Pese a ser lo tradicional en el desayuno, el consumo de carbohidratos refinados como las tostadas de pan blanco y los cereales aumentan el riesgo de obesidad, de problemas metabólicos y de enfermedades cardiovasculares, algo que empeoran los azúcares añadidos y grasas saturadas que los suelen acompañar. Ahora, un nuevo estudio confirma que el problema en España se extrapola a todo el mundo: el consumo de grano refinado está disparando las enfermedades arteriales en Oriente Medio.
Los resultados de este estudio se presentan en el Congreso del Colegio Americano de Cardiología (ACC) en Oriente Medio, que se celebra en Dubái conjuntamente con el Congreso de la Sociedad Cardíaca de Emiratos. En el trabajo, investigadores del Instituto de Investigación Cardiovascular de la Universidad de Ciencias Médicas de Isfahán (Irán) estudiaron la relación entre el consumo de granos enteros frente a los refinados en la población iraní, y su relación con la enfermedad coronaria prematura de las arterias (PCAD por sus siglas en inglés).
La PCAD se diagnostica en hombres menores de 55 años y mujeres menores de 65 cuando se produce un estrechamiento de las arterias coronarias -que irrigan de sangre el corazón- por ateroesclerosis, la acumulación de placas de ateroma -grasa- en las paredes arteriales. Frecuentemente asintomática al principio, se manifiesta como una dolorosa angina de pecho, ataques al corazón y en su fase final la estenosis, una peligrosa condición que puede llevar al reventón de la arteria.
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"Hay muchos factores por los que la gente consume más granos refinados en lugar de granos integrales y estos casos difieren entre las personas", valora el Dr. Mohammad Amin Khajavi Gaskarei, que ha liderado el estudio. Algunos de los factores más importantes a tener en cuenta, explica, son los ingresos, el trabajo, la educación, la cultura o la edad. Sin embargo, el resultado es el mismo: "Una dieta que incluye una gran cantidad de granos refinados e insanos puede considerarse similar a una dieta que contenga muchos azúcares y aceites no saludables", sentencia.
El grano entero es el que se emplea para elaborar un producto 100% integral: al mantener las partes como la cáscara, el salvado y el germen, tienen mucha más fibra que el grano refinado, que es el resultado de triturarlo y procesarlo para producir harina blanca o arroz blanco. El grano entero se considera un 'carbohidrato complejo', ya que frenan la metabolización en forma de azúcares en el intestino mientras proporciona micronutrientes de mejor calidad. Los carbohidratos simples del grano refinado se convierten rápidamente en azúcar, provocando un pico glucémico.
Para la investigación se seleccionaron a 2.099 personas que habían sido diagnosticadas con enfermedad coronaria prematura de las arterias en diferentes centros hospitalarios del país y que se habían sometido a una angiografía, una prueba para evaluar el estado de sus arterias. Se dividieron en dos grupos. El primero, con 1.168 pacientes, presentaba en aquel momento buena salud arterial, y fue designado como grupo de control. En el segundo, con 1.369 participantes, la obstrucción de al menos una de las arterias coronarias alcanzaba el 75%, o al menos el 50% en la arteria coronaria izquierda principal.
A partir de los cuestionarios de frecuencia alimentaria que fueron rellenando diariamente los participantes, los investigadores pudieron determinar que, una vez ajustados los factores por otros posibles consumos de riesgo, los granos refinados se relacionaron con un incremento del riesgo de PCAD, y los granos enteros, con su reducción. "Alentar y educar a las personas sobre los beneficios del consumo de granos integrales es importante, a medida que demostramos que tiene impacto en la salud general a nivel mundial", valora el investigador.