El síndrome REDs (Relative Energy Deficiency in Sport), es decir, el desajuste prolongado entre calorías consumidas y calorías quemadas, cuya traducción al español sería "déficit energético relativo en el deporte", no es nuevo: fue reconocido por el COI en una declaración de consenso del año 2014. Y, sin embargo, aún es una entiedad bastante desconocida entre atletas, entrenadores y médicos, a pesar de que se estima que afecta al 15-80% de los atletas según el deporte practicado.

Ahora, en un último consenso publicado en el British Journal of Sports Medicine, se ha realizado una revisión de la evidencia científica disponible acerca del síndrome RED, sobre todo de los últimos cinco años, con el objetivo de promover su reconocimiento y su prevención, logrando una optimización de la salud, el bienestar psicológico y el rendimiento de los atletas.

En este nuevo consenso, se destacan las evidencias más recientes sobre el papel emergente de una ingesta inadecuada de carbohidratos, la superposición entre el síndrome RED y el síndrome de sobreentrenamiento, el curso temporal de desarrollo de los síntomas RED, la interacción entre la salud mental y el síndrome RED, y los avances en la comprensión sobre este síndrome.

Síndrome RED

Así mismo, el nuevo consenso incluye un resumen de directrices clínicas prácticas para evaluar el déficit calórico persistente y para medir de forma segura la composición corporal que excluye a los menores de 18 años. Además, también se incluye una herramienta de evaluación clínica (IOC RED CAT2) con un sistema de semáforo de 4 colores para evaluar el riesgo de padecer el síndrome, su diagnóstico y la evaluación de su gravedad.

Según describe el consenso, un déficit en la cantidad de energía disponible para mantener una salud y rendimiento deportivo óptimos se denominaría "baja disponibilidad de energía" o LEA. A corto plazo, el organismo es capaz de adaptarse a esta situación ("LEA adaptable"), pero no es capaz de hacer frente a grandes déficits energéticos, prolongados y frecuentes ("LEA problemática"), lo que al final daría lugar al mencionado síndrome RED.

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Se sabe que la edad, la genética, los factores externos y determinados comportamientos pueden empeorar o mitigar los efectos del síndrome, pero estos efectos pueden ser múltiples y diversos, dado que el organismo se ve obligado a desviar energía de los procesos involucrados en el crecimiento, la reproducción y el mantenimiento.

A nivel general, el síndrome RED puede dar lugar a síntomas muy diversos:

- Debilidad ósea, susceptibilidad a fracturas por estrés, debilidad muscular y reducción del crecimiento y desarrollo general.

- Dolor abdominal, calambres, hinchazón.

- Alteración del metabolismo energético, del metabolismo de la glucosa y del metabolismo graso.

- Reducción de los niveles de hierro, reducción de la hemoglobina sanguínea.

- Incontinencia urinaria.

- Depresión, dependencia o adicción al ejercicio, trastornos alimentarios.

- Deterioro cognitivo, trastornos del sueño.

- Anormalidades del ritmo cardíaco y flujo sanguíneo.

- Deterioro de la inmunidad general.

A nivel deportivo, el síndrome RED puede provocar otros síntomas más específicos:

- Disponibilidad reducida para entrenar y competir a raíz de lesiones o enfermedades.

- Reducción de la respuesta al entrenamiento.

- Dificultad para recuperarse tras un entrenamiento o competición.

- Tiempos de reacción enlentecidos.

- Motivación reducida, cambios de humor.

- Menor fuerza muscular.

- Menor resistencia y menor potencia en el entrenamiento.

Según el actual consenso, la ingesta adecuada de carbohidratos sería clave para reducir el riesgo de síndrome RED o al menos mitigar sus síntomas: la baja disponibilidad de carbohidratos aceleraría el desarrollo del síndrome RED, ya que se asociaría con una mala salud ósea, una inmunidad reducida y déficits de hierro.

Por su parte, se sabe que existe cierta asociación y superposición entre el síndrome RED y el síndrome de sobreentrenamiento, además de síntomas compartidos entre ambas entidades: cuando un atleta no se recupera adecuadamente tras un entrenamiento intenso y repetitivo, se produce la fatiga, disminución del rendimiento y susceptibilidad a las lesiones. Esta superposición entre ambos síndromes, además, enfatiza la importancia de excluir una posible situación de baja disponibilidad energética o LEA antes de acabar diagnosticando un posible sobreentrenamiento. Ambos pueden confluir, pero pueden llegar a confundirse.

Respecto al curso temporal del desarrollo del síndrome RED, la evidencia aún es escasa. Los síntomas asociados a la baja disponibilidad de energía o LEA a corto plazo empiezan a definirse a los pocos días o semanas, pudiendo alargarse a semanas, meses o incluso años. Aún se requiere las investigación al respecto, dado que el transcurso del desarrollo del síndrome RED puede variar entre sexos, y ser diferente según la gravedad y duración de las situaciones de baja disponibilidad energética.

Beneficios

De hecho, a corto plazo, las situaciones de baja disponibilidad energética o LEA pueden dar lugar a mejoras en el rendimiento y, por tanto, recibir la aprobación del entrenador y la cultura deportiva, pero estos "beneficios" a corto plazo hacen que sea más difícil reconocer el síndrome RED a largo plazo. De hecho, también es bastante común asociar trastornos alimentarios junto a este síndrome, los cuales a su vez empeoran a raíz de las presiones sociales, el entorno de entrenamiento, las redes sociales y las creencias de que un físico, peso o apariencia específicos mejorarán el rendimiento y/o la insatisfacción corporal general.

De momento no está claro si la dinámica de la salud mental y los trastornos alimentarios difieren según sexo, nivel de competencia y discapacidades físicas, según apunta la nueva declaración de consenso.

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Respecto al síndrome RED en atletas masculinos, la nueva declaración advierte de que solo el 20% de los estudios de investigación publicados entre los años 2018 y 2022 incluyeron atletas masculinos, objetivando síntomas similares a los de las atletas femeninas. Sin embargo, parece que el umbral energético antes de que aparezcan los síntomas del síndrome RED es más bajo en hombres que en mujeres. Así mismo, dos síntomas indicadores en atletas masculinos serían la líbido baja y la disminución de las erecciones matutinas, según la declaración.

Para finalizar, respecto a la prevención, la declaración de consenso asume que no hay suficiente evidencia sobre las formas más efectivas de crear conciencia sobre el síndrome RED, sus causas y consecuencias. Pero, una vez diagnosticado, se sabe que la intervencion dietética sería el mejor tratamiento.