El ayuno intermitente habría demostrado diversos beneficios para la salud, pero en los últimos años se ha puesto en duda que dichos beneficios se deban realmente al mecanismo del cual se vanagloria este formato: la restricción temporal, y no la restricción calórica como tal. Aunque ambas irían de la mano.
Ya en estudios previos se sugirió que el ayuno intermitente no sería más que otra forma de reducir el consumo calórico, aunque en un formato diferente, mostrando los mismos beneficios que una dieta restringida en calorías. Ahora, una vez más, un nuevo estudio publicado en Annals of Internal Medicine volvería a sugerirlo: contar calorías y el ayuno intermitente tienen beneficios similares.
La obesidad es actualmente un importante problema de salud pública. Si bien es cierto que diversos tipos de dietas tradicionales han logrado colaborar en la pérdida de peso, suelen implicar el contaje de calorías, algo que puede ser tedioso y difícil de llevar a cabo. Por ese motivo, la restricción temporal, como es el caso del ayuno intermitente, donde no se necesitan contar calorías, se habría convertido en una estrategia popular para perder peso.
Ayunar o contar
Sin embargo, aunque en un inicio parecía que el ayuno como tal sería eficaz para perder peso, e incluso superior a la restricción calórica, las evidencias más recientes sugerirían lo contrario: no sería superior a contar calorías.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores de la Universidad de Illinois Chicago realizaron un pequeño ensayo controlado y aleatorizado con un grupo de 90 adultos con obesidad del área metropolitana de Chicago, con el objetivo de determinar si el ayuno intermitente o la alimentación restringida en calorías serían más efectivos para controlar el peso y reducir el riesgo cardiometabólico.
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Se dividió al azar a los pacientes en tres grupos: ayuno intermitente 16:8 (comían desde el medio día hasta las 20h, sin contar calorías), restricción calórica (reducción del 25% de calorías diarias), o mantener la misma dieta, pudiendo consumir alimento durante 10 horas o más a lo largo del día. Tanto el grupo de ayuno intermitente como el de restricción calórica se reunían regularmente con un dietista.
Según los hallazgos del estudio, los participantes que llevaron a cabo un ayuno intermitente consumían 425 calorías menos por día de media que el grupo control, y llegaron a perder 4,5 kg más de media en un año. Por su parte, el grupo de restricción calórica consumió 405 calorías menos por día de media, y llegó a perder 5,5 kg más de media respecto al grupo control tras el paso de un año. En ambos casos, tanto el grupo de ayuno como el de restricción calórica mostraron una alta adherencia a las dietas.
Por su parte, los autores de un editorial adjunto del Centro de Salud y Bienestar Anschutz y la División de Medicina Interna General de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado sugieren que el acceso a un dietista de forma regular probablemente ayudó a los participantes que llevaban a cabo una alimentación con restricción calórica, los cuales eligirían alimentos más saludables.
Así mismo, sugieren que estos resultados pueden servir de guía para una mejor toma de decisiones y así individualizar los consejos dietéticos para cada paciente, en lugar de simplemente elegir una dieta "más efectiva". De hecho, este estudio resaltaría la variabilidad individual en la pérdida de peso usando estas intervenciones, y la necesidad de seguir investigando para determinar quién se beneficiaría más de un tipo de alimentación u otro.