El desayuno es uno de los grandes placeres a los que el españolito medio se entrega con fruición desde el comienzo de los tiempos. Pocas personas pueden resistirse a tomar unas tostadas con tomate y un café con leche antes de empezar con la jornada de trabajo. Sin embargo, muchos de los alimentos con fama de saludables que comemos a primera hora de la mañana son, en realidad, perjudiciales para nuestra salud. De hecho, muchos nutricionistas desmienten que el desayuno sea la comida más importante del día, mucho menos si tomamos productos que perjudican nuestra salud.
Uno de ellos es el zumo de naranja que suele acompañar al cruasán o a las tostadas en muchos hogares y bares de España. El zumo industrial tiene —valga la redundancia— cantidades industriales de azúcar. Es algo asumido por la mayor parte de las personas. Sin embargo, el zumo natural, como muchos de los alimentos que tienen la coletilla "natural", ha sido asociado con unas buenas propiedades para el organismo. "Tómatelo rápido, que se le van las vitaminas", solían decir nuestras abuelas. Nada más lejos de la realidad.
Lo explica José Miguel Mulet, profesor de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia y divulgador científico, en su libro ¿Qué es comer sano? (Destino, 2018). "Lo cierto es que la vitamina C y otros antioxidantes presentes en el zumo de frutas poco a poco se van degradando, pero no es para hacer una contrarreloj", escribe el especialista.
[Sólo un vaso de zumo de naranja natural al día aumentaría el riesgo de cáncer]
"Un estudio del año 2002 sobre la estabilidad del ácido ascórbico en zumos de naranja comerciales demostró que la pérdida de vitamina C era de aproximadamente el 2% por día una vez que se abrían. Contando que un zumo de naranja hecho en casa, que no se ha sometido a tratamientos térmicos ni enzimáticos tendrá un contenido en vitamina C mayor que los zumos comerciales, pues no hace falta correr tanto", remacha.
El zumo de naranja natural ni siquiera es el alimento que más vitamina C aporta a nuestra dieta. El perejil, el brócoli, el pimiento rojo, las coles de bruselas o la papaya, por ejemplo, contienen en 100 gramos mucha más vitamina C que la naranja. Hasta la fresa tiene un aporte de este micronutriente mayor que la naranja (aunque la diferencia tampoco es muy abultada).
Pero, entonces, ¿por qué los médicos recomiendan evitar el zumo de naranja en nuestra dieta diaria? ¿No es lo mismo tomarse un zumo de naranja que una fruta? La respuesta es: no. "Conviene tomar la fruta entera. Convertir una pieza de fruta en zumo es una mala idea", explica Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra y uno de los grandes referentes en nutrición de nuestro país, en su libro Salud a ciencia cierta (Planeta, 2018) .
Si bien es cierto que el zumo que consumimos en casa es mejor que el embotellado, al consumir la fruta exprimida rompemos la matriz y perdemos la fibra que incluye la fruta. "En el caso de la naranja, por ejemplo, se debe tener en cuenta que en el albedo (la parte blanca que envuelve los gajos) hay muchos contenidos interesantes, con muchos antioxidantes", señala el también catedrático visitante de la Universidad de Harvard.
Además, tal y como asegura Marián García ('Boticaria García') en El jamón de York no existe, el azúcar que se consume en la fruta "no es comparable" con el que tomas en un zumo. "En 2015, la OMS publicó un documento de posición sobre los azúcares en el que calificaba a los azúcares de los zumos como azúcares libres (es decir, malos)", escribe la farmacéutica y divulgadora científica. Y es que, al eliminar la pulpa de la fruta también eliminamos "la matriz que 'retiene' el azúcar y este pasa a la sangre de forma mucho más rápida".
La saciedad también será mucho menor tomando un zumo en lugar de una fruta y, además, el contenido calórico será más elevado en el primer caso. Es decir, los expertos recomiendan evitar en la medida de lo posible los zumos naturales. Siempre será mejor comerse una buena naranja, o una piña, que recurrir a su versión líquida (por muy natural que sea).