La tragedia de la angula de España, cuanto más escasa más deseada: "La gente quiere contar que la come"
La especie se ha convertido en un producto de lujo, pese a estar al borde de la extinción si no se prohíbe su pesca en todas sus fases de desarrollo.
24 diciembre, 2023 01:32Si algo caracteriza a las comidas en Navidad es que incluimos alimentos que de costumbre no solemos tomar. Más allá del marisco, las angulas también se han convertido en un producto típico de las mesas navideñas. Para unos pocos, eso sí: el kilo ya se paga a 8.135 euros. Esta cotización histórica parece tener los días contados, ya que la especie está al borde de la extinción, como advierten los expertos.
"Puede desaparecer en cualquier momento", alerta Miguel Clavero, investigador en la Estación Biológica de Doñana (CSIC). Su nombre aparece entre los más de 300 miembros de la comunidad científica que apoyaron recientemente un manifiesto pidiendo a las administraciones españolas y europeas acabar con la explotación de la anguila.
Clavero entiende que la inercia cultural relacionada tanto con la anguila como con su alevín, la angula, hace que los políticos no se atrevan a dar los pasos necesarios. "No tiene sentido estar pescándola, vendiéndola y comiéndola hasta el mismo día que se extinga", lanza el reproche mientras habla con EL ESPAÑOL.
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Calcular el volumen de esta especie es prácticamente imposible, pues se cifra en miles de millones de individuos. Lo que sí podemos saber es que —como suele decirse— cualquier tiempo pasado fue mejor. En concreto, hasta la década de los años 80, cuando la anguila europea (Anguilla anguilla) experimentó un declive superior al 90% en todas las fases del complejo ciclo de vida de la especie. Antes de este descenso, la abundancia de la especie era tal que en algunas zonas se utilizaba tanto para abonar campos como para alimentar a los animales de granja.
Del embalse al parásito
Los especialistas consultados por este periódico coinciden en que la situación actual de la anguila se explica por un cúmulo de causas. Una de ellas es la prolífera construcción de embalses que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XX en nuestro país. "Antes de que se construyeran, las anguilas llegaban a cualquier punto de España; a excepción, eso sí, de los que están a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar", indica Clavero.
El propio investigador participó en un estudio en el que estimaron que la creación de pasos (es decir, conectores que facilitan el movimiento de los peces) en 20 embalses permitiría recuperar el 60% de su distribución. Y es que se calcula que por cada 100 angulas que llegaban a las costas españolas en los años 80, hoy entran menos de nueve.
Otro de los motivos que ha afectado negativamente a la evolución de la especie es el parásito Anguillicoloides crassus, que se introdujo a principios de los 80 en Europa debido a una importación masiva de anguilas asiáticas infectadas. "Este parásito exótico crece en la vejiga natatoria de la anguila", apunta Clavero.
Éste es uno de los pocos datos que tenemos de la anguila, pues, como señala Clavero, se trata de un animal del que se sigue teniendo muchos vacíos de información. No fue hasta principios del siglo pasado cuando el biólogo danés Johannes Schmidt descubrió dónde se reproducían: en el Mar de los Sargazos, al sur del archipiélago de las Bermudas. Los expertos lamentan que tal vez se extinga la especie y no sepamos demasiado de su biología.
Un crimen muy lucrativo
Más allá de los embalses y el parásito exótico, la principal amenaza de la anguila (y de su alevín) es la sobrepesca. Este incremento de la captura forma parte de lo que Clavero define como "un bucle perverso": "La gente quiere comerla y decirle a los demás que la come, por lo que aumenta el interés, el precio y la pesca".
A su juicio, la escasez también ha cambiado la percepción que se tiene de la angula. "Antes, era un producto popular, por la cantidad gigantesca de angulas que llegaban a la costa. Ahora, se ha transformado en un producto de lujo". En otras especies, estos procesos llevan a la extinción de poblaciones silvestres, como advierte Clavero.
El investigador incide en que la sobrepesca ha tenido un papel decisivo, puesto que el colapso es muy similar al ocurrido con la anguila japonesa. De hecho, el declive de esta última ha ocasionado que desde el continente asiático —donde se consume este pescado con una gran asiduidad— se hayan fijado en la anguila europea.
En la Unión Europea, la exportación e importación de este animal está prohibida desde 2010. Por eso el tráfico ilegal se ha convertido en un crimen muy lucrativo. "Es muy difícil de detectar y cuando se hace, las penas se consideran delitos menores", afirma Silvia Díaz, integrante de WWF en el proyecto LifeSwipe, encargado de los delitos contra las especies silvestres.
Desde la ONG ecologista denuncian que muchos alevines (angulas) no sobreviven al peligroso viaje que realizan desde Europa, ocultos en maletas o camuflados en envíos de pescado fresco. "Los llevan hasta China, donde los engordan para introducirlos en el mercado de consumo", explica Díaz, quien destaca que España es la principal fuente de angulas, seguida de Francia y Portugal.
La Guardia Civil comunicó el pasado 15 de diciembre que habían detenido a un individuo por tráfico y comercio ilegal de 170 kilos de angulas vivas en Guadalajara. El precio de la mercancía incautada podría tener un valor cercano a los 200.000 euros. Una cantidad 'insignificante', en comparación con anteriores operaciones. A finales de agosto, por ejemplo, se incautaron de más de 18 toneladas de anguila, que podrían haber alcanzado un valor superior a los 20 millones de euros en el mercado negro.
Reproducción asistida en anguilas
Para evitar su extinción, un grupo de científicos españoles diseñó en 2014 la hormona de la anguila, utilizando las secuencias de ADN propias de la especie y con un sistema de producción similar al de la obtención de hormonas humanas. "En aquella ocasión no logramos buenos resultados, pero este año hemos iniciado un nuevo intento", afirma Igancio Giménez, director técnico de Rara Avis, la empresa que lleva a cabo la investigación en colaboración con la Fundación Oceanogràfic.
Su objetivo no es otro que obtener una nueva anguila europea a partir de dos crías en cautividad. Un hito que ya se ha conseguido con la anguila japonesa. Giménez confiesa que es muy difícil dar una fecha de cuándo podrá ocurrir en el caso de la Anguilla anguilla: "Lo único que quisiera es no morirme sin verlo".
Sospecha que si llegan a producir masivamente angulas, la especie terminaría perdiendo valor. En esta hipotética situación, ya no sería necesario, por ejemplo, recurrir a la captura de los alevines en el medio natural.
Hay quienes creen que esta actividad está enfocada al rendimiento económico, y no a la supervivencia de la especie: "Quien sea capaz de reproducir anguilas y cerrar su ciclo reproductor va a ganar mucho dinero vendiendo anguilas. No van a poder recuperar la especie con esta actividad", opina Clavero.
"Fines lucrativos tiene porque es un pez de alto valor", defiende Giménez. El investigador de la Estación Biológica de Doñana cree, de hecho, que la posible cría en cautividad de las anguilas en el mercado sería un incentivo para que se capturen más en el medio salvaje.
"¿Última Navidad sin angulas?"
Los expertos concurren en que se debería evitar cualquier captura de anguila. En la actualidad, sólo en Andalucía está prohibida su captura, en cualquiera de sus fases de desarrollo. "Si no se prohíbe la pesca, es casi seguro que la anguila se extinga", estima Díaz. "Es paradójico que estando en peligro crítico de extinción —esto es, en una categoría de mayor amenaza que el lince ibérico— se siga permitiendo la pesca", añade Giménez.
Aunque le hubiera gustado que fuera el anterior, el investigador anhela con que este año sea el último con anguilas y angulas en las mesas navideñas. No porque se haya extinguido la especie, sino porque se haya prohibido su consumo. "No es esperable que pase el año que viene. Pero como la especie está fuera de control, no sabemos lo que va a pasar", concluye Clavero.