La suplementación con vitamina D ha tenido un nuevo boom con la reciente pandemia covid-19, dado que unos niveles adecuados de la misma se relacionaron con cierto caracter protector frente a esta enfermedad, más allá de la conocida relación entre vitamina D, calcio y osteoporosis. Sin embargo, cada vez se ven más potenciales funciones de esta vitamina u "hormona" como ya se le suele llamar.
En este caso, un nuevo estudio llevado a cabo por los investigadores del Instituto Hotchkiss del Cerebro, de la Universidad de Calgary en Canadá, junto a los investigadores de la Universidad de Exeter en Reino Unido, habría explorado la potencial relación entre la suplementación con vitamina D y el riesgo de demencia. Sus hallazgos se han publicado recientemente en la revista Alzheimer's & Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring.
En este estudio a gran escala, los investigadores analizaron datos de 12.388 participantes del Centro Nacional de Coordinación del Alzheimer de Estados Unidos, con una edad promedio de 71 años y sin diagnóstico de demencia al inicio del estudio. De todos ellos, el 37% (4.637) tomaron suplementación de vitamina D.
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Vitamina D y demencia
De entre todos los voluntarios estudiados, 2.696 sufrieron demencia durante los siguientes 10 años; de entre todos ellos, 2.017 (el 75%) no habían tomado vitamina D en ningún momento antes del diagnóstico, mientras que 679 (25%) tuvieron una exposición inicial.
Según los datos del estudio, el hecho de tomar vitamina D se asociaría con un mayor tiempo sin sufrir demencia, y con un 40% menos de diagnósticos de demencia en el grupo suplementado respecto al no suplementado.
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Como comenta el autor principal del estudio, Zahinoor Ismail, de la Universidad de Calgary y la Universidad de Exeter: "Sabemos que la vitamina D tiene algunos efectos sobre el cerebro que podrían tener implicaciones para reducir la demencia, sin embargo, hasta ahora, la investigación ha arrojado resultados contradictorios. Nuestros hallazgos brindan información clave sobre los grupos que podrían ser el objetivo específico de la suplementación con vitamina D. En general, encontramos evidencia que sugiere que la suplementación temprana podría ser particularmente beneficiosa, antes del inicio del deterioro cognitivo".
Se objetivó que la suplementación con vitamina D fue beneficiosa en todos los grupos, pero se descubrió que los efectos eran significativamente mayores en mujeres que en hombres, y también eran mayores en personas con un nivel cognitivo normal en comparación con aquellos que ya sufrían signos de deterioro cognitivo leve, una situación que hoy en día es considerada como un paso previo a la demencia a largo plazo.
El gen APOEe4
Así mismo, los efectos de la vitamina D también fueron significativamente superiores en personas que no poseían el gen APOEe4, relacionado con un mayor riesgo de demencia tipo Alzheimer, en comparación a los portadores. Los investigadores sugieren que las personas portadoras del gen APOEe4 absorben mejor la vitamina D en el intestino, lo que podría reducir los efectos de la suplementación con vitamina D. Sin embargo, no se extrajeron niveles sanguíneos para comprobar dicha hipótesis.
En estudios previos ya se habría sugerido que poseer niveles bajos de vitamina D se relacionaría con un mayor riesgo de demencia: la vitamina D participa en la eliminación de la proteína amiloide en el cerebro, cuya acumulación es una de las principales características de la enfermedad de Alzheimer. Además, los estudios también han encontrado que la vitamina D puede brindar ayuda para proteger al cerebro contra la acumulación de la proteína tau, otra molécula involucrada en el desarrollo de la demencia.
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Para finalizar, el coautor del trabajo, Byron Creese, de la Universidad de Exeter, recuerda: "Prevenir la demencia o incluso retrasar su aparición es de vital importancia dado el creciente número de personas afectadas. El vínculo con la vitamina D en ese estudio sugiere que tomar suplementos de vitamina D puede ser beneficioso para prevenir o retrasar la demencia, pero ahora necesitamos ensayos clínicos que confirmen si este es realmente el caso. El estudio VitaMIND en curso en la Universidad de Exeter está explorando este problema más a fondo asignando participantes al azar para que tomen vitamina D o placebo y examinando los cambios en las pruebas de memoria y pensamiento a lo largo del tiempo".
Como limitación prinicipal del estudio, a pesar de su elevado número de participantes y seguimiento, cabe destacar el hecho de que se trata de un estudio observacional y no un ensayo clínico, por lo que no es posible confirmar una causa-efecto clara entre la vitamina D y la demencia. Así mismo, no se llevaron a cabo muestras de sangre en los participantes, algo que a su vez ha dificultado saber si el gen APOEe4 tiene alguna relación con la absorción de la vitamina D. Como comenta Byron Creese, serán necesarios ensayos clínicos a largo plazo para corroborar algunas de estas conclusiones.