Hablar de coliflores y de brócoli suele hacerle torcer el gesto a más de uno: el sabor amargo de las hortalizas de la familia de las coles suele generar un rechazo desde la infancia dífícil de superar para muchos. Es una lástima ya que, además de presentar un excelente perfil nutricional, se trata de productos de temporada en España en los meses de octubre que sería una pena no aprovechar.
El brécol o brócoli, sin ir más lejos, tiene numerosos beneficios para nuestra salud, con un alto contenido en fibra alimentaria, minerales y vitaminas. Ayuda a combatir el sobrepeso, la diabetes o a erradicar el colesterol malo de nuestro organismo, entre otros problemas de salud según explica la Fundación Española de la Nutrición (FEN). Además, tiene tanta vitamina C como una naranja y un interesante aporte de antioxidantes.
La coliflor merece los mismos elogiso nutricionales: está compuesta principalmente por agua, aportando muy pocas calorías por cada 100 gramos pero incorporando el 10 % de la fibra diaria que necesitamos para alimentar las bacterias beneficiosas que habitan en nuestro intestino grueso y prevenir las inflamaciones, mejorando nuestra digestión y disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades coronarias.
Las hortalizas de la familia de la col aportan folatos, que ayudan a la formación normal de las células sanguíneas y al funcionamiento del sistema inmunitario. Son fuente de potasio, que contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos, así como a mantener a raya la presión arterial. Y suponen el mayor aporte de ácido ascórbico después de los pimientos, que ayuda a combatir infecciones y mantener saludables los tejidos.
Para aprovechar mejor todas estas propiedades, se recomienda consumir los brotes en fresco (ensaladas), cocinados con pocos minutos de elaboración o a temperaturas que no sean altas (al vapor o salteado). Estas alternativas ayudan a mantener la mayor parte de sus nutrientes (minerales y vitaminas) y antioxidantes (carotenoides, glucosinolatos y polifenoles).
Coles para combatir el cáncer
La coliflor y el brócoli pueden ayudar a prevenir y tratar el cáncer de próstata y de mama. Así lo determina un estudio desarrollado por investigadores de la USC y recogido por Europa Press, que han ahondado en el conocimiento de los isotiocianatos, presente en las familias de las plantas cucíferas.
El grupo SNL-Lennart Levi de la USC en colaboración con el de Xenética, Mellora e Bioquímica de Brásicas de la Misión Biolóxica de Galicia (MBG-CSIC) han avanzado en el estudio de estos compuestos, que pueden servir como terapia coadyuvante de algunos fármacos antitumorales que presentan una alta toxicidad, además de poder provocar quimio-resistencia.
Por tanto, los isotiocianatos permiten potenciar la eficacia de los fármacos, con lo que es posible reducir la dosis suministrada y hacerlos más tolerables para los pacientes.
Se trata de la principal conclusión alcanzada por el equipo de la USC que ha pilotado la investigación, que forma parte de la tesis doctoral de Elena Pérez Muñuzuri, ya publicada en varias publicaciones y foros científicas y que obtuvo la cualificación máxima tras su defensa en la Facultade de Medicina de la universidad compostelana.
"Evaluamos la actividad antitumoral de diferentes ITCs presentes en diferentes cultivos de brásicas sobre líneas celulares humanas de cáncer de próstata y de mama caracterizadas por un diferente patrón de expresión de receptores hormonales", explican los científicos.
Las conclusiones de este estudio, añaden sus promotores, podría derivar en ensayos para descubrir su posible potencial como fármaco antitumoral.