Las fresas saben a verano aunque ahora las podamos disfrutar durante todo el año. A pesar de ser una de las frutas más sabrosas y versátiles para la gastronomía, en España todavía no pasamos de los 2,59 kilos por persona al año aunque tanto por sus pocas calorías como por sus muchas cualidades deberíamos tenerlas siempre en nuestro frutero. Viene de varias especies de plantas rastreras del género Fragaria y su tamaño puede variar de los 15 a los 22 milímetros de diámetro, unos sépalos verdes coronando su color rojo y un sabor que cambia de ácido a muy dulce.
Lo que quizás no sepamos es que en realidad la fresa no es un fruto en sí, sino un engrosamiento del receptáculo floral, una modificación carnosa del tallo con la función de contener dentro de ella los frutos de la planta, siendo las famosas pepitas las auténticas frutas, nos cuenta la Fundación Española de Nutrición (FEN). En su versión silvestre, el origen está localizado en la región de los Alpes y en Francia empezó a cultivarse en el siglo XV. En nuestro país se popularizó en el XVIII y desde Europa se extendió también por América. De hecho, en Chile los españoles descubrieron otra especie, la Fragaria chilonensis de la que, cruzada con la Fragaria vesca, se obtuvo el fresón, más grande y resistente.
Ambas tienen un bajo contenido energético con una gran cantidad de agua e hidratos de carbono. Es fuente de vitamina C, aportando más que la propia naranja, superando en ambos casos la cantidad de 60 miligramos recomendada al día. Las fresas contienen diversos ácidos orgánicos entre los que destacan el ácido cítrico, el ácido málico, oxálico y pequeñas cantidades de ácido salicílico. Su color deriva de los flavonoides, siendo una de las frutas con mayor capacidad antioxidante debido a las antocianinas y a la presencia de polifenoles que protegen a las células del daño oxidativo.
[Estas son las calorías de un yogur desnatado: no es el más sano que puedes tomar]
Uno de los efectos más apreciados de las fresas son la protección a nivel cardiovascular y contra enfermedades como la diabetes tipo 2 o el cáncer. Se trata de una fruta que aporta mucha hidratación y es antiinflamatoria. También es una de las que más ácido fólico tienen, ayudando al crecimiento y desarrollo de los huesos y músculos. No obstante, hay que escoger muy bien qué fresa tomar para obtener la que mejores propiedades y sabor tienen. Un equipo de investigación de la Universidad de Huelva (UHU) ha identificado los factores que se aplican en los mejores cultivos.
En el estudio, publicado en la revista Foods, el grupo investigador define la composición química que posee cada uno de los tipos de fresa que han analizado y concluyen que mayores cantidades de agua y temperatura, dependiendo de la época de recolección, determinará que la fresa sea más rica en polifenoles, los compuestos beneficiosos por su función antioxidante. Estos resultados podrán aplicarse como un recurso para optimizar la producción en función de los intereses de los agricultores.
¿Cuántas calorías tiene una fresa?
Según la FEN, por 100 gramos de fresas el valor nutricional es el siguiente: 40 calorías, 0,7 gramos de proteína, 0,5 gramos de grasas totales, 0 miligramos de colesterol, 7 gramos de hidratos de carbono, 2,2 gramos de fibra, 89,6 gramos de agua, 25 miligramos de calcio, 12 miligramos de magnesio, 190 miligramos de potasio, 26 miligramos de fósforo y 60 miligramos de vitamina C. Teniendo en cuenta que cuan fresa suele pesar unos 33 gramos, concluimos que cada una de ellas aporta únicamente 11 calorías.
[Cuántas calorías tiene una aceituna y por qué deberías tomarlas siempre en el aperitivo]
La pregunta ahora es qué cantidad de fresas deberíamos tomar al día como mínimo y un artículo publicado en Nutrients ha contestado a la pregunta. Se trata de las conclusiones de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Nevada y de la Universidad Estatal de Oklahoma que se ha fijado especialmente en los beneficios de la fresa a nivel cardiometabólico. El consumo de bayas en general mejora los niveles de colesterol total y triglicéridos, pero han cifrado en dos porciones y media al día la toma mínima para lograr una mejora significativa en la resistencia a la insulina y a los niveles de partículas de colesterol a nivel sanguíneo.
¿Cómo incorporar la fresa a la dieta?
Decíamos al principio que a las fresas todavía le queda camino para lograr colocarse entre las fresas más consumidas en nuestro país, por eso nunca viene mal saber cómo podríamos incorporarla a nuestra dieta en su versión fresca, congelada, liofilizada o en mermelada. Es importante soltarse con ella y evitar prejuicios para usarla, por ejemplo, en una ensalada de pollo o con espinaca y queso de cabra. También podemos emplearla en una macedonia de fruta fresca, añadirlas a un yogur con frutos secos, a una tostada de pan con crema de queso o licuarla con leche o bebida vegetal para preparar un batido, entre otras muchas opciones.
[Cuántas calorías tiene el pollo y cómo tomarlo para que sea más saludable]