Resolver los dilemas de una larga esperanza de vida en los países desarrollados para también por abordar la calidad de vida, un concepto que los investigadores también conocen como "años de vida libres de enfermedad". Algunos lugares del mundo son 'zonas azules' de la longevidad, pródigos de forma natural en centenarios con muy buena salud pese a la edad. La isla de Okinawa, en Japón, es uno de los santuarios más famosos, pero no hace falta irse tan lejos.
Así, más cerca de España y en la región del mar Egeo, la isla griega de Ikaria lleva siendo objetivo de los investigadores desde hace años. Sus habitantes viven una media de diez años más que los europeos y los estadounidenses, y aproximadamente uno de cada tres ikarianos vive hasta los 90 años.
Los habitantes de Ikaria disfrutarían de estos dos factores: viven más, y también mejor. Los isleños tienen tasas mucho más bajas de cáncer y enfermedad cardíaca, sufren menos depresión y demencia, y mantienen su vida sexual hasta la vejez. Además, se mantienen físicamente activos hasta bien entrados los noventa años.
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La isla de Ikaria, como muchos habrán sospechado, debe su nombre a Ícaro, el joven protagonista de la mitología griega que voló demasiado cerca del Sol y acabó cayendo al mar. Los investigadores sospechan que la alimentación de Ikaria es uno de los factores clave para su larga vida: sencilla, basada en ingredientes naturales, y en consonancia a la conocida Dieta Mediterránea.
La dieta de los ikarianos se caracteriza por el uso de aceite de oliva, su fuente más común de ácidos grasos monoinsaturados y rico en antioxidantes. Este aceite, como hemos explicado en varias ocasiones en EL ESPAÑOL, se ha relacionado con un menor riesgo cardiovascular y un mayor nivel de colesterol HDL o "colesterol bueno".
Por su parte, el consumo de verduras es clave tanto en la alimentación ikariana como en la Dieta Mediterránea. Se trata de alimentos ricos en agua y densos en vitaminas y minerales, los cuales colaboran en el normal funcionamiento del sistema inmune.
Así mismo, el ajo también ha demostrado proteger las células cardíacas y cerebrales, y es omnipresente en esta dieta. Conocido como un "elixir de la juventud", también contribuiría al buen funcionamiento del sistema inmune, reducción del colesterol y la presión arterial y evitar la formación de coágulos sanguíneos.
El pescado -como sardinas, salmón, arenque y trucha, todos ellos ricos en ácidos omega-3- también son característicos de la Dieta Mediterránea y de la dieta ikariana. Su consumo se ha relacionado con un menor nivel de triglicéridos y un mejor funcionamiento del sistema nervioso, además de su potencial protector frente a la demencia.
Por otro lado, los frutos secos, como almendras y nueces, también ricos en ácidos grasos saludables, son a su vez ricos en gamma-tocoferol y vitamina E, sustancias que colaboran en la reducción de los triglicéridos y el colesterol LDL.
Para finalizar, los cereales integrales, como pan integral, pasta y arroz, también habrían demostrado su potencial protector frente a determinados tipos de cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Ikaria: más allá de la dieta
Además de una dieta mediterránea seguida a rajatabla, los ikarianos también se caracterizan por otros factores de estilo de vida que podrían explicar su llamativa longevidad. Se trata del ejercicio físico diario, gracias a sus trabajos manuales y su vida rural, y la necesidad de caminar durante largos periodos dada su característica topografía montañosa.
Además, en Ikaria es muy común la conocida costumbre mediterránea de la siesta, la cual protege y mejora la función cardíaca. Sin olvidar, por su parte, la importancia de los fuertes lazos familiares y sociales de los ikarianos. Finalmente, el control del estrés es esencial en la vida en Ikaria: su ritmo de vida relajado, con mínimos niveles de ansiedad y estrés, podrían explicar también parte de su longevidad.
El concepto del tiempo es diferente en la isla, donde no siguen un horario estricto. Más bien, tal y como explican, dividen el día en las tareas y actividades de "mañana, tarde o noche" en lugar de atenerse a los horarios marcados y propios de la moderna vida occidental.