El Hara Hachi Bu es un concepto proveniente de la isla de Okinawa, en Japón, conocida por tener una de las poblaciones más longevas del mundo. Básicamente, se trata de una práctica que promueve comer hasta estar un 80% lleno. Es una forma de evitar comer en exceso y hacerlo de manera consciente, prestando atención a las señales de saciedad del cuerpo.
Este principio se basa en la idea de que cuando comemos hasta el punto en que nos sentimos satisfechos, pero no completamente llenos, permitimos que nuestro cuerpo se beneficie de una serie de procesos fisiológicos que mejoran nuestra salud y promueven la longevidad.
Teniendo en cuenta que, según datos publicados por el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón, el número de personas centenarias en el país en 2021 aumentó en 6.060 hasta alcanzar un total de 86.510, esta tradición va a ser cada vez un gasto mayor para las arcas públicas del estado nipón.
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Al adoptar el Hara Hachi Bu como parte de nuestra rutina alimentaria, podemos experimentar una serie de beneficios para el organismo. Uno de los principales es la regulación del peso corporal. Al comer menos y de manera más consciente, es más probable que evitemos el exceso de calorías y mantengamos un peso saludable.
Además, esta técnica o filosofía de vida contribuye a mejorar la digestión. Al no sobrecargar el sistema digestivo con grandes cantidades de comida, permitimos que los órganos implicados en la asimilación de alimentos trabajen de manera más eficiente, lo que se traduce en una mejor absorción de nutrientes y una reducción de problemas digestivos como la hinchazón y el malestar estomacal.
Prevenir la diabetes
El control de la glucosa en sangre también es otro beneficio clave de esta técnica milenaria. Al no consumir grandes cantidades de carbohidratos y azúcares en una sola comida, evitamos los picos de glucosa y la posterior caída brusca, lo que ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre estables y prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2.
Otro aspecto importante es el impacto positivo que tiene el Hara Hachi Bu sobre la salud cardiovascular. Al comer menos y evitar el sobrepeso, reducimos el riesgo de enfermedades cardíacas, presión arterial alta y niveles elevados de colesterol.
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De igual modo puede influir en la longevidad. Numerosos estudios han demostrado que la restricción calórica, que es un componente central de este principio, puede ayudar a prolongar la vida útil al mejorar la salud celular, reducir la inflamación y proteger contra enfermedades relacionadas con la edad.
La práctica del Hara Hachi Bu también tiene un componente psicológico importante. "Al comer de manera consciente y prestando atención a las señales de saciedad, aprendemos a escuchar nuestro cuerpo y a establecer una relación más saludable con la comida. Esto puede conducir a una disminución en los comportamientos impulsivos o emocionales relacionados con la alimentación. Evitando así todo tipo de desórdenes alimenticios", explica Alejandra Fernández, dietista-nutricionista especializada en trastornos de la conducta alimentaria.
Para ser conscientes de lo que se come, esta filosofía recomienda comer lentamente, saboreando cada bocado y cada porción de comida, masticando y disfrutando de las distintas texturas. Aunque parezca algo místico, la realidad es que tanta contemplación ralentiza la ingesta de alimentos. Un hábito que según avala la ciencia, ayuda a comer menos cantidad de comida y ralentiza la digestión.
La razón es que el estómago tiene cierto 'retraso' a la hora de detectar la cantidad de comida que está albergando, por lo que para cuando el estómago nos diga que ya estamos llenos, la realidad es que habremos comido por encima de esa cantidad adecuada. De ahí el marcarse el objetivo de comer hasta el 80%, para darle margen al estómago. De igual modo, ralentizar la ingesta y por ende, la digestión, ayuda a regular los picos de azúcar en sangre. Reduciendo la probabilidad de padecer obesidad, diabetes tipo 2 o problemas cardiovasculares.
Algunos de los trucos para introducir en tus rutinas este método es, a parte de comer más despacio, reducir las porciones es de comida y usar platos más pequeños. "También puedes dividir tu comida en dos platos y guardar el segundo para más tarde, haciendo una pausa de 10 minutos entre cada plato. Esto le dará tiempo suficiente a tu cerebro para mostrar las sensaciones de saciedad en el caso de haber comido lo suficiente", señala Fernández.