Las tortitas de cereales son un ejemplo de alimento considerado originalmente como una alternativa dietética o específica para personas con restricciones alimentarias, pero que han terminado por multiplicarse como producto de consumo. Ahora podemos encontrar múltiples variedades en los supermercados de toda España, con un vasto catálogo de sabores y materias primas.
Todas, sin embargo, se presentan bajo una misma premisa: se trataría de un picoteo más saludable que otros y con efecto saciante, lo que ayudaría a reducir la ingesta calórica a lo largo del día y a adelgazar. Esto, sin embargo, puede volverse en nuestra contra si la tortita viene cargada de ingredientes insanos como aceites vegetales de baja calidad o sal.
Para ayudarnos a elegir en nuestra compra si vamos a optar por esos productos, la revista Consumer Eroski ha realizado para su edición de junio una revisión de las principales marcas a la venta. En ese sentido, los autores explican que se pueden dividir en tres grandes grupos.
El primero, que denominan "básicas", corresponde a las tortitas compuestas principalmente por cereales: Bicentury arroz, Veritas maíz y Eroski de maíz con quinoa. Las siguientes son las "de sabores": Bicentury tomate y Bicentury jamón. El tercero y último sería el de las "de chocolate": Bicentury chocolate blanco, Gullón chocolate, Veritas chocolate, Santiveri chocolate y Eroski chocolate.
Son estas últimas las que deben ponernos primero en guardia, porque son las únicas en las que los cereales no son el ingrediente principal. En las tortitas Veritas con chocolate negro encontraremos un 57 % de chocolate, y en las Bicentury arroz con chocolate blanco, la mitad de la tortita corresponde a ese dulce que, para empezar, es el peor chocolate -nutricionalmente hablando- que podríamos elegir.
Las básicas, por otra parte, concentran la mayor cantidad de cereal, encabezadas por Veritas maíz y Eroski de maíz con quinoa, "ambas con un 95,7 %". En las de sabores, sin embargo, la proporción de cereales desciende al 78%. "Se explica por la presencia de otros ingredientes, principalmente aceite de girasol y de oliva", precisan desde Consumer.
Con este reparto de ingredientes, no es de extrañar que la práctica totalidad de los nutrientes de las tortitas correspondan a hidratos de carbono. En las tortitas con chocolate, sin embargo, "una buena parte de esos hidratos de carbono son azúcares", explican los autores, lo que puede llevar a que "en 100 gramos (unas ocho tortitas de chocolate)" haya "entre cinco y seis cucharaditas de azúcar". La excepción serían la de Santiveri: emplean edulcorantes no calóricos, pero tampoco son inocuos.
Las grasas son casi inexistentes en las básicas -entre un 1% y un 3,5%-, aumentan hasta un 15% en las de sabores por los aceites previamente mencionados, y pueden exceder el 20% en las de chocolate ya que contienen manteca de cacao. Estos aportes de grasa incrementan el valor calórico de la tortita, "con cifras que rondan las 460 kcal por cada 100 gramos, frente a las tortitas básicas, que aportan unas 380 kcal".
La sal es otro de los factores que tenemos que vigilar, y en las tortitas de sabores pueden superar el umbral del 1,25% del producto, lo que ya se considera un exceso. Es cierto que rara vez se consumen 100 gramos de producto: dos o tres suponen unos 25 g. "Incluso en cantidades moderadas algunas de estas tortitas pueden suponer un aporte significativo de sal, azúcar, grasas o calorías en nuestra dieta", advierten desde Consumer.
Lo ideal, por tanto, sería optar por las tortitas lo más básicas posibles y ser muy cuidadosos con las raciones. De ahí la última recomendación, de tipo práctico: algunos de estos productos "se venden en bolsas en las que no se dosifican las raciones, así que puede hacer más difícil que nos limitemos a comer solo 25 gramos".