La naturaleza suele pillar por sorpresa incluso a los científicos más preparados. Las dudas se acumulan con respecto al Zika, sobre todo en Brasil y sobre todo por el escaparate internacional de los Juegos Olímpicos. Pedro Vasconcelos, director del Instituto Evandro Chagas, y Patrícia Carvalho de Sequeira, investigadora de Fiocruz, tienen buena parte de las claves, y dan la cara durante estos días en los que la polémica vuelve alterar la lucha contra esta misteriosa enfermedad.
Hasta el momento en Brasil ha habido varios frentes científicos importantes de acción en la lucha contra el virus Zika, normalmente coordinados con el Gobierno Federal. Sobresale el trabajo de la Fundação Oswaldo Cruz (Fiocruz), la Red Zika -principales universidades paulistas e importantes laboratorios de investigación- y el Instituto Evandro Chagas.
Entre otros logros, Fiocruz ha analizado el proceso de entrada del virus en el feto a través de la placenta de las mujeres embarazadas, la Red Zika ha desarrollado la importantísima prueba de detección rápida y el Instituto Evandro Chagas, codo con codo con la Universidad de Texas, trabaja en la vacuna, que avanza a buena velocidad pero no es una solución a corto plazo para este momento de crisis. Lo primero que llama la atención es que, en ocasiones, unos científicos no conocen con detalle los avances de los otros. El Instituto Evandro Chagas, por ejemplo, ni ha probado ni sabe qué tal está funcionando la prueba de detección rápida del virus creada por la Red Zika en São Paulo.
Para intentar remar todos en la misma dirección y con más potencia, el Diario Oficial de la Unión -equivalente al Boletín Oficial del Estado- publicaba el pasado 20 de mayo la creación de la Red Nacional de Especialistas en Zika y enfermedades relacionadas (RENEZIKA), y añadía la aparición de microcefalias en recién nacidos como Emergencia en la Salud Pública de Importancia Nacional.
La RENEZIKA cuenta con una secretaría ejecutiva que elegirá en los próximos días a los especialistas que llevarán las riendas del equipo de trabajo. Sin duda, las cabezas visibles de estas instituciones médicas y científicas estarán entre las elegidas.
Demasiadas dudas
Actualmente se cuestiona todo: transmisión sexual, microcefalia, propagación. De momento, sabemos que el virus del Zika está en la sangre tras la picadura del mosquito Aedes aegypti seis o siete días, con menos síntomas que el dengue, y que el 80% de las personas ni lo nota. Sabemos también que en Brasil, cosa que nunca ha sucedido con este virus en África, hay una pequeña proporción de mujeres gestantes que han dado a luz a bebés con microcefalia.
Pedro Vasconcelos, director del Instituto Evandro Chagas -Ananindeua, estado de Pará, en el extremo este de la región amazónica-, es uno de los expertos que luchan día a día contra el virus que trae de cabeza a Brasil y al mundo. Vasconcelos se ha sincerado respecto a los asuntos más delicados. En primer lugar, los casos de microcefalia en las mujeres en los fetos de las mujeres embarazadas contagiadas por el Zika: "Hay sospechas de que el virus, dependiendo de la fase de gestación de la mujer embarazada, penetra en el sistema nervioso a través del proceso inflamatorio que provoca la picadura, consiguiendo acceder", dice el experto, quien añade que este caso es más probable en el segundo trimestre del embarazo. "En el primer trimestre, el virus puede acceder al sistema nervioso antes del cierre del tubo neural".
También trae de cabeza a toda la comunidad científica otro misterio: ¿Por qué en el nordeste brasileño hay más casos de microcefalia? Según Vasconcelos: "Hasta ahora no entendemos por qué el virus Zika ha causado mayor impacto en la región nordeste de Brasil que en el resto de regiones. Es posible, aunque todavía no esté comprobado, que la vacuna de la fiebre amarilla, que no llega al nordeste, tenga algún efecto protector, puede ser", comenta Vasconcelos. "El nordeste además siempre tuvo altos índices de dengue, eso hay que tenerlo en cuenta".
A estas sospechas hay que añadir las explicaciones de Patrícia Carvalho de Sequeira, investigadora del Fiocruz que halló que este virus también puede estar activo en otros fluidos corporales, como la saliva o el semen. "Es muy pronto para cerrar porcentajes, necesitamos más tiempo en los estudios, los problemas con el zika son relativamente recientes", dice Sequeira a EL ESPAÑOL. "De momento seguimos trabajando con el porcentaje de 1% de microcefalia, subiendo al 2% en el nordeste, pero ese aumento puede ser simplemente porque el virus entró por el nordeste y es donde se han contabilizado más casos". Se expresa con serenidad pero su equipo trabaja contra reloj.
Uno de estos urgentes estudios con mujeres embarazadas se realiza desde hace meses en el Instituto Evandro Chagas. "Buscamos demostrar la proporción exacta de fetos que van a desarrollar microcefalia, de madres que van a abortar, fetos que nacerán muertos o de fetos que no se contagiarán, todo ello dentro de cada trimestre del embarazo", explica el director de este centro. "Todavía no sabemos realmente cuántas madres se infectaron sin que los fetos sufrieran ningún problema".
Se centran en otros fluidos
Los fluidos también son permanente centro de atención. El investigador Pedro Vasconcelos analiza el asunto con franqueza para este periódico: "Cualquier arbovirus después de la infección conlleva la inmunidad de la persona, pero en el caso del Zika se ha observado la persistencia del virus hasta dos meses en el semen, pudiendo haber transmisión sexual, esto ya está demostrado", dice. "Es solo el hombre el que lo transmite, y en estos casos no es necesaria la influencia del mosquito.
Tampoco hay evidencias de que una persona infectada después de la fase aguda -primeros siete días de la enfermedad- pueda transmitir el virus a los mosquitos, ni existen evidencias de que otros mosquitos, al margen de los Aedes, principalmente Aedes aegypti, puedan transmitir el virus".
Carvalho de Sequeira aclara con cuidado, al respecto de estos posibles casos por transmisión sexual, que "los estudios todavía no están cerrados". E insiste: "Hay varios indicios pero todavía no lo suficientemente fuertes para que sea algo oficial".
La OMS, mientras tanto, recomienda algo que a Sequeira le parece lógico: métodos preventivos en las relaciones sexuales mientras avancen las investigaciones. Por lo tanto, para que un turista lleve el virus Zika a su país y allí se expanda, "por ahora se cree necesaria la existencia del mosquito propagador: Aedes aegypti", puntualiza Sequeira. "Hay que mapear con exactitud en qué países están los mosquitos".Por eso la OMS, al respecto de la carta que más de 150 científicos ha enviado a la organización solicitando el aplazamiento de los Juegos Olímpicos, no ve excesivo riesgo de mayor propagación, dado que el virus ya está en 60 países.
Sobre la famosa carta, Vasconcelos coincide con Sequeira y se posiciona sin dudar: "El riesgo de que una persona se contagie de Zika en Río de Janeiro es igual al de cualquier otra ciudad en la que exista el virus. No existen razones para solicitar el aplazamiento de las Olimpiadas, creo que fue una precipitación sin base científica. No hay ninguna evidencia de que otros mosquitos, aparte del Aedes aegypti, puedan trasmitir el virus cuando los turistas vuelvan a sus países. Eso sí, yo no recomendaría viajar a mujeres gestantes por los riesgos existentes de microcefalias o malformaciones genéticas".
Ante esta situación, la propia Organización Mundial de la Salud resume que "se ha observado transmisión local del virus por la picadura de mosquitos Aedes en África, las Américas, Asia y el Pacífico". ¿El mosquito puede viajar de un país a otro? Por sus propios medios se le hace muy cuesta arriba, apenas vuela 400 metros. Pero existen fórmulas. "En las últimas décadas, Aedes albopictus se ha extendido desde Asia hasta África, América y Europa, particularmente gracias al comercio internacional de neumáticos usados, pues estos suelen acumular agua de lluvia y los mosquitos depositan sus huevos allí", dice la OMS. En Cabo Verde, por ejemplo, se ha encontrado el mismo virus que circula en las Américas.
A día de hoy, en paralelo a las investigaciones, la ciudad olímpica orienta los trabajos a corto plazo hacia la desinfección y eliminación de focos del mosquito, esos rincones donde se acumula agua, facilitando la acumulación de huevos, y a las campañas informativas para prevención de las picaduras.
Los científicos brasileños piden cautela, paciencia y tiempo, pero reciben a cambio nervios, desasosiego y prisas. Mientras, los anillos olímpicos ruedan sin piedad.