Las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad han acordado tras la Comisión de Salud Pública celebrada este miércoles un protocolo de vigilancia epidemiológica de la enfermedad por el virus del zika. Se trata de un conjunto de medidas encaminadas a detectar de forma precoz posibles casos importados y autóctonos.
También han abordado un Plan de Preparación y Respuesta frente a enfermedades transmitidas por vectores, encaminado a establecer las medidas de prevención y control de los vectores (mosquitos transmisores), así como de información a los ciudadanos y a los profesionales sanitarios.
El documento, sobre el que el Ministerio y las CCAA llevan trabajando meses, legitimará las acciones que ya se están llevando a cabo desde los sistemas de vigilancia y no supone "un cambio excesivo" en lo establecido hasta ahora.
Entre las novedades que se han acordado en la Comisión, presidida por la directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación, Elena Andradas, destaca el establecimiento de la creación de un Comité Nacional para el seguimiento del Plan, con participación de los Ministerios de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, expertos en entomología y varios representantes de las Comunidades Autónomas.
Uno de los objetivos prioritarios del protocolo es la detección temprana de casos importados y autóctonos e información periódica a los profesionales sanitarios para establecer las medidas de prevención necesarias.
Por ello, el acuerdo incluye la definición de caso y el algoritmo diagnóstico y se ha decidido que las muestras que resulten positivas a nivel autonómico se envíen para su confirmación al Centro Nacional de Microbiología. Asimismo, se ha acordado que se notificarán de forma individualizada los casos confirmados al Centro Nacional de Epidemiología (CNE) a través de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
Si se detectara un caso autóctono, la comunidad autónoma lo notificará de forma urgente al Centro de Control de Alertas y Emergencias del Ministerio (CCAES) y al CNE. El CCAES valorará junto con las comunidades afectadas las medidas a tomar y, si fuera necesario, su notificación al Sistema de Alerta y Respuesta Rápida de Unión Europea y a la OMS, de acuerdo con el Reglamento Sanitario Internacional (2005).
Para llevar a cabo la detección precoz se difundirán los protocolos de vigilancia en los centros de atención primaria y hospitales, se difundirán los algoritmos y guías de manejo de casos a los profesionales sanitarios y se les informará sobre los casos importados en su área.
Tal y como se esperaba, la reunión de la Comisión no ha supuesto una modificación de las recomendaciones ya emitidas por el Ministerio. Así, se mantienen las recomendaciones vigentes a los viajeros que vayan a visitar zonas afectadas por el virus zika para que eviten el contacto con el mosquito transmisor. En el caso de las mujeres en estado de gestación o que estén tratando de quedarse embarazadas, se les aconseja que aplacen sus viajes a las zonas afectadas si no son esenciales.
La rápida expansión de este virus por varios países americanos y otros continentes llevó la semana pasada a la OMS a declarar el Zika como emergencia de salud pública de interés internacional (PHEIC). Desde entonces han seguido aumentando los casos en todo el mundo, además de documentarse nuevas vías de transmisión del virus como la vía sexual y estudiarse otras posibles, como la sangre o incluso la saliva.
El portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Antoni Trilla, sostiene que lo que justifica la declaración de la OMS no es la enfermedad que provoca el virus en sí, benigna en un 75% de los casos, sino su relación con la microcefalia, un grave defecto neurológico que parece afectar a los niños nacidos de mujeres embarazadas afectadas por el virus.
"Aunque la relación no es segura, parece que hay una sospecha fuerte; sin ella, no hubiera sido tan clara la declaración", comentó Trilla a este diario. E insiste: "No sabemos si una infección en la madre significa automáticamente una infección en el feto; y también se desonoce si una infección en el feto significa necesariamente trastornos del desarrollo en el mismo".
"Por sí sola no sería un PHEIC, porque sabemos que no es una enfermedad grave desde el punto de vista clínico", explicaba el subdirector general de Seguridad Sanitaria y Medio Ambiente de la OMS, David L. Heymann.