La infección del tracto urinario está considerada como el proceso infeccioso más frecuente en el ser humano, aunque la literatura existente apunta a que de los 15 a los 50 años es un problema prácticamente inexistente en el hombre, siendo la mujer la que más sufre sus consecuencias. Se estima que, en España, cerca de cuatro millones de féminas desarrollarán al año su tipo más común, la cistitis aguda (que afecta a la vejiga). De éstas, un millón presentará recurrencias.
Se considera que esta patología es recurrente cuando se dan tres o más episodios en un año, tras una infección curada. Como explican desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), en mujeres jóvenes suele obedecer a la actividad sexual y, en postmenopáusicas, al déficit de estrógenos.
Para evitar esta repetición, uno de los remedios más sonados es el consumo frecuente de arándanos, pero hasta ahora no había una evidencia sólida al respecto. El asunto ha cambiado gracias a un trabajo en conjunto de la Universidad de Flinders y Sydney (Australia); profesionales de ambos campus acaban de publicar una revisión Cochrane que demuestra la eficacia de este fruto para prevenir futuras infecciones de orina.
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"El aumento reciente del volumen de evidencia de alta calidad ha demostrado que los arándanos son útiles para las personas que experimentan infecciones del tracto urinario recurrentes o son susceptibles a ellas", detallan los investigadores. Para llegar a la conclusión, analizaron los resultados de 50 ensayos clínicos. En total, la muestra sumaba más de 8.800 personas.
Contra distintos tipos
Además, el equipo ha descubierto que el consumo frecuente de arándanos reduce el riesgo de diversos tipos de infecciones urinarias repetidas, como la mencionada cistitis; la uretritis, que afecta a la uretra; y la prostatitis, localizada en la glándula prostática. También contra algunas formas más graves, como la pielonefritis, que ataca a los riñones.
Lo que no se ha conseguido es averiguar a qué responde exactamente este mecanismo protector. Según dilucidan en el trabajo, hasta ahora, la explicación más aceptada guarda relación con la alta concentración que posee este fruto de proantocianidina, un antioxidante que, en teoría, tendría el poder de impedir que las bacterias causantes de infecciones urinarias más comunes, como la E.coli, se adhieran a las paredes de la vejiga.
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Si bien, esta propiedad iría siempre con relación a la prevención y nunca como un potencial tratamiento, un mito muy extendido en la cultura popular. Para eso, se debe consultar siempre con un profesional, que diagnostique el tipo de infección de orina, pues cada una guarda sus particularidades y, por ende, su propio remedio.
Añadido a este matiz, otro de los problemas que se encontraron los investigadores fue que el arándano fue efectivo contra la enfermedad en varios grupos de personas, pero no en todos. Mostró eficacia con mujeres, niños y pacientes con susceptibilidad después de una intervención médica. No lo hizo en hombres, mujeres de avanzada edad, dolientes de retención de orina y embarazadas.
Complicaciones graves
Estos grupos deberán aplicarse los consejos que ofrecen las instituciones médicas para prevenir la enfermedad. Por ejemplo, desde la SEMG recomiendan una limpieza perineal correcta, miccionar de forma frecuente, vaciar completamente la vejiga al orinar, evitar baños prolongados y jabonosos y poner medidas contra el estreñimiento, pues la proximidad del colon con el aparato urogenital facilita la infección de orina por contigüidad.
Las embarazadas deben prestar especial atención a todo esto, ya que las infecciones no tratadas pueden provocar partos prematuros y recién nacidos de bajo peso. Fuera de este supuesto, la enfermedad no suele ser grave, más allá de que su sintomatología es muy molesta, con una sensación constante de ganas de orinar, ardor al hacerlo y dolor pélvico.
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Excepcionalmente, la enfermedad sí puede cursar complicaciones, como un daño renal permanente ocasionado por una infección que no se trató. En los casos más extremos, se puede producir una septicemia, una afección grave y potencialmente mortal en la que el cuerpo responde de manera incorrecta a una infección.
En los hombres, aunque no son algo frecuente, sí que se consideran más graves, pues están asociadas con anomalías funcionales de la vía urinaria. Normalmente, tiene que ver con un estrechamiento de la uretra, que requerirá de un estudio.