El mar es una fuente inagotable de posibilidades para la gastronomía, aunque muchas veces estas pasan desapercibidas. Para aquellos apasionados por la cocina, el océano se convierte en un lugar fascinante donde encontrar productos exóticos y únicos que marcan la diferencia en la mesa. Un ejemplo de ello es la ortiga de mar, una anémona marina que pocos conocen pero que se consume como marisco y es considerada una auténtica delicia en el sur de España, sobre todo en Andalucía, e Italia. Se puede encontrar fácilmente en los chiringuitos de playa.
La ortiga de mar (Anemonia viridis o Anemonia sulcata), conocida en Andalucía como ortiguilla y en Italia, más poéticamente, como capelli di Venere (cabello de Venus), pertenece al grupo de los celentéreos. A pesar de su aspecto, son animales y no plantas. Dentro del reino animal, se encuentra en la clase de los antozoos, al igual que los corales y las plumas de mar. Pero destacan su sabor y textura únicos, lo que la convierte en una opción interesante para aquellos que buscan probar sabores diferentes y explorar la riqueza del mar en la gastronomía.
En su hábitat, la ortiguilla se alimenta de una gran variedad de organismos, desde plancton hasta pequeños peces, erizos y camarones. Para capturar a sus presas, libera una sustancia urticante a través de sus tentáculos. Precisamente por esta capacidad, las ortiguillas se suelen preparar marinadas en vinagre durante un largo período de tiempo o como fritura, tras lo que pierden esa propiedad urticante.
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La ortiga de mar es un alimento rico en minerales que aporta importantes beneficios a la salud, como proteínas, vitaminas (A, C y B12) y minerales (calcio, hierro, magnesio, fósforo y yodo) y ácidos grasos esenciales que ayudan a mantener la salud del corazón. Todo ello con muy pocas calorías. A continuación, repasamos algunas de las propiedades y beneficios relacionados con su consumo. Eso sí, es importante recordar que tomarlo en fritura puede tener algunas contraindicaciones.
Ayuda a la digestión
Las ortiguillas contienen fibra, la cual ayuda a regular el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento. La fibra es un tipo de carbohidrato que no se descompone ni se absorbe en el intestino delgado. Cuando se consume, la fibra se mueve a través del tracto gastrointestinal prácticamente intacta hasta llegar al colon, donde es fermentada por las bacterias intestinales beneficiosas que habitan en el intestino grueso.
Uno de sus efectos es que ayuda a agregar volumen a las heces, lo que facilita su paso a través del colon y previene el estreñimiento. Además, la fibra puede absorber agua, lo que también ayuda a ablandarlas y hacer que sean más fáciles de pasar.
Otro efecto positivo de la fibra soluble es que forman una sustancia gelatinosa que ralentiza el vaciado gástrico, lo que puede ayudar a mantener la sensación de saciedad y reducir los niveles de azúcar en la sangre después de las comidas. Además, también ayuda a reducir la absorción del colesterol, lo que puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Propiedades antiinflamatorias
Algunos estudios sugieren que las ortiguillas pueden tener propiedades antiinflamatorias, gracias a su contenido de compuestos bioactivos como los flavonoides y los ácidos grasos omega-3.
La inflamación es una respuesta normal del cuerpo a una lesión o infección, pero cuando se vuelve crónica, puede contribuir a una variedad de enfermedades como la cardiovasculares, diabetes y artritis. El omega-3 ayuda a reducir la inflamación al disminuir la producción de moléculas inflamatorias en el cuerpo, como las prostaglandinas y los leucotrienos.
Beneficios para la piel
Las ortiguillas también pueden tener beneficios para la piel, gracias a su contenido de colágeno y elastina, dos proteínas que ayudan a mantener la elasticidad y la firmeza de la piel.
Además, algunos estudios sugieren que los compuestos bioactivos presentes en las ortiguillas pueden tener propiedades antioxidantes, lo que ayuda a prevenir el daño celular y a reducir los signos del envejecimiento.
Protege el sistema inmunológico
La ortiga de mar contiene ácido fólico y vitamina B12, nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico, ya que ambos desempeñan un papel importante en la producción y maduración de las células sanguíneas, incluyendo los glóbulos blancos, que son los encargados de combatir las infecciones.
Además, el ácido fólico es necesario para la síntesis y reparación del ADN, y su deficiencia puede afectar la producción de nuevas células sanguíneas y debilitar el sistema inmunológico. Por su parte, la vitamina B12 es esencial para la formación de glóbulos rojos y la síntesis de ADN.