El yogur es uno de los postres por excelencia de la alimentación en España, aunque nunca deberíamos sustituir una pieza de fruta por uno de estos. Este lácteo es un alimento saludable y forma parte de la dieta mediterránea, un tipo de alimentación con fama de promover la longevidad entre quienes la practican. Eso sí, este producto sólo es recomendable si lo tomamos natural, ya sea de leche entera o de tipo griego.
Es importante tener esto en cuenta porque en el pasillo de los yogures del supermercado es más fácil encontrar productos poco saludables: la mayor parte de estas estanterías están ocupadas por yogures azucarados y los naturales tienen un espacio reducido. Los yogures más saludables del supermercado son aquellos que tienen entre dos y tres ingredientes: leche —ya sea en polvo o fresca—, fermentos lácticos y nata —este último, en el caso de los yogures griegos—.
Si el yogur que tomamos es natural, comerlo habitualmente puede ayudar a reducir el riesgo de padecer síndrome metabólico —una condición que precede al desarrollo de enfermedades cardiovasculares—, a mejorar nuestra microbiota intestinal e, incluso, a reducir también el riesgo de cáncer colorrectal. Sin embargo, si el yogur que tomamos a menudo es ultraprocesado, no aporta beneficios, sino los perjuicios asociados al azúcar.
Demasiadas calorías
Por desgracia, algunas personas consideran que el sabor del yogur natural es demasiado ácido y, por eso, recurren a los azucarados. En este caso, podemos endulzar el yogur nosotros mismos con fruta fresca, frutos secos o, incluso, con una onza de chocolate con más del 85% de cacao para evitar las opciones menos saludables. Sin embargo, en ningún caso deberíamos consumir los yogures del supermercado con trozos muy a menudo porque entre sus ingredientes se encuentra el azúcar y los jarabes.
Mientras que un yogur natural suele tener unas 57 kilocalorías por cada 100 gramos, los yogures de sabores ascienden a 75 kilocalorías en la misma cantidad. Sin embargo, no son los más calóricos: en el supermercado se pueden encontrar yogures con todo tipo de ingredientes con un alto valor energético y poco saludables. Algunos, incluso, pueden parecer yogures por el formato en el que se venden y su textura, pero, en realidad, se denominan postres lácteos y suelen ser de chocolate.
Los yogures con más calorías del supermercado suelen ser los de tipo griego debido a que incorporan entre sus ingredientes nata. La nata tiene un alto contenido de grasas saturadas, pero los yogures griegos se consideran saludables porque los lípidos que proceden de la leche no se han asociado al desarrollo de enfermedades. Eso sí, tal y como sucede con los yogures de leche entera, los griegos también cuentan con opciones ultraprocesadas.
Tres griegos insanos
En este sentido, el yogur que más engorda de todo el supermercado es el yogur griego de stracciatella. Se trata de una de las opciones más populares por su sabor, pero se trata de un alimento perjudicial para la salud si se consume habitualmente o si nuestra alimentación del día a día se basa en productos procesados. Uno de estos yogures puede tener más de 170 kilocalorías por cada 100 gramos y más de un 17% de azúcares.
Por detrás de ese yogur, se encuentran los yogures griegos que contienen postres azucarados como ingredientes. En el supermercado se pueden encontrar yogures griegos con tartas, con caramelo o con mermeladas. El valor energético de estos productos es muy variable: pueden rondar entre las 145 y las 160 kilocalorías por cada 100 gramos de producto.
Por último, el siguiente yogur más calórico del supermercado es más sencillo: se trata del yogur griego azucarado. Esta opción a veces puede confundirse con un producto mejor que el resto de opciones de sabores, una opción menos procesada. Sin embargo, el yogur griego edulcorado tampoco es saludable por su contenido de azúcares que alcanza el 10% de su composición. Este yogur supera las 140 kilocalorías por cada 100 gramos.