El error común que cometes con los yogures en España y te está haciendo engordar sin darte cuenta

La variedad de yogures que podemos encontrar en un supermercado de España ha ido creciendo a un ritmo vertiginoso en los últimos años y cada vez se hace más difícil discernir las opciones más saludables. El etiquetado, lejos de ayudar, puede crear aún más confusión y provoca, en muchos casos, que cometamos un error común a la hora de escoger los más saludables: fijarnos en su contenido en grasa y no en los azúcares añadidos.

La mayoría de los yogures del mercado tienen un exceso de azúcares cuando debemos reducir al máximo su consumo. Tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) en base a la evidencia científica, no debemos sobrepasar los 25 gramos diarios. Precisamente, una investigación reciente ha venido a constatar que la etiqueta "bajo contenido en grasa" puede ser muy perjudicial para nuestra salud. Se trata de un trabajo de la Universidad Martin Luther Halle-Wittenberg de Alemania que ha ahondado en el comportamiento de los consumidores.

En concreto, al ver productos bajos en grasa, muchos asumen que tienen un menor contenido de azúcar cuando no es así. El artículo, publicado en Food Quality and Preference, señala que los encuestados se sintieron engañados por las marcas. Los investigadores realizaron tres experimentos online para indagar sobre la influencia de los envases de yogur en la percepción y el comportamiento de compra.

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Se pidió a los participantes que calificaran el contenido calórico, de azúcar y de grasas en una escala del uno al siete, preguntándoles también si comprarían ese producto o no. "Queríamos averiguar si la información sobre un contenido reducido de grasa cambiaba la percepción general de un producto", ha precisado el economista y coordinador del estudio, Steffen Jahn.

Casi todos los encuestados acertaron atribuyendo el contenido calórico menor del más bajo en grasa, pero comprobaron que creían también que contenía menos azúcar que el que no estaba etiquetado como desnatado. En los otros dos experimentos, se les mostró el producto bajo en grasa con la información nutricional real impresa. En ese momento corrigieron su opinión sobre el contenido de azúcar y su disposición a comprar disminuyó a pesar de que el desnatado tenía menos calorías.

A otro grupo se le mostraron productos desnatados sin la etiqueta "bajo en grasa" y su intención de compra no varió. "Muchas personas quieren comer de manera saludable, pero no lo hacen por diferentes razones y la información de los envases desempeña un papel importante porque puede sesgar la percepción de los consumidores", explica Jahn. "Pueden sentirse engañados por un producto que, aunque técnicamente sean bajos en grasas, ocultan una parte de verdad".

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¿Cuáles son los yogures más sanos?

Pues, en este punto, seguramente sepamos ya lo que hay que evitar cuando compramos un yogur para que tenga un perfil saludable: el azúcar. En el caso de este alimento, "importa más la cantidad de azúcar que la cantidad de grasa", como explicaba el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, Miguel Ángel Martínez-González, en su libro Salud a ciencia cierta (Planeta, 2028), precisando que "no sabemos bien por qué la grasa del yogur, a pesar de ser saturada, no presenta efectos adversos". 

Teniendo estos dos factores claros, los yogures que sobresalen por encima del resto son de dos tipos: natural y griego, precisamente opciones que pueden ser más económicas que otros. Los yogures naturales sin azúcar son los más saludables del súper porque constan de dos ingredientes básicos: leche y fermentos lácticos, manteniendo una proporción de un 3% de grasas, un 4% de hidratos y un 3% de proteínas.

Los griegos, por su parte, habían estado denostados por la elevada cantidad de grasa que tienen. Pero ahora sabemos gracias a diversos estudios científicos que se trata de grasas saludables y un mayor porcentaje de proteínas, siempre que sean naturales y sin azúcar.

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