El innovador yogur bajo en calorías de Mercadona: éxito de Hacendado ligero, saludable y probiótico
La cadena lanza una nueva versión de uno de sus lácteos más populares con menos grasas y aditivos que el original.
8 julio, 2022 03:42El interés por la alimentación saludable y la información nutricional ha despegado en los últimos años de mano de las redes sociales y los comunicadores especializados, pero la importancia de los alimentos con efecto probiótico ya era conocida desde hace décadas. Se trata de aquellos que han introducido fermentos vivos para su elaboración: los lácteos cuajados, los encurtidos y los alimentos fermentados por destacar unos cuantos.
Además de dar lugar a unas preparaciones gastronómicas muy apreciadas en culturas de todo el mundo, estos alimentos contribuyen a mantener la salud de nuestra microbiota, la 'flora intestinal' formada por microorganismos relacionada con múltiples aspectos del buen funcionamiento de nuestro organismo. Las comidas con acción probiótica, acompañadas del importante aporte de la fibra alimentaria, ayudan a equilibrar las comunidades bacterianas que nos benefician. Una dieta inflamatoria y rica en alimentos procesados, por el contrario, disparará el riesgo metabólico y de cáncer.
Como nos recuerdan a menudo las campañas publicitarias, los lácteos -especialmente los yogures- tienen ese efecto probiótico. Pero hay uno originario del Cáucaso que ha pasado de ser una rareza a un elemento común en la dieta de muchos: el kéfir. A menudo, descrito como un "falso yogur", se elabora con unos gránulos a base de un polisacárido -conjunto de azúcares simples- llamado kefirán en lugar de con los fermentos lácticos -Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus- empleados con el yogur convencional.
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En la superficie de estos gránulos se encuentra un microecosistema de hongos y bacterias responsable de acidificar la lactosa al mezclarse con la leche. Al cuajar, dará lugar a una especie de yogur líquido o batido, con un fuerte sabor ácido: además de la fermentación ácido-láctica, queda el poso de una fermentación láctico-alcohólica como la que se produce en la cerveza, aunque en ese caso el contenido de alcohol ronda el 1%. Por otro lado, su mezcla de hasta 61 microorganismos distintos entre cepas y levaduras haría que su efecto probiótico superase incluso al del yogur.
Desde hace unos años, se puede encontrar en los supermercados de Mercadona 'Kéfir Natural' de su marca Hacendado, una opción recomendada por los nutricionistas al no incluir aditivos insanos como azúcares añadidos o purés de fruta. Una forma de tomarlo para corregir su acidez sería mezclarlo con fruta cortada -no triturada- o cereales integrales. Para aquellos que busquen una opción más ligera todavía, sin embargo, la cadena lanza el 'Kéfir bebible natural Hacendado 0% m.g', elaborado únicamente a partir de leche desnatada y fermentos lácteos.
Este lácteo se elabora en España por la marca barcelonesa Productes del Moianès, proveedor también de una bebida a base de kéfir y coco. Se puede comparar con la versión natural del kéfir de Hacendado, que emplea leche sin desnatar y cuyo contenido en grasa alcanza el 4,2% del producto, con un 5,2% de hidratos -2,3% de los cuales corresponden a azúcares necesarios para alimentar la fermentación- y un 3,9% de proteínas. Su contenido calórico ronda las 74 calorías por cada 100 gramos de producto.
La nueva versión '0%', sin embargo, solo tiene 36 calorías por 100 gramos: las grasas apenas suponen un 0,5% del total, con un 4,8% de hidratos y un 2,4% de azúcares. Las proteínas, de alta calidad, se mantienen, y el único ingrediente que empeora sería la sal: con un 0,17% es superior al 0,08% que tiene el kéfir natural sin desnatar, pero es una cantidad tan baja en cualquier caso que no debe preocupar al consumidor.
¿Es por tanto preferible este kéfir natural ligero al anterior? En los últimos años se han desmontado numerosos prejuicios sobre la leche entera, tanto los que la vinculan con el sobrepeso como con los problemas cardiovasculares. No es, por tanto, imprescindible optar por lácteos desnatados. El menor contenido calórico, por otro lado, sí puede ayudar a perder peso. En ambos casos nos beneficiaremos de sus efectos antimicrobianos, anticancerígenos, de modulación de la microbiota intestinal y antidiabéticos. Y gracias a su doble fermentación, será más digerible para las personas con problemas con la lactosa.