El yogur de la longevidad: por qué los médicos lo recomiendan para llegar a los 100 años en España

El consumo de yogur y otros productos lácteos fermentados, como parte de una dieta equilibrada, puede tener vínculos con la longevidad, una relación que se denota en las llamadas 'zonas azules'.

Estas son regiones del mundo donde la gente vive excepcionalmente más tiempo y con mejor salud que el promedio, y se encuentran Okinawa en Japón, Loma Linda en California, Nicoya en Costa Rica, Cerdeña en Italia e Icaria en Grecia.

En estas regiones, la dieta se caracteriza por ser principalmente a base de plantas, incluyendo frutas, verduras, nueces, legumbres y granos enteros. En algunas de estas áreas, como Icaria y Cerdeña, se consume leche de cabras y ovejas, y gran parte de esta leche se fermenta en yogur o queso. Esto sugiere que el yogur podría formar parte de un patrón alimenticio asociado con la longevidad.

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El yogur, especialmente en su forma completa y natural, ha sido asociado con un menor riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes. Distintos estudios indican que los lácteos enteros podrían tener beneficios cardiometabólicos significativos.

Estos hallazgos desafían la noción tradicional de que solo los lácteos bajos en grasa son saludables, sugiriendo que los lácteos enteros, como el yogur natural, podrían ser igualmente o más beneficiosos. Esto se atribuye a su composición nutricional rica y la presencia de probióticos, que pueden jugar un papel crucial en la prevención y manejo de diversas afecciones metabólicas.

Este alimento, al contener probióticos demuestra una capacidad notable para mejorar la función intestinal, particularmente en personas con estreñimiento funcional o síndrome de intestino irritable.

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Estos pueden incrementar significativamente la frecuencia de las deposiciones, lo que mejora la calidad de vida de los pacientes. Además, también pueden contribuir a un equilibrio saludable de la microbiota intestinal, lo cual es crucial para una buena salud digestiva y general.

Se ha observado una correlación entre el consumo regular de yogur y una disminución en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Además, el yogur puede mejorar el perfil metabólico en adultos y niños, afectando positivamente los niveles de glucosa y lípidos en sangre, así como la presión arterial.

Estos beneficios, así como su perfil nutricional equilibrado, puede ayudar en la regulación del metabolismo y en la prevención de enfermedades metabólicas.

Yogur y microbiota intestinal

Consumir yogur natural también puede influir en la presencia de ciertas cepas bacterianas beneficiosas, revela una investigación publicada en Nutrients, lo cual es importante para mantener un equilibrio saludable de la flora intestinal.

Este aspecto es especialmente relevante, ya que una microbiota intestinal saludable está vinculada con numerosos aspectos de la salud, incluyendo la inmunidad, la digestión y la prevención de enfermedades.

Por si fuera poco, consumir este alimento es significativamente beneficioso para la absorción de nutrientes esenciales en el cuerpo humano. Las vitaminas del complejo B y K, el calcio y el hierro son algunos de los nutrientes cuya absorción se ve mejorada.

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Esto es especialmente importante en dietas donde la obtención de estos nutrientes puede ser un desafío, como en dietas vegetarianas o en personas con restricciones alimentarias específicas.

El yogur, gracias a su composición y a los procesos fermentativos que involucra, facilita una mejor digestión y asimilación de estos nutrientes, lo cual es fundamental para mantener un equilibrio nutricional adecuado. 

Además, el calcio y el fósforo presentes en este preparado son cruciales para la salud ósea, lo que lo convierte en un alimento clave en la prevención de enfermedades como la osteoporosis. Incluso ha demostrado tener un impacto significativo en la salud cardiovascular.

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Su consumo regular está asociado con un menor riesgo de síndrome metabólico, una condición que incluye factores de riesgo como el exceso de grasa abdominal, dificultad para procesar la glucosa, niveles elevados de colesterol LDL (malo) y triglicéridos en sangre, niveles bajos de colesterol HDL (bueno) y presión arterial alta, tal y como destaca una investigación.

El informe de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) titulado 'Evidencia científica sobre el papel del yogur y otras leches fermentadas en la alimentación saludable de la población española' describe los beneficios del yogur en personas intolerantes a la lactosa, para prevenir el Helicobacter pylori, aliviar la rinitis alérgica y reducir las infecciones gastrointestinales. Por lo que también sería un alimento clave en el caso de estas personas.

Este alimento se distingue por su alta digestibilidad, especialmente en comparación con otros productos lácteos como la leche. Esto se debe a que el proceso de fermentación descompone las proteínas del yogur, haciéndolas más fáciles de digerir.

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Las proteínas presentes en este alimento son esenciales para diversas funciones corporales, incluyendo la reparación y el crecimiento de tejidos, la producción de hormonas y enzimas, y el mantenimiento de un sistema inmunológico saludable.

La alta calidad de estos nutrientes, junto con su facilidad de digestión, lo convierte en una excelente opción para personas de todas las edades, incluyendo niños, adultos mayores y aquellos con ciertas restricciones dietéticas.