norma calidad del aceite de oliva contribuya a mejorar la situación y a erradicar de forma definitiva las malas prácticas en un alimento tan importante en la dieta española como el aceite de oliva", concluye el comunicado.
"Discrepancias de sabor"
La Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) y la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva) han respondido con un comunicado afirmando que los aceites de oliva españoles, "líderes a nivel mundial", son "de la máxima calidad y cumplen todos los requisitos fisicoquímicos y organolépticos establecidos por la Unión Europea".
"Los problemas que sugiere la OCU como 'engaño' al no corresponderse el etiquetado de unas determinadas marcas con la categoría comercial del producto no son más que meras discrepancias derivadas de la cata, un método esencialmente subjetivo", aseguran las patronales.
Ambas asociaciones subrayan que trabajan en el marco de la Interprofesional del Aceite de Oliva, con el Ministerio de Agricultura y administraciones autonómicas en busca de un método científico que supere la subjetividad de la cata actual.
El sector industrial, con el apoyo de toda la cadena de valor del aceite de oliva, ha propuesto reiteradamente a la Administración que contemple la realización de una cata oficial -antes del envasado- con una vigencia legal de un año como con el fin de proteger la seguridad jurídica de la industria y la confianza del consumidor", afirman.