Adictos al trabajo... y 'locos' de atar
Puede que sean más responsables y mejores para las empresas, pero la ciencia se ha pronunciado sobre los 'workaholics': su afán laboral se acompaña de una miríada de trastornos psiquiátricos.
31 mayo, 2016 18:19Noticias relacionadas
Más que por el hecho insólito de ser capaz de escribir 57 libros sobre la relación entre Psiquiatría y Religión, el estadounidense Wayne E. Oates (1917-1999) pasó a la historia como la persona que acuñó el anglicismo workaholic, un término sin traducción al castellano que refleja la adicción al trabajo, un estado que el autor comparó con el alcoholismo en el ensayo donde lo menciona por primera vez: Confesiones de un workaholic: hechos sobre la adicción al trabajo (1971, no publicado en español).
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Desde entonces, la ciencia ha intentando saber más sobre este trastorno, que no está calificado como tal en última edición de la llamada biblia de la psiquiatría, el Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales (DSM-V, de sus siglas en inglés).
Sin embargo, según reconocen investigadores noruegos y estadounidenses en un estudio publicado recientemente en PLoS One, a pesar de los muchos trabajos sobre el asunto, existe una carencia de estudios "a gran escala", es decir, con un número de participantes suficiente para dar valor estadístico a sus conclusiones.
Más de 16.000 trabajadores
Por esta razón, los autores se pusieron manos a la obra e identificaron la presencia del workaholismo en 16.426 trabajadores que respondieron a una encuesta online que pretendía, además, detectar otros desórdenes psiquiátricos: en concreto, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en adultos, el Obsesivo-Compulsivo (TOC) y la depresión y la ansiedad.
Los datos no dejaron lugar a dudas: las personas con cualquiera de estos síntomas tenían más posibilidades de ser adictos al trabajo o, lo que es lo mismo, la prevalencia de trastornos mentales entre los workahólicos era mayor que entre la población laboral normal. Había algunas diferencias entre los mismos: por ejemplo, el adicto a ejercer su profesión tiende más a ser ansioso que depresivo, aunque ambos trastornos están más presentes en este grupo.
Aunque la prevalencia en términos absolutos seguía siendo relativamente pequeña, los hallazgos revelan dos cosas: la primera, que hay predictores psiquiátricos de la adicción al trabajo y, la segunda, que es TDAH en adultos afecta a la vida laboral.
Con respecto al porcentaje de workahólicos, el multitudinario estudio arrojó una cifra del 7,8%. Se trata de personas que se ajustan a la definición científica del concepto, publicada en la revista Journal of Managerial Psychology en un trabajo en el que se tuvieron en cuenta los tres test existentes para medir el trastorno. Ésta afirma que un adicto al trabajo es alguien que "se preocupa en exceso sobre el trabajo, conducido por una motivación incontrolable y que invierte tanto tiempo y esfuerzo en éste que le impide realizarse en otras áreas importantes de la vida".