Si pensamos en comida saludable, lo más probable es que venga a nuestra cabeza una ensalada. Lo tiene todo para recibir el aprobado de cualquier médico: hojas verdes, verdura y, a veces, fruta, pero ¡ojo! porque hay algunas que pueden llegar a ser tan peligrosas como una hamburguesa. Las ensaladas son, sin duda, una de nuestras comidas más habituales porque son muy sencillas de elaborar y, además, solemos pensar que nos ayudan a cumplir con las recomendaciones diarias de alimentos vegetales.
Es más, las ensaladas son el plato más popular en los hogares de toda España: "La ensalada verde es el plato estrella con el 9,2% del volumen total de las ocasiones de los hogares", puede leerse en el Informe de Consumo Alimentario de 2021 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Ahora bien, la ensalada verde —aquella que está compuesta de lechuga, tomate y cebolla, como mucho— está perdiendo popularidad desde hace unos pocos años. Pero, ¿por qué razón?
Según el texto del ministerio, "este fenómeno se produce debido a que es una ensalada más bien básica y hoy las opciones de ensalada llevan más ingredientes asociados que lechuga, tomate y cebolla. Es decir, hacemos ensaladas más elaboradas". Vamos, que las ensaladas en general siguen siendo el plato más popular sin duda en nuestro país, pero cada vez les ponemos más y más ingredientes. Esta elección no es mala de por sí, pero es importante saber qué ingredientes podemos introducir sin hacer que se vuelva perjudicial.
Buenas y malas
Y eso si eres tú quien prepara la ensalada. En los supermercados es posible encontrar una gran variedad de ensaladas que ya están preparadas e, incluso, que no hace falta que las lavemos bajo el grifo de la cocina. Debido a que algunas de estas ensaladas son saludables y que todas requieren poco tiempo para prepararlas, muchas personas prefieren comprarlas a hacerlas ellas mismas. Eso sí, es muy fácil que se nos cuelen una de esas ensaladas traicioneras, que en vez de ser saludables, comprometen nuestra salud.
¿Cómo las podemos diferenciar? Una ensalada saludable del supermercado suele ser, más bien, una mezcla de hojas que puede también ir acompañada de algunas hortalizas. Es decir, aquellas bolsas o envases en los que se vende un mezclum de hortalizas como lechugas, espinacas, canónigos, y también con tomates, cebolla o aceitunas, por ejemplo. El resto de las ensaladas del súper suelen ser alimentos ultraprocesados; aquellos que han sido manipulados en exceso por la industria y han perdido sus beneficios naturales.
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Por su parte, las ensaladas del súper que resultan dañinas para nuestra salud también cuentan con ciertas características comunes que permiten identificarlas fácilmente. Estos productos tienen incluidas salsas insanas a base de grasas y azúcares, como las salsas César o de mostaza y miel; carnes procesadas, como el bacon o el jamón, u otras proteínas ultraprocesadas como los palitos de cangrejo; o también pueden tener un exceso de pasta de harinas refinadas o picatostes de pan con el mismo origen.
Como una hamburguesa
Las bolsas que contienen las hortalizas para que el consumidor arme su propia ensalada no cuentan con aderezos y, por tanto, puede elegir aceite de oliva virgen extra y vinagres de buena calidad. Sin embargo, las ensaladas preparadas ya contienen aceites refinados e, incluso, azúcar para darle un mayor sabor a esos aderezos. Al final, la proporción de los alimentos realmente saludables propios de una ensalada se reduce significativamente y, además, sus beneficios quedan eclipsados por el efecto negativo de los ultraprocesados para la salud.
Aunque el valor energético de un plato no determina el hecho de que sea saludable o no, sí que es cierto que las ensaladas verdes suelen tener muy pocas calorías. Las ensaladas procesadas, al contrario, pueden llegar a rivalizar en el número de kilocalorías con platos de comida rápida, como las hamburguesas. Tal y como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL, la cadena de restaurantes McDonald’s ya ha contado con ensaladas supuestamente saludables en su carta que superan en calorías al icónico doble Big Mac.
Según la página web de esta conocida marca de hamburguesas, su icónico Big Mac cuenta con 232 kilocalorías por cada 100 gramos y si te lo comes entero —como suele pasar— supone 503 kilocalorías. Las ensaladas César del supermercado rondan, por su parte, las 210 kilocalorías por cada 100 gramos, aunque suelen pesar unos 200 gramos. Es decir, que es muy sencillo que una ensalada de origen industrial se acerque al valor energético de una hamburguesa de comida rápida y también a su escaso valor nutricional, lo que es más preocupante.
En conclusión, los médicos recomiendan eliminar de nuestras dietas las ensaladas procesadas porque nos confunden, nos hacen pensar que son saludables y, en realidad, perjudican nuestra salud, porque contienen ingredientes insanos como la carne procesada o las salsas industriales y, por último, por la gran cantidad de calorías que suponen.
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