Un yogur blanco.

Un yogur blanco.

Nutrición

Los dos yogures que desatan la locura en Lidl: cargados de probióticos, no engordan y los más sanos del mercado

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Los yogures, con su textura cremosa y su sabor inconfundible, son alimentos muy apreciados por los consumidores. Perfectos para disfrutar en el desayuno, como postre o a la hora de la merienda, su popularidad no ha hecho más que crecer, adaptándose a las nuevas tendencias y preferencias del mercado, lo que ha dado lugar a una amplia variedad de tipos: naturales, azucarados, con frutas, líquidos, y más. Sin embargo, no todos son igual de saludables ni recomendables. 

Un estudio publicado en la revista médica BMJ Open también subraya la importancia de elegir yogures sin azúcares añadidos. "No todos los yogures son tan saludables como quizás los perciban los consumidores y hace falta reformularlos para que se reduzca su contenido en azúcares libres", afirman los investigadores, lo que resalta la necesidad de optar aquellos que no contienen azúcares añadidos.

Ante esta advertencia, la ciencia señala cuáles con las opciones más recomendables: el yogur natural y el yogur griego. Además de ser los más saludables, etán presentes en todos los supermercados, entre ellos, los de la popular cadena Lidl, que ofrece un amplio catálogo de productos lácteos con su marca Milbona, que ahora cuentan con una promoción del 10 por ciento de descuento.

El natural de toda la vida

La Fundación Española de Nutrición (FEN) lo define como "el producto de leche coagulada obtenida por fermentación láctica mediante la acción de Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus a partir de cualquier tipo de leche". Este tipo de yogur se elabora únicamente con leche y fermentos, sin azúcares ni aditivos añadidos, lo que lo convierte en una de las opciones más saludables disponibles en el mercado.

Ofrece varios beneficios significativos para la salud. Por ejemplo, se digiere mejor que la leche gracias a la acción de los fermentos lácticos. Además, es una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, lo que significa que contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita. También aporta calcio de fácil asimilación, potasio y fósforo.

Un informe del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición destaca el efecto probiótico del yogur natural, señalando que su consumo regular puede reducir el riesgo de desarrollar síndrome metabólico, una condición que puede ser la antesala de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), "la microbiota es esencial para proteger el aparato digestivo de microorganismos patógenos y para estimular el sistema inmunológico".

Junto con sus propiedades probióticas, el yogur natural es un alimento bajo en calorías y grasas, pero rico en nutrientes esenciales. Según la FEN, 100 gramos de yogur natural contienen aproximadamente 57 kcal, 3,7 g de proteínas, 2,7 g de grasas totales, 4,4 g de hidratos de carbono, 142 mg de calcio, 14,3 mg de magnesio, 80 mg de sodio, 280 mg de potasio y 180 mg de fósforo.

El griego, rico en proteínas

El estudio publicado en la revista médica BMJ Open destacó el yogur griego como una de las opciones más saludables. Este tipo de yogur es conocido por su textura más espesa y cremosa y por ofrecer una mayor concentración de proteínas debido a su proceso de filtrado adicional. También contiene más grasas que el yogur normal, lo que no es necesariamente negativo, y un menor volumen de lactosa, lo que lo hace más fácil de digerir para muchas personas.

Esta variedad de yogur cuenta con probióticos que afectan positivamente la flora intestinal y, de esta forma, estimulan el funcionamiento del sistema inmunitario. Los estudios indican que los probióticos pueden ser de ayuda para prevenir diferentes patologías, entre ellas infecciones urinarias, diarrea, estreñimiento, incluso enfermedades metabólicas como la hipercolesterolemia, la obesidad o la diabetes. Asimismo, su consumo contribuiría a reducir el riesgo cardiovascular.

Otro beneficio, el yogur griego resulta un alimento muy favorable para la salud ósea, sobre todo si su consumo se complementa con entrenamiento y actividad regular, como señala una investigación publicada en 2019. Sus nutrientes, en combinación con el ejercicio, pueden ayudar a fortalecer los huesos y mejorar la salud ósea en general.

Eso sí, al elegir los yogures, es fundamental asegurarse de que estén libres de azúcares añadidos, ya que estos pueden contrarrestar los efectos positivos del yogur sobre el organismo. Optar por variedades naturales y griegas sin azúcares añadidos garantiza una opción nutritiva que promueve la salud general y proporciona múltiples beneficios.