¿Puede haber un alimento más socorrido que una lata de atún? Rescate gourmet para un plato de espaguetis y tomate, un toque imprescindible para que la ensaladilla tenga un plus de sabor o materia para hacerse un bocadillito rápido porque lo único que hay que hacer es quitarle la tapa. El problema es que ahora se ha visibilizado el porcentaje de mercurio que contiene cada pescado. El atún, al ser uno de los de mayor tamaño, no sale muy bien parado.
Drama nacional donde los haya, si tenemos en cuenta que cada español consume de media al año 2,02 kilos de atún en lata. Sin embargo, los expertos señalan que la especie empleada en la elaboración de conservas no acumula tanto metilmercurio como otros de sus parientes. Ha sido el estudio de los investigadores de la Comunidad Valenciana, publicado en la Revista Española de Salud Pública, el que nos ha puesto sobre la pista de la exposición elevada a este metal pesado que conlleva un riesgo de intoxicación.
Los peces, sea cual sea su hábitat, son una fuente de contaminación por mercurio, un tóxico que se encuentra de forma natural y también a causa de la actividad humana en el medio. La exposición es especialmente lesiva durante el crecimiento, de ahí que las mujeres embarazadas y lactantes, así como los niños por debajo de los 14 años, deberían evitar ingerir determinados pescados. El atún en lata ha sido el tercer señalado de la lista en el estudio, aportando 0,28 miligramos por kg
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Máximo 7 latas
Se trata de una concentración menor, pero que igualmente sería responsable de la exposición al metilmercurio en niños en un 27,6%, concluyendo que las acumulaciones establecen que un 8,5% de adultos y un 12,3% de niños tendrían ingestas superiores al límite semanal tolerable. Sin embargo, Mario Sánchez, especialista en Tecnología de los Alimentos, defendía en esta entrevista con EL ESPAÑOL que el consumo máximo para un adulto promedio era de 6,74 latas semanales. "Por debajo de eso, no habría que preocuparse por el mercurio".
Confirmando que son las especies más grandes las que acumulan un mayor porcentaje de este metal pesado, "no son los atunes que se utilicen en las latas, que no quiere decir que no lleven mercurio, pero hay cierta exageración". En el libro que ha publicado recientemente, A tomate pocho no le hinques el diente (Plataforma Actual), Sánchez ahonda un poco más sobre el tema en un capítulo que, siguiendo con la estela del humor entremezclado con la seguridad alimentaria, titula "la movida de las latas de atún", a las que él también ve como un "salvavidas".
Especies diferentes de atún
Advierte que los que únicamente comen pescado a través de estas conservas tienen "un problema" y no está relacionado con ningún metal pesado. La problemática es dejar otros alimentos de lado que aportarían más beneficios. Dicho esto, Sánchez especifica que "el que encontramos en las latas de atún generalmente pertenece a la especie Thunnus albacares, mientras que el atún rojo cuyos niveles de mercurio asustan es Thunnes thynnus; a pesar de que ambos son atunes, pertenecen a especies diferentes".
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Sánchez detalla que una lata de atún estándar de unos 52 gramos de peso escurrido contiene 13,5 microgramos de metilmercurio y recuerda que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) "establece en 1,3 microgramos por kilo de peso la ingesta semanal tolerable" de este metal. "Sabiendo esto, podemos realizar un sencillo cálculo para averiguar cuántas latas de atún podríamos consumir de forma semanal sin preocuparnos por el mercurio".
Priorizar el pescado fresco
No obstante, insiste en que "hay muchas más variables en juego" y este 'indulto' no significa que "debamos consumir sí o sí el número de latas calculadas, sino que, en relación con la ingesta de mercurio no habría riesgo si lo hacemos". Calcula el experto, en base a los datos de la EFSA, que una persona adulta de 70 kilos podría llegar a comer unas seis o siete latas a la semana sin que los niveles de metilmercurio afecten a su salud.
"¿Quiere decir que deba comerse todas esas? Por supuesto que no", responde Sánchez. Recuerda en este punto que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda no pasarse de las tres o cuatro raciones semanales de pescado, "alternando entre especies grasas o azules (salmón, sardina o arenque) y especies magras o blancas (merluza, bacalao, lubina o lenguado)". Él mismo recomienda "no comer latas de atún como si no hubiera un mañana, es mejor no comerlas a diario y priorizar el pescado fresco, variando entre especies".