La alopecia androgénica, la calvicie común, afecta a hombres y a mujeres de todas las edades, pero son ellos los que más la temen desde que empiezan a notarse las temidas entradas en la juventud. Ahora, un estudio reciente relaciona el consumo de bebidas azucaradas con un mayor riesgo de que los varones se queden calvos. Gaseosas y refrescos son dos de los productos bebibles con más éxito en España y, de hecho, en los hogares españoles se consume una media de 39,19 litros por persona al año, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
No obstante, quizás la cifra disminuya después de conocer los resultados del trabajo de los investigadores de la Universidad de Tsinghua, en Beijing, que ha publicado Nutrients este mes de enero. En su artículo, concluyen que los hombres que consumen un refresco diariamente incrementan la probabilidad de experimentar pérdida de cabello en un 57% en comparación con aquellos que lo evitan.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que cualquier bebida con alto contenido de azúcar añadida podría contribuir a la afección a excepción de las bebidas de tipo dietético. Así, amplían la advertencia ante las energéticas, el café y el té endulzado, entre otras. El motivo descansa en que un exceso de azúcar provoca la resistencia a la insulina y, en consecuencia, dificulta la circulación de la sangre, que dañaría los folículos pilosos, según los investigadores.
Los datos vendrían a constatar que la mitad de los hombres suelen perder el cabello a los 50 años. De ellos, el 25% de los calvos ven los primeros signos de caída antes de los 21 años. Teniendo esto en cuenta, los investigadores buscaron vínculos entre el consumo de bebidas dulces y la pérdida de cabello analizando las respuestas a una encuesta que formularon a 1.028 hombres de China con edades comprendidas entre los 18 y los 45 años.
Los participantes en el sondeo tuvieron que responder preguntas relacionadas con su calvicie, pero también sobre sus hábitos alimenticios y su salud mental. Indagaron, asimismo, en la frecuencia de consumo de ciertos alimentos y bebidas, como las gaseosas y los refrescos. En base a sus respuestas, pudieron establecer una "asociación significativa" entre el alto consumo de bebidas azucaradas y la caída del pelo en los hombres que, sobre todo en su juventud, tenían un mayo consumo por "desconocimiento de los efectos nocivos".
El nutricionista Saúl Sánchez ha sido uno de los expertos que ha ayudado a difundir el estudio en nuestro país, valorando que "cuanto mayor es el consumo de bebidas azucaradas mayor es también la pérdida de pelo" y destacando que la "pérdida de cabello de patrón masculino ha aumentado su prevalencia del 21,3% en 2010 al 27,5% en 2021":
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Volviendo al texto del estudio publicado en Nutrients, los investigadores valoraron que "la enfermedad crónica y la muerte son tan distantes para los jóvenes que no están dispuestos a renunciar a la satisfacción que brindan las bebidas azucaradas por el bien de su salud a largo plazo". Además, sostienen que consumir refrescos de una a tres veces por semana aumenta el riesgo de pérdida de cabello en un 21% y de cuatro a siete en un 26%.
Hallaron también un vínculo entre la ingesta de bebidas azucaradas y salud psicológica, aumentando la ansiedad y los síntomas de depresión, una enfermedad que empeora con la caída del cabello. En números, el estudio determina que consumir tres refrescos al día proporcionaba un 25% más de riesgo de depresión. Con todo, el equipo científico de Beijing aboga por una rutina de alimentación saludable para protegerse de la alopecia aunque advierten que se deben realizar más estudios para confirmar sus conclusiones.
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