Este es el alimento popular en España e indispensable para evitar las fracturas de cadera
Reducir el consumo de carne es beneficioso, pero eliminarla por completo de la dieta puede traducirse en problemas de huesos.
11 agosto, 2022 03:06Cada vez se comprende más y mejor el funcionamiento de la osteoporosis y el riesgo de fracturas derivadas. Sin embargo, queda mucho por analizar respecto a la alimentación adecuada para prevenirlas. Se sigue priorizando el consumo de calcio y vitamina D, pero en los más recientes estudios se está buscando el mejor patrón alimentario general.
Uno de estos últimos estudios, publicado recientemente en BMC Medicine, se ha centrado en la dicotomía entre dietas vegetarianas y dietas carnívoras. La conclusión de los investigadores es que las dietas vegetarianas presentarían un mayor riesgo de fractura de cadera en comparación.
Las dietas vegetarianas han ganado popularidad durante los últimos años. Durante 2021, la encuesta YouGov de Reino Unido calculó que un 5-7% de su población lleva a cabo una dieta sin carne, que se percibe como una opción más saludable.
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De hecho, diversos estudios corroboran dicha creencia, dado que las dietas vegetarianas y las dietas basadas en plantas en general (con una mínima ingesta de carne y/o pescado) se habrían relacionado con un menor riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes, la enfermedad cardíaca o el cáncer, en comparación con las dietas omnívoras.
Además, la reducción de la carne en la dieta y la priorización de los alimentos de origen vegetal también se habría relacionado con una mayor sostenibilidad ambiental, motivo por el cual las dietas basadas en plantas se están promocionando para abordar el cambio climático.
Por su parte, comprender mejor el riesgo de sufrir fractura de cadera dependiendo de la dieta es importante para la salud pública, dado que esta patología es un problema a nivel mundial. Tiene un alto coste económico y puede ocasionar para el paciente una gran pérdida de independencia, una reducción de la calidad de vida y un aumento del riesgo de otros problemas de salud.
El estudio, llevado a cabo por James Webster y sus colegas de la Facultad de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Leeds, analizó datos de 26.318 mujeres británicas de entre 35 y 69 años del Estudio de Cohorte de Mujeres de Reino Unido durante un periodo aproximado de 20 años de seguimiento.
Se analizó la posible relación entre el riesgo de fractura de cadera según el tipo de alimentación llevada a cabo: carnívoros ocasionales (flexitarianos), pescetarianos o consumidores de pescado pero no de carne, vegetarianos y carnívoros habituales. Para ello, se recopilaron datos mediante un cuestionario de frecuencia alimentaria validado.
Según los datos del estudio, se produjeron 822 casos de fractura de cadera durante el periodo de seguimiento, un poco más del 3% de la población estudiada. Tras ajustar factores como tabaquismo y edad, entre otros, los vegetarianos fueron el único grupo de dieta con un riesgo significativamente superior para acabar sufriendo fractura de cadera. Presentaban hasta un 33% más de riesgo en comparación con los consumidores de carne habituales.
Como explica Webster, este estudio destaca la preocupación potencial sobre el riesgo de fractura de cadera en mujeres que llevan a cabo una dieta vegetariana y que no son conscientes del riesgo al que se enfrentan. Aunque, eso sí, los investigadores son conscientes de que hablar de "dieta vegetariana" en general no es lo adecuado, dado que estas dietas pueden variar significativamentre entre personas y resultar más o menos saludables a pesar de ser vegetarianas. Lo mismo puede decirse de las dietas ricas en productos animales.
Sin embargo, sí hacen hincapié en que varios estudios han corroborado una menor ingesta de determinados nutrientes importantes para la salud ósea dentro de las dietas vegetarianas. Estos nutrientes que a su vez destacan por ser más abundantes en la carne y otros productos derivados animales, como las proteínas, calcio y otros micronutrientes.
La baja ingesta de estos nutrientes puede dar lugar a una menor densidad mineral ósea, y una menor masa muscular, lo que a largo plazo puede aumentar el riesgo de fractura de cadera, según comentan los investigadores.