Japón es un territorio conocido por la longevidad de sus habitantes. También por la buena salud que gozan en proporción. La clave, además de una cultura en la que la actividad física está incluida, está en la alimentación, basada en pescado y vegetales, principalmente. No obstante, otro de los puntos fuertes que hace tan especial su dieta es los condimentos que utilizan.

Estos son ampliamente conocidos por su sabor único y su capacidad para realzar una amplia variedad de platos. Pero es que, además de ser deliciosos, ofrecen beneficios para la salud, gracias a sus ingredientes naturales y propiedades nutricionales. Aquí presentamos una selección de seis condimentos que no sólo enriquecerán las comidas, también aportarán parte del secreto de la longevidad japonesa.

Salsa de soja

La salsa de soja es un condimento básico en la cocina japonesa y se utiliza ampliamente en platos como el sushi y el sashimi. Está hecha de soja fermentada y trigo. Es rica en proteínas, fibra, hierro y ácidos grasos saludables. Además, contiene compuestos antioxidantes que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y mejorar la salud digestiva.

No obstante, tiene un pero, la cantidad de sodio que contiene. "Siempre recomiendo no abusar de la salsa de soja, con un toque basta, ya que tiene un sabor potente. Además, mejor siempre baja en sodio", señala José Gallardo, dietista-nutricionista.

Miso

El miso es una pasta fermentada hecha de soja, aunque también lo hay de arroz. Es un ingrediente fundamental en la sopa de miso, pero también se utiliza como aderezo y marinada. Es una excelente fuente de proteínas, fibra, minerales como el cobre y el manganeso, y vitaminas del complejo B. También contiene enzimas probióticas que promueven la salud intestinal y fortalecen el sistema inmunológico.

Wasabi

El wasabi se extrae del rizoma de una planta con la que comparte el nombre (parecida al rábano) y se utiliza comúnmente en platos de sushi y sashimi. Tiene propiedades antibacterianas y puede ayudar a prevenir infecciones. Además, el wasabi es rico en vitamina C, potasio y fibra.

Se cree que tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, además de vincularse con una menor incidencia de obesidad e hipertensión, tal y como revela un estudio realizado en modelos animales.

Jengibre

El jengibre se utiliza como condimento y acompañamiento en territorio nipón. Se sirve en rodajas finas y encurtidas en vinagre de arroz, rallado e incluso seco o en polvo. Es conocido por sus propiedades antiinflamatorias y digestivas, además de por su sabor picante y cítrico.

También puede ayudar a aliviar las náuseas y mejorar la circulación sanguínea. Además, el jengibre contiene antioxidantes que pueden ayudar a proteger el cuerpo contra el estrés oxidativo y fortalecer el sistema inmunológico, tal y como indica un estudio. En cuanto a los nutrientes que aporta, es una fuente de minerales como el selenio, potasio, hierro, magnesio y zinc, además de vitamina E, B y ácido fólico.

Sésamo

El sésamo se utiliza tanto en forma de semillas como de aceite. Es una excelente fuente de grasas saludables, proteínas, fibra, calcio, hierro y vitamina E. También contiene lignanos, que son compuestos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Varios estudios relacionan el consumo regular de esta semilla, o su versión aceitosa, con la disminución del colesterol malo y los niveles de triglicéridos, factores de riesgo para las enfermedades del corazón, algo que los estudios relacionan literalmente con los lignanos, un grupo de sustancias beneficiosas que se encuentran en las semillas de sésamo, entre otras.

Vinagre de arroz

El vinagre de arroz es otro ingrediente común en la cocina japonesa y se utiliza para aderezar ensaladas, arroces y platos de sushi. Es bajo en calorías y grasa, lo que lo convierte en una opción saludable para condimentar los alimentos. También puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre, mejorar la digestión y promover la pérdida de peso.

Además, ha demostrado efectos beneficiosos sobre la glucosa sanguínea, el peso corporal y el metabolismo de los lípidos, gracias a su contenido en antioxidantes. Unas propiedades a las que se le suman las de condimento anticancerígeno y antibacterial, como señala un análisis.