Justin Stebbing, profesor de oncología y biomedicina.

Justin Stebbing, profesor de oncología y biomedicina.

Nutrición

Soy especialista en cáncer y esto es lo que siempre tomo antes de beber alcohol: España lo ignora

El médico y profesor Justin Stebbing repasa una de las últimas 'curas de la resaca' y evalúa lo que realmente funciona.

24 julio, 2024 02:02

La búsqueda de la "cura de la resaca" ha sido motivo de estudio, podría decirse, desde que la especie humana empezó a consumir alcohol. Si bien es cierto que es muy fácil encontrar supuestos remedios milagrosos on-line, la realidad es que la evidencia científica al respecto suele brillar por su ausencia. Uno de estos remedios ha llamado la atención al oncólogo y profesor de biomedicina Justin Stebbing, de la Universidad Anglia Ruskin. Consistiría en un trago de aceite de oliva antes de tomar alcohol.

Esta idea ha sido popularizada por figuras conocidas como el productor musical Benny Blanco, que la popularizó en el programa The Tonight Show de Jimmy Fallon. Su teoría es que el aceite de oliva "puede cubrir las paredes del estómago y retrasar la absorción del alcohol", y por tanto los posteriores síntomas de la resaca. Nada más lejos de la realidad.

Como explica Stebbing, aunque el remedio del aceite de oliva suena llamativo y atractivo, no posee evidencia científica alguna que lo respalde. La teoría sería que su alto contenido en grasa acaba formando una capa de revestimiento en el estómago, lo que ralentizaría la velocidad de absorción del alcohol por parte del torrente sanguíneo. Esta absorción más lenta, en teoría, disminuiría la intensidad de la resaca.

Es cierto que los alimentos grasos y proteicos pueden ralentizar hasta cierto punto la absorción del alcohol al ralentizar el vaciado gástrico, pero la eficacia de esta teoría es dudosa a la hora de prevenir la resaca. De hecho, la absorción del alcohol ocurre principalmente en el intestino delgado y no en el estómago, donde tan solo se absorbe un 20% de lo consumido.

Además, el metabolismo del cuerpo o la descomposición natural del alcohol, que implica que el hígado lo modifique químicamente usando su propia maquinaria proteica, es realmente la causa principal de los síntomas de la resaca. Hablamos de la deshidratación, dolor de cabeza, náuseas, etc. El aceite de oliva no interfiere en estos procesos metabólicos, por lo que tampoco podría cambiar el resultado final.

El verdadero enfoque integral para prevenir la resaca implicaría una correcta hidratación y nutrición, y por supuesto una moderación con el alcohol. El profesor Stebbing propone cuatro factores a tener en cuenta para reducir el riesgo de sufrir resaca, y que no suelen formar parte de la 'prevención antiresaca' en España:

- Hidratación: la deshidratación es un pilar clave en los síntomas de la resaca. Por tanto, beber agua antes, durante y después del consumo de alcohol puede contribuir a mantener una correcta hidratación y reducir la gravedad de la resaca.

- Nutrición: consumir una comida nutritiva antes del consumo de alcohol puede ralentizar su absorción de forma más eficaz que el aceite de oliva. Los alimentos ricos en proteínas, grasas y carbohidratos complejos pueden proporcionar un enfoque más equilibrado para mitigar los efectos del alcohol.

- Moderación: la forma más eficaz para prevenir la resaca es beber con moderación incluso cuando estamos de celebración. Establecer límites y controlar el ritmo de consumo de alcohol puede reducir significativamente el riesgo de resaca.

- Reposición de nutrientes: tras el consumo de alcohol, consumir alimentos y bebidas que repongan los electrolitos perdidos y proporcionen nutrientes esenciales puede ayudar al organismo a recuperarse, incluyendo opciones como bebidas deportivas, frutas y verduras.

Como recuerda Stebbing, es probable que algunos afirmen que el método del aceite de oliva les funciona, pero estos relatos anecdóticos pueden explicarse fácilmente por el efecto placebo. Creer ciegamente en la eficacia de un remedio, en ocasiones, da lugar a una mejora significativa comparable a un remedio real, sin que haya una base científica sólida tras de sí.