El kiwi es un pájaro no volador de hábitos nocturnos, que al contrario que la fruta con la que comparte nombre, no ayuda a adelgazar, pero sí emite un sonido entrañable similar a ‘kee woo’, el cual probablemente sea el origen de su nombre. A pesar de su exótico nombre y aspecto tropical, el kiwi, fruta, es originario de China y prefiere climas templados en vez de cálidos.
En 1904 se introdujo en Nueva Zelanda y desde entonces, su cultivo se ha ido extendiendo. En el 59 se le dio su nombre actual en honor al símbolo nacional de Nueva Zelanda, el kiwi, que a su vez es el apodo con el que se conoce a los habitantes del país. Mientras, en otros mercados como China se le sigue conociendo como yangtao (melocotón de fresa) o mihou tao (melocotón del mono).
Antioxidante
Esta baya de piel delgada, por fuera es verde parduzco, aunque parece marrón, al estar recubierta de duros y finos pelillos de este color. Dentro, entre carne de color verde brillante, se esconden multitud de nutrientes y el doble de vitamina C que contienen las naranjas (alrededor de 100 miligramos por cada 100 gramos).Según el Ministerio Agricultura, Pesca y Alimentación, con el consumo de un kiwi de tamaño medio (100 gramos), se cubre el 85% de las ingestas diarias recomendadas para este nutriente.
Este antioxidante es clave en la formación de vasos sanguíneos, músculos, cartílagos y colágeno, parte fundamental de la estructura ósea del organismo. También interviene en la asimilación del hierro y protege al organismo del daño provocado por los radicales libres.
Bueno para la vista
Esta fruta también es rica en luteína, un pigmento que forma parte de la retina, que protege la mácula de los rayos UV, reduciendo así el riesgo de sufrir degeneración macular, como revela un estudio realizado en la Facultad de Ciencias de la Salud de Sídney, Australia; ligada a la edad, glaucoma o cataratas.
Además, consumir esta fruta durante el embarazo garantiza que le llegue suficiente luteína al feto como para formar una retina sana, y "durante la lactancia también es recomendable ya que fortalece la fisión del recién nacido", explica Concepción Martínez, dietista-nutricionista.
Consumir kiwi habitualmente, tanto en el desayuno, como en la cocina, como merienda o en la cena, ayuda a llevar una dieta equilibrada y variada; también contribuye a alcanzar el mínimo establecido por la Organización Mundial de la Salud de consumir más de 400 gramos al día de frutas y verduras. Un objetivo que coincide con el Plato Saludable de la Universidad de Harvard, que aconseja que cada plato contenga un 50% de frutas y verduras.
Favorece la digestión
El kiwi es famoso por combatir el estreñimiento, gracias a que es rico en fibra soluble que se encarga de captar agua en el intestino, ayudando a que las heces sean más blandas. También es conocido por tener el doble de vitamina E que el aguacate y una buena parte de vitamina A, que al igual que la luteína, está vinculada a la buena salud de la visión. También es un aliado en las dietas de adelgazamiento, adelanta Martínez, ya que contiene pocas calorías (67 de cada 100 gramos).
Esta fruta es muy digestiva, permite disgregar las proteínas de los alimentos, evitando además las indigestiones, los gases y las gastritis. Además, al contar con ácidos grasos y vitamina E, fluidifica la sangre, preservando el buen estado de las arterias. De esta forma, evita la formación de coágulos en los vasos sanguíneos, protegiendo así de las trombosis, anginas de pecho, derrames cerebrales e infartos.
En cuanto a los minerales compite directamente con el plátano en cuanto a la cantidad de potasio que aporta, además de magnesio, fósforo, ácido fólico y cromo, por lo que es recomendable también en las dietas de personas que padezcan diabetes, ya que el cromo trivalente, al interactuar con los tejidos activa los receptores, facilita que las células asimilen la glucosa.
Un estudio publicado en la revista Nutrients, revela que comer un par de kiwis cada día mejora el estado de ánimo y la sensación general de bienestar. Los hallazgos apuntan a que las personas que comieron dos kiwis, alcanzaron el nivel de saturación de vitamina C en plasma en dos semanas.