El gazpacho ha conquistado los paladares de todo el mundo con su combinación única de frescura y sabor. Muy popular hoy en día, posee un origen humilde. Para conocerlo, debemos viajar algunos siglos hacia atrás, en concreto, al Al-Andalus del siglo VIII. En esta época nació como una ingeniosa forma de aprovechar los ingredientes disponibles en la región.
Sus ingredientes clásicos son bien conocidos: tomates maduros, pepinos, pimientos, cebolla y ajo. Pero hay otras versiones, como el ajoblanco, con algunas diferencias en sus ingredientes. Relacionada con esta, encontramos en Mercadona el 'Gazpacho blanco de almendras Hacendado ajoblanco'.
Comercializado en packs de tres bricks de 330 por 3,20€ y producido por JGC, sus ingredientes son agua, almendras (9%), pan rallado (contiene trigo), aceite de oliva virgen extra (3,5%), vinagre de Jerez Reserva, sal, ajo y zumo de limón a partir de concentrado.
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Cada porción de 100 ml, tiene 98 calorías, 8,5 g de grasas, de las cuales 0,9 g son grasas saturadas, 2,6 g de hidratos de carbono, 0,4 g de azúcares, 1,4 g de fibra alimentaria, 2,1 g de proteínas y 0,9 g de sal. Por tanto, nos encontramos ante un producto natural, muy saludable y con presencia destacada del aceite de oliva virgen extra (AOVE).
AOVE, un aceite de máxima calidad
El aceite de oliva virgen extra (AOVE) se considera superior a otros aceites por varias razones. "Es un alimento con alto contenido en sustancias antioxidantes y vitaminas, que además también es rico en otros compuestos naturales como los carotenos y polifenoles, compuestos antioxidantes que ayudan a prevenir la aparición de enfermedades crónicas como, por ejemplo, la enfermedad cardiovascular", explica la Fundación Española del Corazón.
"La composición en ácidos grasos del aceite de oliva varía levemente, dependiendo del clima, suelo, variedad de la aceituna utilizada, etc. Los porcentajes en ácidos grasos saturados (AGS), monoinsaturados (AGM) y poliinsaturados (AGP) suelen oscilar en torno al 17%, 71% y 11%, respectivamente", señala la Fundación Española de Nutrición.
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Por tanto, la mayor parte de las grasas del aceite de oliva virgen extra son monoinsaturadas. Entre ellas, destaca el ácido oleico, un tipo de grasa monoinsaturada que ejerce una acción beneficiosa en los vasos sanguíneos, reduciendo los niveles de colesterol LDL (malo) en sangre, a la vez que hace aumentar el colesterol HDL (bueno).
No podemos olvidar el proceso de producción del AOVE, otro factor importante. Se obtiene mediante métodos mecánicos, como el prensado en frío, lo que significa que conserva más nutrientes y compuestos bioactivos en comparación con los aceites refinados que utilizan métodos químicos y calor para extraer el aceite.
Prevenir diabetes y colesterol
A priori, puede parecer que este peculiar gazpacho de Hacendado tiene un punto débil para poder catalogarlo como saludable: su contenido en grasas. Sin embargo, no es así. El motivo es, precisamente, ese aceite de oliva virgen extra, responsable, en gran parte, de eso 8,5 g de grasas por cada 100 g de producto.
Sin embargo, se trata de grasas saludables que hacen de él un ingrediente con un alto potencial para prevenir múltiples dolencias, como la diabetes y la aterosclerosis, como demostró un estudio dirigido por Francesco Violi, de la Universidad La Sapienza (Roma).
Los resultados mostraron que los sujetos que consumían aceite de oliva tenían niveles significativamente más bajos de glucemia y niveles más altos de insulina. Además, se observó un aumento significativo de las incretinas, que son hormonas naturales que reducen los niveles de glucemia en sangre, y una reducción significativa del colesterol sérico.
En una línea similar, un estudio en el que participaron investigadores del Hospital Regional Universitario de Málaga, de la Universidad de Málaga, del Instituto de Grasa de Sevilla y el Centro de Investigación Biomédica en red (CIBERDEM), arrojó luz sobre los efectos del aceite de oliva virgen extra en la lucha contra la obesidad y la prediabetes.
Los hallazgos, publicados en la revista Clinical Nutrition, revelaron que tan solo un mes de consumo de aceite de oliva virgen extra, sin necesidad de modificar las cantidades ni de introducir otros cambios en la dieta ni ejercicio físico, es suficiente para inducir mejoras metabólicas como pérdida de peso, disminución del índice de masa corporal y de la glucemia basal. Unos beneficios que, sin embargo, no se observaron tras el consumo de otros aceites de oliva.
Por tanto, alimentos como este ajoblanco elaborado con aceite de oliva virgen extra e ingredientes naturales son una alternativa saludable que es conveniente tener en cuenta. No solo por las muchas propiedades del aceite de oliva virgen extra, hay que añadirles el de otros alimentos, como la almendra o el ajo, ambos con propiedades muy interesantes que es aconsejable aprovechar.