Si tiene una larga espera por delante en un hospital y le apetece un café de máquina, pierda cuidado: el número de Navidad de The BMJ, dedicado a algunos de los estudios más inesperados del año, las ha indultado como sospechosas de producir infecciones hospitalarias o nosocomiales. Se unen así a la larga lista de objetos investigados como posible fuente de cultivos de bacterias, de los secadores de los baños a las corbatas de los médicos, pasando por las biblias de los hospitales.
Investigadores alemanes han evaluado las comunidades microbianas presentes en las cafeteras de los hospitales, centrándose en los patógenos de alta prioridad para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estos son el Enterococcus faecium, el Staphylococcus aureus, la Klebsiella pneumoniae, la Acinetobacter baumannii, la Pseudomonas aeruginosa y el Enterobacter species.
Estas bacterias suponen una amenaza cada vez mayor según la OMS por su resistencia a los antibióticos, pudiendo provocar infecciones mortales del torrente sanguíneo o asociadas a catéteres, recoge Europa Press. Así, entre el 31 de octubre y el 31 de diciembre de 2022, los investigadores analizaron un total de 25 cafeteras, clasificadas en automáticas, de cápsulas y de café expreso.
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Diecisiete de las máquinas procedían de las salas de descanso y oficinas del Departamento de Anestesiología y Medicina Intensiva de dos centros, el Hospital Universitario y el Instituto de Microbiología Médica, Inmunología e Higiene en Colonia (Alemania). Otros ocho estaban en los domicilios de los miembros del personal. Todas las cafeteras llevaban al menos un año activa y ninguna se había desinfectado específicamente antes de que se tomaran las muestras.
En el momento del muestreo no había ningún brote de enfermedad en los centros hospitalarios. Se tomaron muestras en cinco puntos específicos de cada una de las cafeteras: la bandeja de goteo, la salida, los botones, el asa del depósito de agua y el interior del depósito de agua.
Las especies se identificaron a partir de los cultivos mediante espectrometría. Los patógenos típicos se agruparon en "patógenos de interés médico" y los comensales en "patógenos atípicos". Se diferenciaron por el tipo de Gram: positivo o negativo. Los últimos tienen una membrana externa que favorece la resistencia a los antibióticos.
Como era de esperar, se detectó crecimiento microbiano en todas las máquinas de café. Las de los hospitales estaban tres veces más colonizadas -360 cepas aisladas a partir de 72 frotis positivos- que las domésticas -135 cepas aisladas a partir de 34 frotis positivos. La mayoría de las especies eran comensales sin riesgo para la salud. Sólo se identificaron unos pocos patógenos de importancia médica, y ninguno era resistente a los antibióticos.
Entre los ocho tipos de especies Gram negativas detectadas con relevancia médica, el 81% se encontraron en las bandejas de goteo, salidas y asas de depósitos de agua de las cafeteras de hospital. Esto subraya la necesidad de seguir los protocolos de higiene de manos.
El Staphylococcus aureus fue la única especie posiblemente causante de enfermedades Gram positiva detectada, en los botones de una cafetera doméstica y en el interior de un depósito de agua en el hospital. Esto sugiere que las manos de los usuarios tocan incluso partes poco probables de las máquinas, señalan los autores.
"Para nuestro gran alivio, a pesar de su potencial para originar patógenos en brotes nosocomiales, no parece necesaria una prohibición general de las cafeteras", escriben. Ahora se preguntan si las teteras y los surtidores de agua caliente son caldos de cultivo similares para las bacterias "¿Son suficientes las altas temperaturas de las teteras para eliminar todos los patógenos potenciales? ¿Y qué hay de las asas?".