El jamón ibérico es uno de los emblemas España. Un alimento que se fabrica a lo largo y ancho de nuestro país cuyas propiedades organolépticas lo han situado en el 'Olimpo' de la gastronomía mundial. Sin embargo, el ibérico es un producto caro que algunas marcas adulteran y falsifican para obtener pingües beneficios a través del fraude alimentario. Precisamente, hace sólo dos semanas, agentes del Seprona detenían a tres personas por delitos relacionados con la salud pública tras introducir en el mercado jamones y paletas que no eran ibéricos.
Ahora, la Guardia Civil ha destapado un nuevo fraude alimentario en la comercialización de productos ibéricos, en una operación conjunta con los veterinarios del Servicio Extremeño de Salud (SES), en el que están implicadas siete empresas de las provincias de Badajoz, Salamanca, Madrid y Murcia y que ha llevado a la inmovilización de 29.000 piezas valoradas en más de un millón de euros, entre las que se encuentran 19.600 paletas y jamones.
En la operación se han detenido e investigado a diez personas como presuntos autores de los delitos de estafa, falsedad documental, contra la salud pública y los consumidores, relacionados con la comercialización fraudulenta de productos cárnicos curados, principalmente de ibéricos, ha informado este miércoles la Guardia Civil en un comunicado.
La investigación se inició cuando agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de Hornachos (Badajoz), junto con los veterinarios del Área de Salud de Llerena-Zafra, inspeccionaron un establecimiento de alimentación del municipio de Zafra.
En esta inspección se pudieron detectar numerosas anomalías en productos cárnicos, principalmente en paletas, jamones y sus derivados (centros, loncheados, etc…) y se observaron graves deficiencias en la trazabilidad que impedía acreditar su origen legal. El género se hallaba además almacenado junto a subproductos animales no destinados al consumo humano.
Ante las sospechas de que la citada empresa pudiera estar incurriendo en un supuesto ilícito penal, las gestiones practicadas por el Seprona de Badajoz pudieron constatar la comercialización ilegal de estos productos alimenticios con trazabilidad confusa, carentes de etiquetas y registros sanitarios, con precintos de normativa de ibérico violentados o colocados de forma irregular.
Esto ofrecía dudas en relación con la posibilidad de encontrar y seguir el rastro de los productos, a través de las diferentes etapas de su comercialización, como obligan los reglamentos.
Una vez examinados los datos de la documentación facilitada por la empresa, comprobaron también numerosas irregularidades en su cumplimentado, con información incompleta, alteración de marca comercial de los productos y falsificación de documentos mercantiles que supuestamente amparaban transacciones comerciales no realizadas o que habían sido devueltas por clientes que alegaban el mal estado para su consumo.
En la operación se han inmovilizado 29.000 piezas, de las que más de 19.600 son perniles de cerdo (dentro y fuera de la normativa de ibérico), que serán destruidas al considerarlas un riesgo para la salud de los consumidores por carecer de garantías sanitarias y no salvaguardar la seguridad alimentaria.