La mejora del rendimiento deportivo a través de la nutrición, la alimentación sostenible y la educación nutricional son los tres ejes sobre los que se sustenta el proyecto liderado por María Soledad Fernández, investigadora de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), del Área de Nutrición y Bromatología, y Justo Javier Pedroche, investigador del Instituto de la Grasa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSI).

La incitativa, denominada 'Evaluación de nuevas tecnologías disruptivas (explosión a vapor) en el diseño de hidrolizados proteicos vegetales a la medida aplicados a nutrición deportiva', cuenta con la financiación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, según detalla el CSIC en un comunicado.

La investigación, centrada en evaluar la mejora del rendimiento de deportistas a través de la suplementación de una bebida novedosa a base de hidrolizados proteicos con garbanzo, con demostrada actividad antioxidante y antiinflamatoria, cuenta con la colaboración del Cádiz Club de Fútbol.

"Actualmente estamos desarrollando un estudio randomizado, cruzado, doble ciego y controlado con placebo en el equipo senior masculino y el equipo senior femenino de este Club". Con una duración total de 12 semanas de intervención, en esta fase de la investigación los y las futbolistas están consumiendo la bebida deportiva antes y después de los entrenamientos y partidos, ha explicado la investigadora del UPO.

Así, los responsables del proyecto analizarán el rendimiento deportivo, la respuesta muscular y la recuperación del deportista según diferentes marcadores biológicos y mediciones de control.

En este sentido, se han puesto de manifiesto las propiedades antioxidantes, antiinflamatorias e inmunomoduladoras de péptidos bioactivos procedentes de diversas fuentes proteicas de origen vegetal, fundamentalmente legumbres, entre las que destaca el garbanzo por ser un alimento de alta disponibilidad y bajo coste.

El estudio también tiene en cuenta el cambio notable en el comportamiento del estilo de vida en todo el mundo, marcado por el consumo de alimentos altamente procesados y una conducta sedentaria. Esto ha llevado a una modificación en los patrones de enfermedad conocidos como enfermedades crónicas o enfermedades no transmisibles tales como enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes.

"No obstante, tiempos de grandes cambios siempre vienen asociados a situaciones con nuevas oportunidades", ha afirmado Pedroche. Al tiempo, asegura que una parte de la sociedad quiere modificar "no solo la forma en que comen o beben debido a que está tomando conciencia del papel que desempeña la comida en sus vidas", ha defendido el investigador del Instituto de la Grasa.

Prevención y calidad de vida

Los hidrolizados de proteínas son fragmentos de estas proteínas denominados péptidos que pueden ser obtenidos por hidrólisis a través de la acción química o enzimática. Este proceso implica una especie de "predigestión" que ayuda al sistema digestivo a ser más eficaz en la asimilación de estas proteínas alimentarias.

La naturaleza proporciona modelos para el estudio de estos hidrolizados proteicos, como los procesos de fermentación y maduración en yogur, queso y kéfir, entre otros. Además, la introducción de hidrolizados proteicos en alimentos especializados para quienes se requiere una mejor y más fácil digestibilidad ha sido y es de gran importancia para la calidad de vida de muchas personas.

"Lo novedoso de estos hidrolizados es que algunos de estos fragmentos o péptidos presentan un efecto positivo, más allá de su valor nutricional en algunas funciones fisiológicas del cuerpo humano -antioxidante, antiinflamatorio, hipotensora- contribuyendo a la prevención de enfermedades, así como al bienestar y la calidad de vida de los individuos", ha explicado Pedroche.

De forma paralela, en el marco del proyecto se ha iniciado un programa de educación nutricional en los futbolistas, para fomentar el seguimiento de una alimentación saludable como pilar fundamental de su dieta. "Estudios previos han revelado baja calidad de la dieta en los deportistas, debido a sus escasos conocimientos en materia de nutrición y alimentación, y a su estilo de vida, en el que predominan falta de tiempo y desplazamientos habituales", ha concluido Fernández.

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