La piña es una fruta tropical que, más allá de su sabor dulce y refrescante, esconde una vasta cantidad de beneficios para la salud que están respaldados por la ciencia. Su riqueza en vitaminas, minerales y enzimas la convierte en un elemento esencial de una dieta equilibrada.

A pesar de convertirse en un alimento viral no precisamente por sus capacidades nutritivas, lo cierto es que está llena de propiedades y además, es un postre perfecto. Gracias a la fibra que contiene, no tendrás que preocuparte de los picos de azúcar en sangre.

Mejora la digestión

Esta fruta es especialmente conocida por su contenido en bromelina, una enzima proteolítica que facilita la descomposición de las proteínas en el sistema digestivo, promoviendo así una digestión más eficiente. Esta no solo ayuda en la digestión de las proteínas, sino que también tiene propiedades antiinflamatorias que pueden aliviar los síntomas de trastornos digestivos crónicos como la hinchazón, el síndrome del intestino irritable y la dispepsia.

De hecho, un estudio publicado en Biotechnology Research International destaca la eficacia de este compuesto en el tratamiento de diversas afecciones gastrointestinales, subrayando su capacidad para mejorar la digestión y reducir la inflamación en el tracto digestivo.

Reduce la inflamación

Esta enzima no solo facilita la digestión, sino que también tiene fuertes propiedades antiinflamatorias. Estas son particularmente beneficiosas para personas que padecen enfermedades inflamatorias crónicas como la artritis, la sinusitis y la gota. La bromelina actúa al inhibir la producción de sustancias proinflamatorias en el cuerpo, reduciendo así la inflamación y el dolor asociado a estas condiciones.

Así se refleja en un estudio publicado en Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine, que subraya la eficacia de la bromelina en la reducción de la inflamación y el alivio del dolor, comparándola favorablemente con algunos medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), pero sin los efectos secundarios adversos asociados a estos.

Ayuda en la pérdida de peso

La piña también es un componente clave en muchas dietas para adelgazar, no solo por su bajo contenido calórico sino también por su efecto diurético, que ayuda a combatir la retención de líquidos y reduce el volumen corporal, especialmente en la zona abdominal. Esto es porque la bromelina también desempeña un papel crucial en este proceso al mejorar la circulación y facilitar la eliminación de toxinas a través de la orina.

Tal y como indica una investigación publicada en el Journal of Medicinal Food, el consumo regular de este alimento puede ayudar a reducir la grasa corporal y combatir la obesidad, gracias a sus propiedades diuréticas y a su capacidad para promover la eliminación de líquidos. Esta combinación de bajo aporte calórico y efecto diurético hace de esta una fruta ideal para quienes buscan perder peso de manera natural y sostenible.

Fortalece el sistema inmunológico

Este alimento también es una fuente excepcional de vitamina C, un potente antioxidante que juega un papel fundamental en el fortalecimiento del sistema inmunológico. Esta ayuda a neutralizar los radicales libres, que son moléculas inestables que pueden causar daño celular y contribuir al envejecimiento y a la aparición de enfermedades crónicas.

Así lo revela una investigación publicada en Nutrients, que confirma que la ingesta regular de vitamina C mejora la función inmunológica al aumentar la producción de glóbulos blancos, que son las células encargadas de combatir infecciones y patógenos. Además, también contribuye a la regeneración de otros antioxidantes en el cuerpo, como la vitamina E, lo que amplifica su efecto protector y convierte a la piña en una aliada poderosa para mantener una salud óptima.

La abundancia de vitamina C en esta fruta también potencia la producción de colágeno, una proteína que desempeña un papel clave en el mantenimiento de la salud de la piel, la elasticidad y la cicatrización de heridas. Este es el componente principal de la matriz extracelular que sostiene la estructura de la piel, y su síntesis adecuada es fundamental para prevenir el envejecimiento prematuro y mantener una piel suave y firme.

Contribuye a la salud ósea

El manganeso, un mineral esencial presente en grandes cantidades en esta fruta, es crucial para la salud ósea y la prevención de enfermedades degenerativas como la osteoporosis. Este mineral actúa como un cofactor en la formación de hueso, apoyando la síntesis de colágeno y otras proteínas necesarias para la estructura ósea. Esta propiedad ha sido estudiada en numerosas ocasiones. Una de las más recientes, publicada en Osteoporosis International destaca que el manganeso es vital para el mantenimiento de la densidad ósea, especialmente en mujeres postmenopáusicas, quienes son más propensas a sufrir pérdida de masa ósea.

Aunque todavía no se ha demostrado un impacto notable entre el consumo de este compuesto y un aumento de la salud ósea en personas sanas, sí coinciden en el caso descrito, por lo que su relación sí está registrada. Además, el manganeso también participa en el metabolismo de los carbohidratos y las grasas, lo que contribuye a un mejor equilibrio energético y a la prevención de enfermedades metabólicas.

Promueve la salud cardiovascular

Por si fuera poco, el consumo regular de piña puede tener un impacto positivo en la salud cardiovascular gracias, de nuevo, a la bromelina, que no solo actúa como un antiinflamatorio, sino también como un agente anticoagulante natural. Esta enzima ayuda a disolver los coágulos de sangre que pueden obstruir las arterias y causar eventos cardiovasculares graves como infartos y accidentes cerebrovasculares.

Así lo destacan estudios como el publicado en Cardiovascular Drug Reviews. Esta investigación sugiere que la bromelina es eficaz en la prevención de trombosis y embolias al reducir la agregación plaquetaria y mejorar la circulación sanguínea.