Las hemorroides o almorranas, son conjuntos de tejidos y vasos sanguíneos que se hinchan e inflaman, dentro y fuera del ano, en la parte inferior del recto. Su complicada situación hace que sean un problema cada vez que se va al baño y hasta en el día a día. Su aspecto es similar al de otras venas varicosas que pueden aparecer por otros lugares del cuerpo como las varices de las piernas.
Estos vasos que se ven presionados por la inflamación y estiramiento de los tejidos de alrededor, pueden llegar a sangrar. Además, esta dolencia viene acompañada de síntomas como picazón anal, bultos que provocan dolor por ejemplo al sentarse y sangre en las heces. Aunque no tiene edad, suelen afectar de media a personas entre 45 y 65 años.
Su incidencia no es fiable ya que muchos pacientes rehúsan acudir al médico por este motivo, sobre todo por vergüenza, dejando pasar el tiempo o recurriendo a pomadas o ungüentos hasta que se complica más el problema. No constituyen un riesgo para la salud, pero pueden afectar a la vida diaria, aunque en muchas ocasiones un cambio de hábitos alimenticios puede ser suficiente como para hacer desaparecer el problema, según la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD).
Beber agua es importante, ya que influye directamente en la hidratación de las heces, siendo la fricción de las mismas con las pareces del recto un factor determinante en la aparición de hemorroides. También ayuda consumir alimentos ricos en fibra como la pasta, el arroz y la harina integral, además de frutas y vegetales. Sin embargo, hay otros alimentos que se deberían evitar si se es propenso a padecerlas y más aún si se están padeciendo.
Comida picante
El picante es el mayor enemigo de las irritaciones del sistema digestivo. Se suele decir que tal como entra, sale, y en el caso de las hemorroides es algo que tiene su punto de realidad. La sensación de ardor, en el caso de tener hemorroides, puede ser toda una experiencia de tortura, afectando directamente a la capacidad de ir al baño, pudiendo provocar estreñimiento. Por lo que en esos días, por mucho que guste el picante, lo mejor es alejarse de él.
Verduras flatulentas
Es cierto que la fibra de las verduras ayuda a prevenir las hemorroides, pero no todas las verduras son recomendables en medio de un episodio, es decir, cuando ya han hecho su aparición. Alimentos como la col, el puerro, la alcachofa, la cebolla o el brócoli, tienden a producir gases durante la digestión, lo que provoca molestias en la zona anorrectal.
Lácteos fermentados
El queso es un alimento con un buen aporte nutricional, pero nada recomendable en el caso de hemorroides, sobre todo si este es muy fuerte. Cuanto más fermentado, mayor es la irritación intestinal que pueden provocar. Además, la lactosa resulta difícil de digerir, por lo que sería recomendable sustituirlos por lácteos bajos en este carbohidrato. Mejor queso fresco o mozzarella que roquefort o cabrales.
Alimentos salados
"Cuanta más sal tiene un plato o un alimento concreto, mayor inflamación en el colon provocan", explica Concepción Martínez, nutricionista deportiva. Lo que más que provocar la aparición de almorranas, empeora su estado en el caso de ya padecerlas, aumentando los síntomas y alargando la recuperación de las mismas.
Casquería y embutidos
Cuanto más grasa es la carne, más lenta es su digestión. Además, no tienen ningún aporte de fibra, por lo que solo irritan el intestino. Además, algunas de estas carnes, las que se preparan en embutido, son aderezadas con especias picantes o pimentón, por lo que el problema es doble.
Evita la cafeína y el alcohol
La cafeína y el alcohol tienen un efecto vasodilatador, lo que influye directamente en la inflamación de las varices en la zona anal, tanto exterior como interior. Además, el café y el té, al ser diuréticos, resecan las heces que se van acumulando en el intestino, afectando directamente a su evacuación.
No retrases la visita al 'señor roca'
Existen hábitos que pueden empeorar las almorranas, por ejemplo, permanecer mucho tiempo en el inodoro, algo que sin duda fomenta el uso del teléfono móvil mientras se evacúa. Además, ejercer una presión repetida a la hora de ir al baño, aumenta la presión sobre las venas, siendo un factor determinante en la aparición de esta molestia.
También es importante ir al baño cuando se tiene la necesidad y no aguantarse sin motivo. Dejar pasar el momento dificulta la evacuación, ya que provoca la retirada de las heces y esto, a su vez, aumenta la presión en el intestino grueso, llevando a una inflamación de la zona.