El consumo de café y té aumenta el deterioro de la función renal en las personas mayores con obesidad y problemas cardiovasculares, según revela un estudio realizado por investigadores españoles del Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN) y de la Universidad Rovira i Virgili y el Hospital Universitario Joan XXIII de Tarragona.
El estudio, desarrollado en el marco del proyecto PREDIMED-Plus y en el que han colaborado 23 centros de investigación españoles, ha analizado la asociación entre el consumo de café, té y cafeína y los cambios a un año en el filtrado glomerular (un marcador de la función de los riñones), en una gran cohorte de pacientes españoles de entre 55 y 75 años con sobrepeso, obesidad y síndrome metabólico.
En total, se ha analizado más de 5.800 pacientes, a los que se les evaluó el consumo de café, té y cafeína con cuestionarios de frecuencia de alimento y el filtrado glomerular (FGe) basado en creatinina.
La investigación, que se ha presentado en el 51º Congreso de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), ha determinado que las personas que toman más de dos tazas de café con cafeína y al menos una taza de té al día tenían un deterioro mayor de la tasa de filtración glomerular que las personas que consumen más esporádicamente café, es decir, menos de una taza al día o que no son bebedores de té. Asimismo, el consumo de más de dos tazas de café con cafeína al día se asoció con un 19 por ciento más de riesgo de tener un deterioro rápido de la función renal.
Sin embargo, los resultados determinan que esta asociación o se produce en el caso del café descafeinado, por lo que sus autores aconsejan a las personas de edad avanzada que presentan obesidad y problemas de salud cardiovascular reducir o reemplazar el consumo de café con cafeína por café descafeinado para preservar la salud de sus riñones, y prevenir la Enfermedad Renal Crónica (cuando los riñones dejan de funcionar y es necesario diálisis o trasplante).
Por último, el documento ha concluido que los análisis estratificados por sexo, edad, función renal basal, obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión, dislipemia, tabaquismo y la puntuación de la adherencia a la dieta mediterránea de restricción energética revelaron tendencias similares en los pacientes.
Los autores señalan que los resultados de este estudio observacional deben confirmarse mediante un ensayo clínico, de manera que, de ratificarse la relación entre el consumo elevado de café o té con el deterioro de los riñones, las recomendaciones sobre el consumo de estas bebidas con cafeína deben incluirse en las estrategias de nutrición para prevenir la enfermedad renal, es especial en las personas mayores con alto riesgo.