La dieta mediterránea sigue siendo el gold standar a nivel mundial; es decir, el patrón alimentario basal sinónimo de "dieta saludable". Sin embargo, este conjunto de alimentos saludables no sería el mejor de todos, y aún tendría margen para ser incluso superior, llegando a reducir más grasa visceral con unos sencillos cambios.
Es lo que se conoce como dieta verde mediterránea, una versión modificada de la dieta mediterránea enriquecida con polifenoles dietéticos basadados en té verde, frutos secos y lenteja de agua, a la par que reduciría el consumo de carne roja.
Si bien la dieta mediterránea destaca por su riqueza en alimentos de origen vegetal, poca carne y pescado, y consumo de aceite de oliva como prinicipal grasa saludable, la dieta verde mediterránea iría un paso más allá: aumentando los alimentos de origen vegetal y reduciendo el consumo de proteína de origen animal. Sus beneficios provendrían de la ingesta de polifenoles, grasas saludables, y el intercambio entre proteína animal y proteína vegetal.
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Ahora, un nuevo estudio publicado en BMC Medicine sugeriría que estos cambios serían capaces de reducir significativamente los niveles de grasa visceral, un tipo de grasa que se encuentra alrededor de los órganos internos y que es mucho más peligrosa para la salud que la conocida grasa abdominal asociada a una cintura de gran tamaño.
De hecho, la reducción de la grasa visceral es considerado como el verdadero objetivo de la pérdida de peso, ya que es un indicador más importante que el peso corporal global o la circunferencia abdominal de una persona. La grasa visceral se acumula con el tiempo entre los órganos y produce hormonas y sustancias tóxicas que aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes, demencia y muerte prematura.
Para demostrar sus beneficios, un equipo internacional de investigadores dirigidos por la profesora Iris Shai, de la Universidad Ben-Gurion de Negev, Israel, profesora adjunta de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard y profesora de honor en la Universidad de Leipzig en Alemania, analizó datos del ensayo clínico a gran escala conocido como DIRECT PLUS.
De hecho, el equipo de investigación responsable del estudio fue el primero en introducir el concepto de "dieta verde mediterránea", donde se reducía la carne roja y procesada más allá de la dieta mediterránea normal, a cambio de aumentar el consumo de polifenoles. En este caso, durante el estudio, 294 participantes consumieron 28 gramos de frutos secos de media, 3-4 tazas de té verde diarias y 100 gramos de batido verde de lenteja de agua al día durante los 18 meses de estudio. Esta última, la lenteja de agua, es una planta verde acuática rica en proteína, hierro, vitamina B12 y otras vitaminas y minerales.
Según los análisis posteriores al ensayo clínico, la dieta verde mediterránea reduciría la grasa visceral hasta un 14%, en comparación a la reducción de un 7% de la dieta mediterránea, o un 4,5% de una dieta saludable estándar.
"Una reducción del 14% de la grasa visceral es un logro espectacular haciendo cambios simples en la dieta y el estilo de vida. La pérdida de peso es un objetivo importante solo si va acompañada de resultados significativos en la reducción del tejido adiposo", según comenta la Hila Zelicha, estudiante de doctorado junto a la profesora Shai.
Por su parte, la profesora Shai recuerda que un estilo de vida saludable es una base sólida para cualquier programa de pérdida de peso. En este caso, el nuevo experimento dejó claro que la calidad de los alimentos es tan importante como la cantidad de calorías consumidas, y el objetivo a futuro será comprender los mecanismos de varios nutrientes: los efectos positivos de los polifenoles por un lado, y los negativos de la carne roja, carne procesada y carbohidratos refinados por el otro.