Si hay alguien que sabe de longevidad, ese es, sin duda, el doctor Valter Longo. Genovés y director del Laboratorio de Longevidad y Cáncer en el prestigioso Instituto de Oncología Molecular IFOM en Milán, Italia, que ha dedicado casi dos décadas de su vida al minucioso estudio de la longevidad. De su tierra natal, la pintoresca y muy gastronómica Génova, el reputado especialista destaca un alimento que no es muy conocido fuera de las fronteras italianas, pero que podría convertirse en una de las recetas favoritas de muchas personas.
Hablamos del biscotti del Lagaccio. Su traducción literal es 'galleta del Lagaccio', pero no es exactamente eso. Su aspecto es más similar al de un pan cortado a rodajas o a una especie de bizcocho, pero tampoco encaja a la perfección en ninguna de estas categorías. Sea cual sea su naturaleza, su principal característica es que se trata de un alimento saludable.
Tanto que su paisano Valter los señala como el único alimento de este tipo que consume. "Tradicionalmente grandes pero también muy ligeros, no llegan a las 70 calorías y son los bizcochos menos calóricos en circulación", según explica el experto en su libro La dieta de la longevidad.
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Ese tamaño, lógicamente, es consecuencia de su proceso de producción. Una vez que la masa se ha formado, se divide en troncos largos y delgados que se hornean hasta que estén ligeramente dorados. Luego se cortan en rodajas y se hornean nuevamente hasta que estén completamente secos y crujientes. Esta segunda cocción es crucial para lograr su característica textura.
Sin azúcares añadidos
La razón de que sea un alimento ligero se encuentra en su receta, que ha sido transmitida de generación en generación en Génova y en otras partes de Italia. Su historia se remonta a la Génova del siglo XVI. Se cuenta que un antiguo horno ubicado cerca de un embalse artificial llamado Lagaccio comenzó a producirlos.
Su ubicación estratégica para la defensa de la ciudad llevó a un rápido desarrollo del barrio circundante, lo que a su vez aumentó los negocios del antiguo horno. Originalmente eran simples rebanadas de pan tostado, ideales para llevar al mar, pero con el tiempo algunos panaderos enriquecieron su sabor con aromas y mantequilla.
Aunque, como ocurre con todos las recetas caseras y populares, cada familia puede tener su propia versión única. De hecho, en un vídeo difundido por la Fondazione Valter Longo, se recomiendan los siguientes ingredientes:
- 300 g de harina.
- 300 g de harina integral.
- 70 ml de aceite de semilla prensado en frío.
- 150 g de azúcar.
- 100 g de semillas de hinojo.
- 1 vaso de leche de cabra.
Si nos fijamos en esa lista, veremos que entre los ingredientes no encontramos azúcar añadido. Tampoco, por supuesto, aditivos. Se trata, en principio, de productos naturales. Probablemente, estos son los motivos por los que Valter Longo no tiene problemas en consumirlos.
Hoy, se reconoce que durante mucho tiempo hemos abusado del azúcar, desconociendo en gran medida su impacto perjudicial en nuestra salud. En particular, la proliferación del consumo excesivo de alimentos como el pan blanco, la pasta o el arroz ha resultado en efectos nocivos similares al azúcar.
Estos productos están compuestos de carbohidratos refinados que se descomponen rápidamente en azúcares simples que penetran velozmente en nuestra corriente sanguínea. Este alto índice glucémico puede desencadenar una serie de consecuencias negativas para nuestra salud.
"Los niveles altos de azúcar en la sangre, además de causar aumento de peso y reducir la eficacia de la insulina, pueden acelerar el proceso de envejecimiento con una acción directa sobre dianas celulares o a través de la actividad de la insulina", explica Longo, poniendo de relevancia la importancia de reducir tanto como sea posible este tipo de alimentos y, por su supuesto, el azúcar.
Beneficios de reducir azúcares
Reducir el consumo de azúcar ofrece múltiples beneficios para la salud y reduce diversos riesgos asociados con su exceso. Mantener un peso saludable y evitar los bajones de energía son beneficios clave de esta práctica.
Los alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar y carbohidratos procesados pueden desencadenar picos rápidos en los niveles de azúcar en sangre, lo que aumenta la probabilidad de aumento de peso y fatiga. Al optar por una dieta baja en azúcar, se puede mantener un peso saludable y disfrutar de niveles de energía más estables a lo largo del día.
Además de estos beneficios, reducir el azúcar en la dieta puede mejorar significativamente la salud de la piel. Se ha demostrado que el consumo excesivo de azúcar causa desequilibrios hormonales y daño en el colágeno, lo que puede llevar a problemas cutáneos como el acné y el envejecimiento prematuro. Al disminuir la ingesta de azúcar, se puede promover una piel más clara y juvenil.
Pero los beneficios no se detienen ahí. Reducir el azúcar también disminuye el riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, al prevenir la resistencia a la insulina. Además, protege la salud dental al reducir la producción de ácido en la boca, lo que puede causar caries y enfermedades de las encías.
Asimismo, disminuye el riesgo de enfermedad hepática al reducir la carga sobre el hígado y favorece una salud cardiovascular óptima al reducir la incidencia de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y presión arterial alta.