El 27 de marzo de 2008, Diego Fernández M. V. volvió a nacer. Lo hizo gracias a, entre otros, Elena Gómez Granizo, una médica del SAMUR que le salvó la vida tras recibir en pleno Paseo de Santa María de la Cabeza (Madrid) un disparo. Granizo asistió en una maniobra extremadamente compleja, la toracotomía de emergencia, el nombre técnico que se esconde tras un procedimiento que consiste en la apertura del tórax para efectuar un masaje directo al corazón. Fernández es el único caso publicado en el que se ha aplicado con éxito esta técnica tras una lesión por arma de fuego. Aunque el paciente quedó en silla de ruedas, porque también presentaba lesiones medulares, sobrevivió.
El pasado sábado, Gómez Granizo volvió a intentar repetir esta gesta. En este caso, el paciente era un joven no identificado de alrededor de 20 años de edad y no había recibido un disparo, sino una puñalada directa al corazón. A pesar de los esfuerzos, nada se pudo hacer, pero se volvió a poner de manifiesto la excelente preparación de los servicios de emergencia en España, que llevan a cabo una técnica que apenas se practica en algunos países como Inglaterra.
EL ESPAÑOL ha hablado con esta coordinadora de guardias del SAMUR, que reconoce que tomar la decisión de abrir el tórax para masajear el corazón es "ir a por todas" y requiere de sangre fría y mucho valor.
Decidir abrir el tórax
Para optar por esta técnica, los médicos de Emergencia tienen que tener claro que existe una lesión cardiaca directa. "Es algo que se ve", comenta Gómez. La lesión se acompaña de una parada cardiaca y el único objetivo de los médicos en ese momento es recuperar el pulso del paciente. Hay dos destinos probables para el mismo: el quirófano del hospital más cercano - si se consigue- o el Instituto Anatómico Forense, si no. "Todos estos casos son judiciales, de ahí el destino de los cadáveres", añade la médica.
Por supuesto, el desenlace no se conoce a priori. "Desde la ambulancia vamos llamando a los hospitales para avisarles de lo que les puede llegar", comenta. En ocasiones la técnica, que se ha realizado alrededor de una decena de veces en España, se aplica para una herida que no está exactamente en el corazón, sino en uno de los grandes vasos.
La primera parte de la operación consiste en la apertura del tórax, a través del esternón. Para ello, los facultativos llevan en las ambulancias de última generación un instrumento tan rudimentario como una sierra. Es lo que se necesita para abrir el pecho. También llevan un separador para mantener abierta la caja torácica.
Este sábado no hizo falta, ya que la incisión se efectuó por un lateral, según recuerda Gómez Granizo, que detalla los siguientes pasos del procedimiento. Lo inmediatamente siguiente tras alcanzar el corazón es eliminar los coágulos que se están formando. Para ello se administran apósitos con anticoagulantes y se utilizan también los dedos, los mismos que se usarán a la hora de aplicar el masaje.
Circunstancias extremas
Explica la facultativa que se necesitan varios médicos para llevar a cabo este procedimiento. El sábado estaban tres: ella, que realizó la maniobra, otro facultativo de Urgencias y el supervisor de la guardia, Ángel Casas.
Se trata de una maniobra difícil y que requiere de tranquilidad, algo casi siempre difícil en las zonas donde se encuentra a los heridos, donde la calma relativa comienza cuando pueden instalar una tienda de campaña que hace de quirófano de emergencia. "Muchas veces llegamos y ni siquiera sabemos si todavía están los agresores, es algo muy estresante", relata la médico que define como tremendos sucesos como los vividos el sábado: "Sientes mucha impotencia, es gente tan joven...".
Para poder hacer el procedimiento, se requiere de una preparación especial, que los médicos llevan a cabo con cadáveres. "Aprendemos la técnica en el Anatómico Forense", relata Gómez, que indica que hace falta cierta veteranía para poder hacer la toracotomía de emergencia. Sea o no con éxito, el "ir a por todas" es mucho más que una expresión para los médicos de emergencia en España.