Las verduras deben ocupar un lugar protagonista en nuestra alimentación diaria. Antes en España pensábamos que con comer cinco piezas —en las que estaban incluidas las frutas— bastaba, pero ahora sabemos que lo importante es que su consumo represente el 50% de lo que comemos en un día. Así lo explica la Universidad de Harvard con su esquema de la alimentación saludable: el otro 50% debe estar compuesto de proteínas saludables y cereales integrales.
Además, otro aspecto importante a la hora de consumir estos vegetales es elegir aquellos que se encuentran de temporada. En primer lugar, estos alimentos son más sabrosos y también contienen más nutrientes debido a que se encuentran en el momento ideal para ser recolectados. Pero, además, contribuyen a proteger el medio ambiente y la economía local. ¿Por qué? Porque la mayoría de los vegetales de temporada provienen de entornos cercanos a los puntos de venta y, de esta manera, no se emite demasiada contaminación en su traslado.
Los vegetales que están de temporada también suelen presentar un mejor precio en el mercado. Es decir, todo son ventajas. Por esta razón, el Ministerio de Consumo promociona estos productos en sus redes sociales con el lema Comer de temporada. Comer barato, sano y sostenible. En este sentido, este organismo publica cada mes una lista de los alimentos que se encuentran de temporada con el objetivo de que los consumidores se animen a echarlos en su cesta de la compra semanal.
Setas y hojas verdes
Los productos que ha señalado este ministerio se corresponden con la huerta de otoño y, por lo tanto, llevan más tiempo disponibles en el supermercado y todavía podrán encontrarse durante unos meses en el supermercado. Uno de los productos más típicos de esta estación, y que todavía pueden encontrarse con facilidad, son las setas y los hongos. En este grupo se encuentran algunos tan conocidos como los champiñones o los níscalos. Ambos alimentos coinciden en su contenido de potasio y de vitaminas del grupo B, aunque también poseen otros nutrientes: los champiñones destacan por el selenio y el níscalo, por la vitamina A.
El mes de noviembre es un buen momento para comprar una pareja icónica de verduras saludables: la coliflor y el brócoli. Aunque existen diferencias nutricionales entre ambos alimentos, ambos destacan por su contenido en vitamina C, ácido fólico, potasio y proteínas vegetales. Esta pareja de hortalizas es conocida por sus beneficios antioxidantes y, por tanto, junto a la acción del potasio, se consideran unos vegetales muy positivos para la salud cardiovascular.
De la familia de estas dos verduras es el repollo, que también se encuentra de temporada durante el mes de noviembre. Pero también es el momento de otras hortalizas de hoja verde como la lechuga, la espinaca, la acelga o la endibia. Estos alimentos también tienen en común el contenido de proteínas, potasio y vitamina C, pero muestra diferencias en la proporción de otros nutrientes, como la fibra: en este sentido, la espinaca es la que más contiene, seguida de la acelga, el repollo, la lechuga y, finalmente, la endibia.
Tallos y raíces
Noviembre también es, según el Ministerio de Consumo, momento de raíces. La más famosa de ellas es la zanahoria, que es un vegetal muy conocido por su aporte de vitamina A y de carotenoides, un pigmento que se asocia con su famoso beneficio para la visión. La batata, que también se conoce como boniato, es un tubérculo similar a la patata aunque tiene un sabor más dulce. Es una fuente de potasio, de betacarotenos y de varias vitaminas como la A, la B6, la C y la E.
Otras raíces típicas de esta época del año son el nabo, el rábano y la remolacha. Lo más destacado de estos alimentos son las proteínas vegetales, pero también la vitamina C y algunos minerales. Por último, el Ministerio de Consumo añade a la lista el puerro, que es un tallo, y es una buena fuente de proteínas vegetales y fibra alimentaria.