Cuando éramos niños siempre contábamos en nuestra merienda con un pequeño brick de zumo que llevaba una pajita incorporada. Son muy populares en España: los tomamos, sobre todo, en el desayuno, pero no es extraño encontrarlos en otros momentos del día. Siempre hemos pensado que se tratan de bebidas refrescantes y saludables porque, al fin y al cabo, están hechas de fruta. Sin embargo, estábamos equivocados.
Sin duda, uno de los zumos más populares es el que se hace con piña. El sabor dulce de esta fruta gusta a muchos consumidores, pero no solo lo eligen por esta razón. Esta bebida tiene fama de aportar varios beneficios como tener efectos antiedad o mejorar la digestión. Es importante destacar que todos los nutrientes del zumo que otorgan esos beneficios se encuentran en la fruta de origen. De hecho, la piña entera tiene más.
Cuando licuamos una fruta para hacer zumo perdemos un componente fundamental: la fibra. Este elemento no sólo sirve para mejorar el tránsito intestinal, sino que es uno de los factores que hacen que la fruta sea tan saludable: previene enfermedades como las cardiovasculares y la diabetes. Aunque son peores los zumos de piña procesados que podemos comprar en el súper, tampoco deberíamos tomarlos naturales de manera habitual por estas razones.
No es una pieza de fruta
Aunque algunas personas toman zumos porque, de esta manera, les cuesta menos cumplir las recomendaciones de consumo diario de frutas, no es lo mismo. Durante años nos han dicho que debemos tomar todos los días 5 piezas de fruta y verdura, pero la Universidad de Harvard recomienda que usemos otra medida. Según su esquema de alimentación saludable, las frutas y las verduras deben componer el 50% de lo que comemos a diario.
Estos vegetales están compuestos mayoritariamente por agua, pero son muy importantes por la cantidad de vitaminas y minerales saludables que contienen. También contienen una proporción considerable de azúcares y un porcentaje muy importante de fibra. Al eliminar esta parte, el azúcar de la fruta no se comporta de la misma manera en el organismo y se pierden algunos nutrientes muy saludables. Por eso, no es lo mismo un trozo de piña que un vaso de zumo.
La piña tiene más nutrientes
Si lo que queremos son beneficios, deberíamos dejar los zumos para momentos puntuales y tomar fruta entera todos los días. Tal y como se explica más arriba, la piña es mucho más interesante que el zumo que se hace con ella. Cada 100 gramos de piña cuenta con 1,2 gramos de fibra: un componente que reduce en gran medida el daño que el azúcar provoca en el cuerpo y que tiene la habilidad de atrapar azúcares y grasas en el sistema digestivo.
En cambio, el zumo de piña no es interesante: su azúcar es tan peligroso como el que se añade a cucharadas si desaparece la fibra y, además, algunos micronutrientes saludables se encuentran también en ese componente. Es decir, cuando licuamos la piña no sólo quitamos la fibra, sino una parte de micronutrientes que se encuentra asociada a ella. Ante la duda, siempre hay que priorizar la fruta entera.
Tiene alto índice glucémico
Cuando comemos alimentos que son fuente de hidratos de carbono, el cuerpo se encarga de descomponerlos en azúcares más simples. El azúcar más simple es la glucosa y cuando se absorbe en la sangre, nuestro páncreas libera insulina para controlar sus niveles. Los niveles altos de azúcar en sangre durante mucho tiempo deterioran algunos órganos y predisponen a las enfermedades cardiovasculares; esto es lo que pasa con las personas con diabetes.
Al comer fruta tomamos azúcar junto con fibra y esto hace que la glucosa pase poco a poco al torrente sanguíneo y no se formen picos. Sin embargo, los zumos, aunque sean naturales, no tienen fibra y, por eso, la glucosa que contienen pasa rápidamente al torrente sanguíneo. Los niveles de azúcar se disparan en muy poco tiempo y el páncreas se fuerza a producir mucha insulina en poco tiempo. Si el páncreas se fuerza demasiado, puede aparecer una diabetes tipo 2.
El zumo engorda
Se dice que los alimentos que, como el zumo de piña, elevan en muy poco tiempo el nivel de glucosa en sangre tiene un alto índice glucémico. Al crear picos de azúcar en sangre, parte de esta sustancia no se utiliza y el cuerpo termina convirtiéndola en grasa. Sin embargo, esta no es la única razón por la que los zumo engordan: los alimentos con un alto índice glucémico, además, provocan hambre más rápidamente.
La curva de glucosa en sangre está muy relacionada con la que representa la sensación de hambre. Por si no fuera poco, el epidemiólogo Miguel Ángel Martínez-González explica en su libro Salud a ciencia cierta que la peor manera de tomar azúcar es a través de líquidos: "Nuestro cerebro interpreta la ingesta de cualquier líquido como si fuera solo agua: por muchas calorías que tenga, no las 'descuenta' ni nos sacian".
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