Agua con cosas, esa es la definición de sopa si se pregunta a cualquier menor de 10 años. Un plato tan antiguo que probablemente viene acompañando al ser humano desde que decidió cocinar los primeros alimentos. Su característica principal es que se ingiere con cuchara, algo que no ha cambiado en siglos, al igual que los propios recipientes en los que se sirve. En 2021, mientras el ser humano es capaz de tener un ordenador con acceso a una información casi infinita e ilimitada, aún sigue alimentándose con las mismas herramientas.
"Las sopas o caldos nacieron de la necesidad de ablandar con agua hirviendo los alimentos más duros que no se podían masticar en crudo. Al tomar el agua el sabor de los alimentos que en ella cocían, en seguida pasó a formar parte de la dieta", explica a EL ESPAÑOL Borja Sacristán, historiador. Louis Gottschalk en su libro Historia de la alimentación, ahora en el tema y afirma que los caldos vinieron antes que las sopas, siendo además de dos tipos, dulces con los vegetales aún frescos y ácidos con plantas como las ortigas. La mezcla de ingredientes dio entonces lugar a las sopas.
Este plato líquido solía ser el plato principal en todas las casas de Europa antes y después del reinado de Enrique IV de Francia, "quién le dedicó varios elogios", añade el experto. Por aquel entonces, se preparaba en un caldero de grandes dimensiones que estaba suspenso sobre las brasas. De estas sopas a las latas de sopas Cambell’s de Andy Warhol han pasado muchos años y muchos reyes, pero lo que está claro es que a día de hoy, un alimento tan simple sigue fascinando. Aunque tiene un pero, no todas sus variantes son saludables.
Añadir fideos no es lo mejor
Un estudio realizado por investigadores de la Harvard School of Public Health, relaciona el consumo de la sopa instantánea con fideos con un incremento del 65% del riesgo, en mujeres, de desarrollar síndrome metabólico. De hecho, la investigación marca hasta la cantidad semanal, al menos dos veces por semana. Los científicos hallaron más diferencia entre géneros que por edad, siendo una de las teorías la mayor sensibilidad de las mujeres posmenopáusicas a los carbohidratos, el sodio y las grasas saturadas, algo de lo que estas sopas van servidas.
El síndrome metabólico es un grupo de condiciones que, sumadas, aumentan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 o un problema cardiaco. Entre ellas están los altos niveles de glucosa en sangre, reducción del colesterol bueno, exceso de grasa abdominal, nivel alto de triglicéridos e hipertensión.
"Aunque el caldo de la sopa sea de origen natural y vegetal, si se le añaden fideos industriales, la mezcla perderá la categoría de saludable, ya que estos están realizados con harina refinada, azúcar y grasas de mala calidad como el aceite de palma. Además, son un aporte de calorías vacías, sin nutrientes", explica Noelia García, nutricionista especializada en diabetes. La experta añade que al hincharse con los fideos, no se deja hueco para alimentos que sí podrán aportar vitaminas o minerales al organismo.
Cantidades importantes de sal
Además, estos preparados contienen una cantidad abundante de sal y según la OMS, un elevado consumo de sodio, el equivalente a 5 gramos de sal por día y una absorción insuficiente de potasio, contribuyen a la hipertensión arterial y aumentan el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular.
Aunque parezca mucho, el propio organismo señala que la mayoría de las personas consumen demasiada sal, de 9 a 12 gramos por día en promedio, es decir, dos veces la ingesta máxima recomendada. Estima además que cada año se podrían evitar 2,5 millones de defunciones si el consumo de sal a nivel mundial se redujera al nivel recomendado.
Otros ingredientes poco recomendables
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) advierte que el consumo de sopas instantáneas afecta negativamente la salud, ya que contienen un exceso de saborizantes artificiales y aditivos.
Entre los ingredientes que contiene este alimento, destaca el glutamato monosódico, un aditivo común en los alimentos procesados. Esta sustancia tiene un efecto potenciador de sabor. Debido a su mala fama, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU encargó una investigación específica sobre este asunto, y después de ellos, la Organización Mundial de la Salud hizo lo propio. También la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y en ninguna de las investigaciones se encontró nada.
Sin embargo, sí existe una dosis letal, entre 15 y 18 gramos por kilo de peso corporal, bastante más de lo que suele consumirse aun tomando sopa instantánea a menudo. Aunque el hecho de que esté cargada de aditivos, sal y fideos industriales, son motivos suficientes para señalar que eliminar la sopa instantánea de la dieta es lo más saludable.