La Red de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) de la Unión Europea, que coordina la actividad de las agencias de Seguridad Alimentaria comunitarias como AESAN en España, ha emitido una notificación urgente sobre la retirada inmediata de langostinos congelados procedentes de España. El motivo es la detección de una ruptura en la cadena de frío durante su transporte, lo que los hace inadecuados para ser consumidos por el público.
La notificación emitida por la RASFF, en la que se clasifica el incidente como un "potencial riesgo", precisa que el riesgo sanitario fue detectado en España durante un control de mercado. Los países en los que se ha producido la redistribución han sido por el momento Alemania y Bélgica. Aunque no se han declarado casos de intoxicaciones ni enfermedades a causa del consumo de estos langostinos, la ruptura en la cadena de frío es un problema grave para la conservación de mariscos.
Tampoco se ha informado sobre las empresas productoras ni las zonas del país de donde procede el producto objeto de la retirada. La Asociación FACUA-Consumidores en Acción ha criticado más de una vez la escasa información que brindan estas alertas alimentarias a nivel europeo. Afirman que hacen que el consumidor pueda desconfiar de todos los productos, independientemente de que puedan o no estar afectados.
Se da la circunstancia, además, de que RASFF ya comunicó una alerta similar relativa a langostinos que habían entrado por España y en los que se detectó una ruptura de la cadena de frío. Este tipo de productos es altamente perecedero y su seguridad depende de un control riguroso de la temperatura durante todo el proceso de transporte y almacenamiento.
En condiciones normales, los langostinos tienen una alta demanda en el mercado español, especialmente en temporadas festivas. Este marisco, valorado tanto por su sabor como por su versatilidad en la cocina, es un producto habitual en la gastronomía española. Es fuente de proteínas, tiene poca grasa, y destaca por su contenido en ácidos grasos omega-3 saludables para la salud cardiovascular. Desde la Fundación Española de Nutrición (FEN) también subrayan su aporte de otros nutrientes: yodo, fósforo, selenio, calcio, magnesio y zinc, y de vitaminas B12 y B3.
Se recomienda a los consumidores que estén atentos a las comunicaciones oficiales y eviten adquirir productos que puedan haber sido retirados del mercado. La seguridad alimentaria es una prioridad y, en casos como este, la precaución es esencial para evitar riesgos innecesarios. La colaboración entre las autoridades, distribuidores y consumidores es fundamental para mantener la confianza en los productos alimentarios que llegan a nuestras mesas.
La RASFF, un sistema de alerta rápida establecido en 1979, tiene como objetivo garantizar la seguridad alimentaria en Europa. A través de esta red, los países miembros de la UE pueden intercambiar información de manera inmediata sobre cualquier riesgo para la salud pública relacionado con alimentos y piensos.
Las autoridades españolas, en colaboración con la RASFF y las aduanas, continúan vigilando de cerca las importaciones de mariscos y otros productos sensibles para garantizar que cumplan con los estándares de seguridad alimentaria establecidos por la Unión Europea.