Disfrutar de una vida larga y saludable es el objetivo de todo ser humano. No se trata solo de la cantidad de años vividos, sino también de la calidad de salud con la que los disfrutamos. Es una prioridad de salud pública cuando hay más centenarios que nunca. China es uno de los países en los que se está comprobando que cada nueva generación es más longeva: ya hay más de 50.000 personas que oficialmente rebasan los 100 años de vida.
Según un estudio publicado en la revista Nutrients, los habitantes del gigante asiático se apoyarían en tres claves de sus hábitos para superar los 100 años. Frutas y verduras, poca sal y ejercicio serían solo algunos de sus secretos.
Aún hoy en día no se conocen totalmente los determinantes que rigen la longevidad. Se sospecha que sería una mezcla de factores biológicos, ambientales y psicosociales. La actividad física, buenos hábitos dietéticos y evitar tóxicos como tabaco o alcohol serían algunas de estas claves. Sin embargo, no existen muchos estudios realizados entre grupos poblacionales de edad avanzada.
En este caso, se investigaron los hábitos alimenticios, estilo de vida y la mortalidad por cualquier causa en personas mayores de 80 años cuyos datos figuraban en la 'Encuesta Longitudinal de Longevidad Saludable de China'. Entre 1998 y 1999, 8.959 participantes de 80 años o más participaron en este trabajo, que se actualizó con encuestas de seguimiento cada dos o tres años hasta 2011.
Durante el periodo de seguimiento, se evaluaron los hábitos alimenticios mediante entrevistas personales, además de la mortalidad por cualquier causa de los miembros de sus familias. También se evaluaron factores de estilo de vida y riesgo de mortalidad general. En total, se produjeron 6.626 muertes durante el periodo estudiado.
Se sabe que la dieta es uno de los principales determinantes de la salud para todos los habitantes del mundo. Frutas y verduras se han relacionado con un menor riesgo de mortalidad, pero sus efectos en personas mayores no se han estudiado de forma tan profunda.
Los efectos sobre la salud de la ingesta de alimentos básicos como arroz y trigo siguen sin estar claros, tanto para la población general como para aquellos de edad avanzada. Curiosamente, el consumo elevado de arroz blanco se relaciona con un mayor riesgo de diabetes, pero no se relaciona con un mayor riesgo de mortalidad en la práctica.
La dieta china se caracteriza precisamente por un elevado consumo de vegetales y carbohidratos, pero un bajo consumo de proteínas animales. Más del 80% de los mayores de 60 años consumen una cantidad de proteína inferior a las recomendaciones, pero algunos estudios sugerirían que demasiada proteína aumenta el riesgo de mortalidad.
Según este estudio, el consumo de frutas y verduras frescas reduciría el riesgo de mortalidad, mientras que las verduras conservadas en sal aumentarían el riesgo. Por su parte, los alimentos ricos en proteína como la carne, el pescado, las legumbres y los huevos no tuvieron un efecto protector frente a la mortalidad por cualquier causa.
Por otro lado, la ingesta media diaria de alrededor de 300 gramos de alimentos básicos como el arroz y el trigo no se asoció con una mayor mortalidad. De hecho, el alto índice glucémico de la dieta china no se relacionaba con un mayor riesgo de mortalidad. Esto tendría cierto sentido si recordamos la "paradoja del arroz" que ya explicamos en EL ESPAÑOL. Para la población occidental, demasiado arroz blanco es malo, pero la población asiática lo tiene mejor adaptado en su alimentación.
Respecto a las legumbres, se determinó que el 80% de los ancianos del estudio las consumían, dado que el consumo del tofu (soja cuajada o fermentada) en especial es muy común. Sin embargo, a los investigadores les sorprendió comprobar que un mayor consumo de legumbres también se relacionaría con un mayor riesgo de mortalidad respecto a los ancianos que reducían mucho más su ingesta proteínica.
Por su parte, las mujeres tenían un menor riesgo de mortalidad que los hombres, y el hecho de realizar actividad física y tener un trabajo manual antes de los 60 años ejercería un papel protector frente a la mortalidad prematura. Igualmente, el tabaco aumentaría el riesgo de muerte, como se ha demostrado fehacientemente con poblaciones de todo el mundo.
Como conclusión, los investigadores sugieren que el consumo de frutas y verduras frescas -evitando los encurtidos salados- se relacionaría con una mayor esperanza de vida. Además, la actividad física en la mediana edad mantendría sus efectos en la edad avanzada. Respecto a hidratos como arroz y trigo, no parecen tener un efecto perjudicial en la alimentación china. Sin embargo, consumir demasiada proteína, sea cual sea su origen, podría aumentar la mortalidad en su caso.