El desayuno, en contra de lo que nos pueden haber inculcado, no es "la comida más importante del día": perfectamente se puede sobrevivir con un tentempié a media jornada. Sin embargo, puestos a desayunar, hay que hacerlo con alimentos saludables. Y es en este punto donde España tiende a flaquear: zumo de naranja en lugar de fruta entera, bollería industrial, tostadas de pan blanco con mantequilla y mermelada... y los cereales de desayuno, verdaderas 'bombas' insanas.
"Para que un cereal pueda considerarse saludable ha de ser integral. Y la oferta es realmente reducida en ese aspecto", lamentaba en conversación con EL ESPAÑOL el nutricionista Daniel Ursúa. "La mayoría de cereales que vas a encontrar son cereales azucarados. Se crean unos cereales hiperpalatables, fáciles de conservar y de consumir", valoraba el especialista. Y concluía: "No se puede caer en la falsa dicotomía de o desayunas mal o no desayunas".
El 58% de los cereales de desayuno contienen niveles altos de azúcar, superiores al 22,5%, y se elaboran con grano refinado. Esto significa que han perdido muchos de los elementos saludables que contendría el alimento original, como la imprescindible fibra alimentaria que mantiene a raya el colesterol y que conserva el cereal integral en partes como el salvado. Tampoco se aprovechan los compuestos naturales saludables como los polifenoles con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, importantes para reducir la tensión arterial elevada.
A todo ello se suma que los carbohidratos refinados, al contrario que los hidratos de carbono complejos que contiene el cereal integral, se absorben con mucha rapidez una vez ingeridos a través de las paredes del intestino delgado. De esta manera, se transforman en glucosa en el torrente sanguíneo, provocando el denominado 'pico glucémico' que agrava todavía más el aporte de azúcares añadidos a los cereales de desayuno. En estas circunstancias se dispara el riesgo de sobrepeso y de problemas metabólicos como la diabetes de tipo 2.
Afortunadamente, la falta de alternativas que deploraba Ursúa se está reduciendo rápidamente. Un ejemplo lo encontramos en los estantes de Mercadona. La cadena de supermercados se ha ganado los elogios de los nutricionistas con dos variedades de desayunos bajo su marca Hacendado que hemos comentado en EL ESPAÑOL: por un lado, el 'Cereal Mix' con avena (40%), maíz (40%) quinoa (10%) y arroz (10%). Por el otro, el 'Avena Crunchy', con un 85% de avena integral y bajos en azúcar. Es el turno de abordar el tercero, los '0% Trigo de espelta'.
La espelta es un cereal bajo en grasas y rico en vitaminas del grupo B y E, minerales como el magnesio, manganeso, fósforo, hierro, cobre, zinc, selenio y potasio. Los compuestos fitoquímicos antioxidantes y antiinflamatorios se encuentran en este caso intactos, y su gran aporte de fibra ayuda a prevenir los problemas cardiovasculares y el colesterol. También fortalece el sistema inmunológico y mejora las digestiones, al evitar el mencionado pico glucémico.
En el caso de los nuevos copos de Hacendado, solo encontraremos tres ingredientes, por lo que se trata de un procesado mínimo: harina de espelta integral (97,2%), harina de malta de cebada y sal. Este último ingrediente sería el único a vigilar: con 0,78 gramos por cada 100, se considera un contenido 'moderado', pero no hay que olvidar que la Organización Mundial del Consumo (OMS) recomienda no tomar más de 5 gramos de sal al día.
A cambio, estos cereales aportarán 8,8 gramos de fibra por cada 100, además de casi 15 gramos de proteína vegetal, de gran importancia también ya que el principal aporte proteico de nuestra dieta suele ser de origen animal. El resto lo constituyen un 66% de carbohidratos, pero al tratarse de cereal integral sin azúcar añadido, esto se traduce en menos de dos gramos de azúcar por cada 100. Un balance equilibrado, en definitiva, que los convierten en una opción alimentaria idónea para empezar el día.