Por mucho que nos empeñemos, el cuerpo humano empieza a partir de cierta edad a dar signos de envejecimiento. ¿A cuál? Pues según este estudio de la Universidad de Standford en Estados Unidos, la primera oleada de envejecimiento sucede en torno a los 34 años. Las arrugas o las canas son algunos de los síntomas que más nos preocupa observar, pero el envejecimiento comienza a manifestarse en algunos procesos que, al principio, son menos perceptibles para nuestros ojos. Uno de ellos es el descenso en la producción de colágeno.
La fama del colágeno se ha disparado en los últimos años debido a que se ha asociado con la juventud. Esta sustancia es la principal proteína estructural de los tejidos del cuerpo y se puede encontrar tanto en la piel, como el pelo, las uñas, los tendones, los cartílagos y los huesos. Si bien es cierto que, junto al ácido hialurónico y la elastina, el colágeno ayuda a mantener la piel elástica, voluminosa e hidratada, todavía no hay maneras comprobadas de hacer que su producción no decaiga con el paso de los años.
Sin duda, la popularidad de esta proteína se ha disparado después de que algunas celebridades, como Kim Kardashian o nuestra paisana Cristina Pedroche, hayan sido cazadas sorbiendo un batido con colágeno. La idea de estos productos es aportar colágeno al cuerpo cuando éste ha bajado su producción de manera natural, es decir, un tratamiento que se ha considerado como de nutricosmética. Sin embargo, la Universidad de Harvard explica en su página web que no es así como funciona la generación de esta proteína.
Falta evidencia
La prestigiosa universidad americana sostiene que nosotros mismos producimos el colágeno de manera natural al tomar alimentos con proteínas y que "nuestros cuerpos no pueden absorber el colágeno en su forma completa. Para entrar en el torrente sanguíneo, debe romperse en péptidos para que atraviese las capas del intestino". Es decir, que lo que hace el cuerpo nada más recibir esos batidos con colágeno es descomponerlo, pero ¿luego lo vuelve a recomponer? Pues, según los estudios disponibles, no está nada claro.
Esta universidad cita una prometedora revisión de hasta 19 estudios que ha sido publicada en la revista científica International Journal of Dermatology cuyos resultados apuntaban a que el consumo de productos con colágeno era efectivo sobre el envejecimiento. De los 1.125 participantes del estudio, quienes tomaron colágeno observaron una aparición de arrugas menos llamativa, más firmeza y más hidratación en la piel. Ahora bien, Harvard advierte que no todo es oro lo que reluce: no se sabe si estos efectos los producía el colágeno.
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"La mayoría de los ensayos utilizaron suplementos disponibles en el mercado que contenían más que colágeno: vitaminas, minerales, antioxidantes, coenzima Q10, ácido hialurónico o sulfato de condroitina, entre otros ingredientes", enumera el organismo. Tampoco convence a la universidad este otro estudio de Journal of the Science of Food and Agriculture que apunta a que los productos con colágeno y grandes cantidades de péptidos pueden mejorar la textura de la piel en el envejecimiento: explican que deben hacerse más estudios de calidad para probar si este consumo es seguro a largo plazo.
Frena el envejecimiento
El colágeno que tomamos de estos suplementos y batidos proviene de fuentes animales como el pescado o el cerdo y también contiene otros péptidos, como la keratina. Pero, tal y como sentencia Harvard, "en este momento, no hay suficientes pruebas de que tomar pastillas o batidos con colágeno vayan a marcar alguna diferencia en la piel, el pelo o las uñas". Es decir, que no es necesario tomarlos, pero si queremos evitar algunos síntomas visibles del envejecimiento sí que hay algunas cosas que podemos hacer.
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Para empezar, esta universidad explica que no sólo es el paso del tiempo lo que hace detenerse a la producción de colágeno, sino que otros agentes como el tabaco o el alcohol también afectan. Por lo tanto, si fumas o tomas alcohol a menudo —o las dos cosas—, tiene más sentido empezar por poner fin a estos consumos antes de empezar con los suplementos. Y, por supuesto, otro de los aspectos más dañinos para el aspecto de la piel es la exposición abusiva al sol y los daños que este produce.
"Las personas que han estado expuestas a la luz ultravioleta envejecen mucho más: es el factor que más flacidez y arrugas produce. Cualquiera puede comparar la piel de la cara, o la del escote en el caso de las mujeres, con las zonas que no reciben sol, como la cara interna de los brazos", explica Antonio Clemente, dermatólogo de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), en este artículo de EL ESPAÑOL. ¿Qué podemos hacer? Evitar exponernos al sol durante mucho tiempo y, sobre todo, utilizar protección solar.