El consumo de aguacate o de guacamole, lejos de ser un riesgo para la salud por su alto contenido calórico y graso, ha demostrado ser un pilar básico para cualquier dieta basada en plantas. Y los estudios que relacionan su consumo con un menor riesgo cardiovascular no han hecho más que aumentar.
El último de ellos, publicado en el Journal of The American Heart Association, ha vuelto a encontrar relación: dos o más raciones de aguacate a la semana reducirían el riesgo cardiovascular.
Los aguacates son ricos en fibra, grasas insaturadas -concretamente grasas monoinsaturadas- y otros componentes favorables para la salud cardiovascular. En ensayos clínicos previos ya se demostró que el consumo de aguacate tiene beneficios para el corazón, sobre todo para reducir el colesterol sanguíneo.
Los investigadores, dirigidos por la Dra. Lorena S. Pacheco del Departamento de Nutrición de la Escuela Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard, creen que este sería el primer gran trabajo que respaldaría la relación inversa entre aguacate y eventos cardiovasculares: a mayor consumo, menor riesgo.
En este caso, los investigadores usaron datos de 68.780 mujeres de entre 30 y 55 años del 'Estudio de Salud de Enfermeras', y de 41.700 hombres de entre 40 y 75 años del 'Estudio de Seguimiento de Profesionales de la Salud'.
Todos los participantes estaban libres de cáncer, enfermedad cardio o cerebrovascular al inicio del estudio, y todos vivían en Estados Unidos. Tras 30 años de seguimiento se documentaron 9.185 eventos coronarios y 5.290 accidentes cerebrovasculares en total entre ambos grupos de estudio.
La dieta de todos los participantes se evaluó mediante cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos al inicio del estudio y de forma continuada cada 4 años. En el caso del aguacate en particular existía una pregunta en el cuestionario acerca de la cantidad y frecuencia de consumo del mismo: una ración equivalía a medio aguacate.
Según los datos del estudio, tanto un mayor consumo de aguacate como el uso del mismo como sustituto de otros alimentos tendría beneficios:
- El consumo de al menos dos raciones de aguacate semanales reduciría hasta un 16% el riesgo de enfermedad cardiovascular en general, y hasta un 21% el riesgo de enfermedad coronaria en particular, en comparación con no consumir nada.
- Reemplazar media porción de margarina, mantequilla, huevo, yogur, queso o carnes procesadas con la misma cantidad de aguacate se asociaría con un riesgo de un 16-22% menor de enfermedad cardiovascular.
- Sustituir media ración diaria de aguacate por una cantidad equivalente de aceite de oliva, frutos secos u otros aceites vegetales no tendría beneficios adicionales.
- No hubo asociaciones entre el consumo de aguacate y el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
Según Pacheco, estos resultados otorgarían información adicional a los profesionales de la salud para orientar a sus pacientes en cuanto a alimentación se refiere. Reemplazar ciertos productos y alimentos con grasas saturadas, como el queso o las carnes procesadas, por el aguacate sería una opción más saludable según la investigadora.
Así mismo, los hallazgos seguirían la actual línea de la guía de la American Heart Association sobre las bondades de seguir una dieta mediterránea. Esto implica basar la alimentación en frutas, verduras, granos enteros, legumbres, pescados y otros alimentos saludables, junto a grasas de origen vegetal y aceites.
Para finalizar, cabe puntualizar algunos aspectos del estudio: por un lado, ningún alimento de forma aislada es la solución para llevar una dieta saludable, sino que se trata de un conjunto de alimentos de forma general. Aún así, incluir el aguacate y usarlo como reemplazo de otros alimentos menos saludables puede ser un buen comienzo. Por otro lado, se trata de un estudio observacional y no de un ensayo clínico, por lo que no es posible probar una causa-efecto de forma directa.
Además, la recolección de datos podría haberse visto afectada al tratarse de mediciones de cantidades y frecuencias autoinformadas y no medidas de forma directa por los investigadores. Y, para finalizar, la mayoría de los participantes eran trabajadores de la salud de raza blanca, algo que podría complicar la extrapolación de los datos en otros grupos de personas.