Aunque el pescado es un alimento nutritivo repleto de proteínas y ácidos grasos omega-3 beneficiosos, los consumidores somos conscientes que no está exento de riesgos. El motivo es el mercurio, un metal pesado que se acumula en el organismo y que adquirimos al comer otras especies que lo ingirieron a su vez. Este elemento, especialmente preocupante para niños pequeños y mujeres embarazadas, está vinculado a neurotoxicidad y trastornos en el desarrollo fetal.

El fenómeno, conocido como bioacumulación, afecta más a los peces carnívoros de gran tamaño y larga vida, precisamente por su situación en lo alto de la cadena alimentaria. Así como lo confirma un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en el que se analizó la presencia de este material en 21 especies de pescado.

Igualmente, un informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha identificado los pescados con bajos niveles de mercurio, y coinciden con los señalados por la OCU. El pescado que se vende en el supermercado es seguro, pero hay matices: la lubina, el bonito del norte y la merluza tienen niveles medios, y el pez espada y el atún rojo tienen una mayor presencia de metilmercurio, la forma orgánica más común de este metal.

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La contaminación por mercurio ha aumentado en los últimos años debido a actividades humanas como la quema de carbón y la minería. Pero seleccionar especies con bajos niveles permite disfrutar de sus beneficios nutricionales sin asumir riesgos innecesarios.

"Los resultados confirman una elevada concentración de este metal pesado en el pez espada, el atún rojo y la tintorera o el marrajo. En estos casos un adulto no debería consumir más de 40 raciones al año, mientras que los niños menores de diez años y las mujeres embarazadas deben excluirlo de su dieta", señala la OCU.

Sardina

El pescado que menos mercurio tiene del 'súper' es la sardina, que son animales pequeños pero nutricionalmente densos. Son una fuente rica en ácidos grasos omega-3, calcio, y vitamina B12. El calcio es esencial para la salud ósea, y la vitamina B12 contribuye al mantenimiento de las funciones neurológicas.

"Casi cubre el 100% de los objetivos nutricionales recomendados para la ingesta diaria de la población", explica la Fundación Española de Nutrición (FEN). Además, tienen un alto contenido de proteínas y son una excelente fuente de selenio, un antioxidante que combate el estrés oxidativo tal y como indican algunas investigaciones.

Las sardinas tienen un contenido de mercurio muy bajo, generalmente inferior a 0.01 ppm según la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). Esto se debe a que son peces de menor tamaño y tienen una dieta menos contaminada en comparación con los peces más grandes.

Lenguado

El lenguado es una fuente excelente de proteínas de alta calidad, necesarias para la construcción y reparación de tejidos. Este pescado es también una buena fuente de vitaminas del grupo B, como la B6 y la B12, que son esenciales para el metabolismo energético y la formación de glóbulos rojos.

Contiene también cantidades moderadas de vitamina D, que es crucial para la absorción de calcio y la salud ósea. En cuanto a minerales, el lenguado aporta fósforo, necesario para la formación de huesos y dientes, y también de selenio como la sardina. Contribuyen a la salud ósea, lo que es especialmente importante para las personas mayores y las mujeres posmenopáusicas

Las proteínas y los ácidos grasos omega-3 en este pescado son beneficiosos para la salud cardiovascular, ya que pueden ayudar a reducir los niveles de 'colesterol malo' y disminuir la inflamación. Los nutrientes como el omega-3 que contiene son esenciales para la salud cerebral, mejorando la memoria y posiblemente reduciendo el riesgo de enfermedades degenerativas como el Alzheimer.

Dado que es bajo en calorías -81 calorías por cada 100 gramos y 1,3 gramos de grasas- es una excelente opción para las personas que intentan perder peso, ya que las proteínas ayudan a la saciedad.

Dorada

La dorada también es fuente de proteínas de alta calidad, lo que la convierte en un alimento excelente para el mantenimiento y la reparación de tejidos en el cuerpo. Además, este pescado aporta igualmente ácidos grasos omega-3, vitaminas del complejo B (B6, B12), vitamina D, fósforo y selenio. Estos nutrientes son esenciales, como hemos visto, para diversas funciones en el cuerpo. Tiene 77 calorías por cada 100 gramos, con un 17% de proteínas y un solo gramo de grasa.

La dorada tiene niveles más bajos de mercurio en comparación con otros pescados más grandes y longevos. Esto se debe en parte a que la dorada suele ser más pequeña y tiene una dieta más variada, lo que reduce la bioacumulación. Según la FDA, la dorada se clasifica generalmente en la categoría de "mejores opciones" en cuanto a su contenido de mercurio, lo que sugiere que se puede consumir 2-3 veces por semana sin preocupación.