La tiroides es una glándula pequeña con forma de mariposa ubicada en la garganta. El hipotiroidismo es una situación en la que esta glándula produce menos hormonas de las que el cuerpo necesita. Esto puede ralentizar el metabolismo del cuerpo y provocar aumento de peso y fatiga, entre otros síntomas. La dieta puede tener un impacto significativo en los síntomas del hipotiroidismo: algunos alimentos pueden mejorar ciertos síntomas, mientras que otros pueden empeorarlos
Según un estudio de 2017 sobre la población en España, la prevalencia de disfunción tiroidea es del 10%, del cual la mayor parte, el 99%, es hipotiroidismo. Esta afecta en mayor medida a las mujeres, alrededor del 2% de las mujeres adultas, mientras que en los hombres es menos común, ya que tan sólo el 0,1-0,2% de ellos se ven afectados.
Yodo, selenio y zinc
Con respecto a ello, la Fundación Española del Corazón señala que no existe una dieta específica para el hipotiroidismo, aunque sí afirma que la alimentación "debe ser variada y equilibrada, baja en grasas, controlando las calorías que ingieres para prevenir el sobrepeso". Además, añade que en algunas ocasiones es importante consumir alimentos ricos en yodo, ya que en un parte de los casos el hipotiroidismo se debe a la deficiencia de este micronutriente.
En esta línea, la nutricionista Ana Sánchez Sevilla, al ser consultada sobre esta cuestión, afirma que entre los alimentos que deben incluirse en la dieta en estos casos encontramos la "sal yodada, mariscos, pescados azules, yogures, acelgas, almejas y, en general, todos lo que provengan del mar". Recalca, asimismo, que hacerlo resulta de especial importancia en zonas de interior, donde, por lo general, la cantidad de pescado que se consume no suele ser demasiado alta como en otros lugares donde por tradición o gastronomía está más presente en la dieta. Otros alimentos que son ricos en yodo, más allá de los de origen marino, son los lácteos o los huevos enteros.
El selenio es otro nutriente interesante para paliar los síntomas relacionados con el hipotiroidismo. Juega un papel en la producción de hormonas tiroideas y tiene actividad antioxidante. El tejido tiroideo lo contiene de forma natural. Una revisión de 2017 encontró que mantener los niveles de selenio en el cuerpo ayuda a prevenir la enfermedad de la tiroides y promueve la salud en general. Los alimentos ricos en selenio incluyen nueces de Brasil, atún, camarón, carne de res, pavo, pollo, jamón, huevos, avena y arroz integral.
No podemos olvidar el zinc, otro nutriente que puede ser de gran ayuda. Según este estudio, su consumo mejoraba la función tiroidea en mujeres con hipotiroidismo. Entre los alimentos ricos en zinc, tenemos ostras, cangrejo, cereales fortificados, legumbres, semillas de calabaza, yogur, carne de res, cerdo y pollo.
Sin embargo, recuerda Sánchez, estas pautas son útiles, sobre todo, en el caso de hipotiroidismo por deficiencia de algunos nutrientes, pero que en casos en los que nos encontramos ante el hipotiroidismo autoinmune Hashimoto "es necesario tener en cuenta otros factores más profundos".
Crucíferas y gluten, mejor lejos
Del mismo modo que hay alimentos que es aconsejable tomar, existen otros que de los que es mejor huir. En este sentido, Sánchez afirma que en las personas que sufren hipotiroidismo deben evitar, o al menos reducir, algunos alimentos, entre los que señala crucíferas (col, coliflor, brócoli, coles de bruselas, coliflor, escarola) espinaca, soja y algas. La causa es que contienen algunos compuestos, como el bociógeno, que pueden interferir con la salud de la tiroides y si bien es cierto que no están totalmente prohibidos, si que deben tomarse con precaución. Lo cierto es que la cocción puede desactivar el bociógeno, pero a costa de eliminar otros nutrientes, por lo que, en general, es recomendable optar por otros que sí los aporten y no signifique ningún riesgo.
El gluten es otro de los enemigos de las personas que sufren hipotiroidismo. Algo que resulta de mayor intensidad cuando hablamos del hipotiroidismo autoinmune Hashimoto, ya que pueden tener una mayor propensión a la celiaquía. Esto se debe a que la enfermedad de Hashimoto y la enfermedad celíaca son ambos tipos de trastornos autoinmunitarios, y una persona con uno de estos trastornos tiene más probabilidades de desarrollar otro. Además, algunas investigaciones sugieren que eliminar el gluten de la dieta mejora la función tiroidea en personas con Hashimoto que no tienen enfermedad celíaca .