La fibra dietética esta demostrando año tras año, y estudio tras estudio, que no es solo un nutriente destinado a evitar el estreñimiento. Su potencial antiinflamatorio, preventivo y protector lo dejan claro en diversas investigaciones. Aunque algunos tipos de fibra funcionan mejor en determinados aspectos; no todas las fibras son iguales.
En ese aspecto, la goma guar, un tipo de fibra dietética común, habría demostrado su potencial antiinflamatorio frente a enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple, limitando la inflamación y retrasando la aparición de sus síntomas, al menos en ratones, según un nuevo estudio publicado en Cell Reports.
El estudio, llevado a cabo por los investigadores del Departamento de Microbiología e Inmunología de la University of British Columbia, y dirigidos por Lisa Osborne, se fijó en el rápido aumento de los trastornos autoinmunes e inflamatorios en los países industrializados en las últimas décadas. Esto, explican, podría ser indicativo de que la dieta es un claro factor ambiental que contribuiría al aumento de incidencia.
Enfermedades autoinmunes
Se sabe que las fibras dietéticas son moduladores potentes de las respuestas inmunes, y pueden controlar la inflamación en diversas enfermedades, pero se trata de una familia de nutrientes más diversa de lo que se podría imaginar. Este nuevo estudio brindaría una ventana más clara al potencial de varias fuentes de fibra con el objetivo de mantener una buena salud inmune, según los investigadores.
Así pues, Osborne y sus colegas expusieron a varios grupos de ratones a una variedad de dietas: una dieta control con un 5% de fibra de celulosa, una dieta sin fibra, y dietas enriquecidas con un 30% de fibra de almidón resistente, inulina, pectina o goma guar. Esta última fibra sería la más destacable.
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Tras la descomposición de la goma guar por parte de la microbiota de los ratones, se objetivó que las moléculas resultantes parecieron reducir su actividad y la proliferación de un tipo de células T CD4+, las Th1, las cuales desempeñan un papel clave en la activación de la respuesta autoinmune. De hecho, dicha activación es lo que da lugar a síntomas como los de la esclerosis múltiple en ratones.
Hasta este momento, los efectos de la fibra sobre las células Th1 eran desconocidos, por lo que estos hallazgos sugerirían que las diferencias bioquímicas en las estructuras de la fibra pueden tener efectos en diversas vías inmunitarias
La dosis humana
La goma guar se extrae de las semillas de guar, y suele usarse como aditivo para espesar y estabilizar alimentos, e incluso en aplicaciones industriales. India y Pakistán son los principales países productores de esta sustancia.
Según explican los investigadores, los frijoles de guar no son tan comunes en las dietas occidentales, y la goma de mascar no se usa en niveles tan elevados como aditivo en occidente. Se sabe que el consumo de fibra es beneficioso para el organismo, y cuánta más variedad de fibra, mejor. Sin embargo, no existía ningún trabajo que identificase cómo responde el organismo a los diferentes tipos de fibra.
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Como ejemplo, en Estados Unidos y Canadá, la ingesta diaria promedio de fibra es de 15 gramos: la mitad de las recomendaciones alimentarias actuales, situadas en los 30 gramos. Además, estas recomendaciones no diferencian por tipo de fibra, sino que hablan de consumo total de las mismas.
De hecho, como comenta Osborne, llegar a la dosis usada en su estudio con ratones pero extrapolada a los humanos podría ser todo un desafio; aunque existe un derivado de esta fibra, la goma guar parcialmente hidrolizada, que ya se comercializa como prebiótico.
En el futuro, Osborne y sus colegas quieren explorar los beneficios de la goma guar en humanos, incluyendo el desarrollo de una comprensión más detallada de la imagen molecular de la misma.